Boletin A.U.L.I. Nº 44-45 - Trapolandia
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La literatura para los jóvenes de América Latina<br />
con el uso de recursos andinos<br />
Ponencia presentada en el Séminaire régional “Lecture<br />
Jeune public” auspiciado por las Embajadas Francesas<br />
de los países andinos. (Fragmento)<br />
Al vivir en sociedad, los hombres acumulamos<br />
costumbres y tradiciones que van formando parte de un<br />
particular modo de ver, sentir y comprender el mundo.<br />
Estos elementos construyen una historia personal que va<br />
creciendo gracias a una permanente interacción con el<br />
medio y en el proceso histórico, este fenómeno que es el<br />
folklore y que se va reproduciendo de generación en generación,<br />
se va convirtiendo poco a poco en literatura. Al<br />
no existir una identificación del niño latinoamericano con<br />
la cultura infantil europea, se hace necesaria una literatura<br />
local que lo ubique dentro de su contexto.<br />
Relatos orales en la época de la colonia<br />
Una forma de tradición oral que surge en la<br />
época colonial en América son las imágenes. La<br />
conquista de la cultura española sobre la cultura<br />
americana tiene como uno de sus objetivos la<br />
evangelización de los indígenas. El inconveniente<br />
de las lenguas originarias da lugar a una<br />
enseñanza de tipo religioso a través de imágenes<br />
lo que nos explica, por ejemplo, la profusión de<br />
las series de ángeles en la zona andina. Estos<br />
seres alados de la pintura colonial personifican<br />
los fenómenos celestes como la luna, el sol, las<br />
estrellas y los planetas, para sustituir de una<br />
manera cristiana la idolatría de los astros[1]<br />
[1]. También las imágenes del infierno de los<br />
cuadros coloniales hablan por sí mismas de los<br />
tormentos que le esperan al ser humano si su<br />
comportamiento durante su paso por la vida es<br />
deplorable.<br />
La creatividad que los artistas indígenas<br />
imprimieron en los lienzos del período colonial<br />
fue extraordinaria y bien podríamos echar<br />
mano de ella para dar origen a los personajes<br />
de una película de ciencia ficción. Los ángeles<br />
andinos, por ejemplo, tienen la originalidad de<br />
una vestimenta militar de los tercios españoles y<br />
una vestimenta femenina de las damas en combinación<br />
con elementos de las legiones romanas.<br />
La pluma de Miguel : una aventura en los Andes,<br />
describe al Arcángel San Miguel, a quien muy<br />
75<br />
Isabel Mesa (Bolivia)<br />
comúnmente encontramos en los lienzos de la<br />
época colonial que fueron difundidos por toda<br />
América durante los siglos XVI, XVII y XVIII:<br />
“...Tú, único Arcángel de alas color esmeralda y<br />
cabello color del azafrán, dotado de un millón<br />
de caras distintas y de tantas lenguas como<br />
dialectos hay en el universo, tú que conduces a<br />
las almas al Paraíso o al castigo eterno, tú que<br />
guiaste a los ángeles de luz en batalla contra los<br />
ángeles de la oscuridad, tú serás el jefe de esta<br />
misión y el único responsable de su éxito o de<br />
su fracaso”[2][2] .<br />
Los protagonistas de un enorme cuadro que<br />
muestra escenas del infierno y que se encuentra<br />
en la iglesia de Caquiaviri en Bolivia (pintado<br />
en 1739) están como personajes diabólicos del<br />
mismo libro La pluma de Miguel: “Al centro de<br />
este patio estaba Duma, el demonio del silencio<br />
y de la muerte. Se notaba que ya era un ser con<br />
millones de años encima. Su pelo era blanco<br />
y de la quijada le colgaba una larga barba que<br />
llegaba casi a enredarse con sus deformes patas<br />
de cabra. Tenía dos caras, una encima de la otra.<br />
La de más arriba era la de un león y la de abajo<br />
la de un viejo con nariz encorvada y dientes<br />
muy filos. Sus alas se asemejaban alas de un<br />
murciélago y caían pesadas sobre su enorme<br />
torso”[3][3].<br />
La magia de la oralidad latinoamericana<br />
Un elemento indispensable de la literatura<br />
infantil europea ha sido, sin duda alguna, la magia:<br />
hadas, brujas, varitas, cofres que se llenan<br />
al instante y objetos animados. La tradición oral<br />
americana también está llena de magia y misterio.<br />
En la Turquesa y el Sol, por ejemplo, se hace<br />
referencia a un espejo mágico del que hablan los<br />
cronistas en la historia incaica[4][1]: “-Desde<br />
ahora tú serás el nuevo Inca, Pachacutec –exclamó<br />
el Sol con voz grave y solemne-. No te<br />
aflijas por lo que le viene a tu pueblo porque<br />
los dioses estamos contigo. Toma el espejo por<br />
el que siempre debes mirar –continuaba el Sol