Boletin A.U.L.I. Nº 44-45 - Trapolandia
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Defoe y “Gulliver” de Jonathan Swift, que fueron<br />
muy bien recibidos por los niños de aquella época<br />
e inclusive hoy en día siguen gustando.<br />
Sin embargo, hablando específicamente de<br />
Guatemala, este proceso lógico descrito no se<br />
aplica. Aquí, la literatura infantil nació más con<br />
un perfil nacional e ideológico, que tendió a la<br />
formación de una identidad nacional particular, la<br />
del ladino, que con un perfil puramente estético.<br />
En este contexto juega un papel muy importante<br />
la escisión que se produce entre la tradición oral<br />
y la escrita para la conformación de un sistema<br />
literario infantil nacional. En un comienzo, la<br />
primera fue suprimida de tajo y solamente se<br />
proyectaron a cultivar la segunda. Esto es lo que<br />
hace diferente el proceso de conformación de la<br />
literatura infanto-juvenil guatemalteca de las otras<br />
del resto de Latinoamérica y Europa.<br />
De esa forma, entonces, vamos a distinguir<br />
que la organización de su sistema se caracterizará<br />
por tener cinco grandes momentos.<br />
El principio va estar fuertemente marcado por<br />
el uso que se hace de la literatura infantil para la<br />
iniciación a prácticas de lectura y escritura y para<br />
la conformación del Estado-Nación guatemalteco a<br />
través de, entre otras formas, un sistema educativo y<br />
de las campañas de alfabetización popular montadas<br />
inmediatamente después de la Revolución de 1871.<br />
En ese sentido los libros que servirán de apoyo son<br />
los “libros de lectura”. Pero también, en estos no se<br />
recorre a adaptaciones de textos, sino que se recuperan<br />
relatos de autores contemporáneos a aquella<br />
época de la región centroamericana.<br />
El segundo gran momento de la literatura infantil<br />
de Guatemala está ligado a la escolaridad, a<br />
la legislación y a las principales corrientes de los<br />
estudios de psicología infantil en boga durante<br />
las primeras cuatro décadas del siglo pasado. En<br />
especial, fue este último elemento el que determinó<br />
al sujeto y objeto de género infantil y guió,<br />
en gran medida, la producción y creación cultural<br />
destinada a los niños, principalmente a partir de la<br />
segunda mitad de los años cuarenta. En esta otra<br />
fase la propuesta fue otra, la de resaltar y respetar<br />
al niño, ofreciéndole libros que se adecuasen a<br />
las etapas de su desenvolvimiento psicobiológico.<br />
Lo que hizo que predominaran la tendencia de<br />
creación de libros de autoría. El primer libro con<br />
estas características aparece en 1929, "Mi niño,<br />
poemario infantil", escrito por el profesor Daniel<br />
Armas, con el cual, además, se instaura el prototipo<br />
y las nuevas bases de creación para la literatura<br />
infantil de Guatemala.<br />
Armas al destacar de manera especial la figura<br />
del niño guatemalteco a partir de su propio proceso<br />
psicobiológico, lo convierte en un leit motiv<br />
para la literatura infantil nacional y le otorga una<br />
apariencia, forma y contenido a la misma. Por<br />
otro lado, se observa que existe en ella un sentido<br />
de guatemalidad y ladinidad, de cierta manera,<br />
ya introyectado que no precisa ser más trabajado.<br />
Ahora se necesita poner énfasis en la formación<br />
integral, en la subjetividad de este guatemaltecoladino.<br />
Por eso, la tendencia que va a imperar en<br />
esta nueva etapa será una preocupación en la forma<br />
de administrar los conocimientos y el impacto que<br />
los mismos causan en el niño.<br />
Este estado de cosas provocó en el gremio magisterial<br />
un súbito interés por estudiar e investigar las<br />
maneras de administrar la enseñanza en general y la<br />
de la literatura infantil en particular. De esa forma,<br />
el género para niños vuelve a ser adoptado por la<br />
escuela como siendo una herramienta más que contribuirá<br />
de una forma más dinámica en el proceso<br />
de enseñanza-aprendizaje. En otras palabras, esto<br />
quiere decir que se convierte en un material didáctico<br />
bastante adecuado para cumplir estos fines.<br />
Pero, ¿por dónde comenzar?, ¿Cómo y qué<br />
es escribir libros infantiles?, ¿Sobre qué temas<br />
y asuntos escribir? Las respuestas a todas estas<br />
interrogantes las proporcionan inmediatamente los<br />
profesores Daniel Armas (1950) y Rubén Villagrán<br />
Paúl (1954), quienes escriben los primeros libros<br />
de teoría de la literatura infantil de Guatemala,<br />
cuyas reflexiones incidieron positivamente en<br />
el proceso de creación y de producción de libros<br />
infantiles y constituirán el tercer gran momento.<br />
Asimismo, provocaron la aparición de autores de<br />
literatura infantil como Marilena López, Óscar de<br />
León Palacios, Angelina Acuña, Manuel Chavarría<br />
Flores, Daniel Armas, Luz Valle, entre otros, cuyas<br />
primeras semillas las plantaron en la Revista<br />
Infantil “Alegría” (1949-1968). Además, hay que<br />
resaltar al gran número de maestros de las Escuelas