Revista Conversaciones Pedagógicas 03 - UCO
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Cultura y pedagogía de los derechos humanos<br />
América Latina de reformas curriculares en que han<br />
tratado de introducir el tema de los derechos humanos<br />
como un contenido más dentro del currículo. Pero<br />
eso no asegura para nada que efectivamente cambie<br />
el mensaje que la escuela debe transmitir sobre la<br />
vigencia y vivencia de los derechos humanos.<br />
Sin embargo, no es despreciable que nuestros<br />
estudiantes conozcan cuáles son los derechos<br />
humanos y qué pasa cuando hablamos de derechos<br />
de primera, segunda o tercera generación. Yo creo que<br />
es bueno conocer los derechos humanos, estudiarlos,<br />
aprenderlos. Pero es muy insuficiente.<br />
Tenemos que intentar y lograr realmente que los<br />
derechos humanos sean una práctica, una praxis<br />
pedagógica en la cotidianidad de la escuela, que se<br />
vivan; que uno aprenda a relacionarse sobre la base del<br />
respeto, la comprensión y la tolerancia. Esa es la única<br />
pedagogía que se me ocurre válida para aprender a<br />
actuar conforme a los derechos humanos.<br />
Nadie enseña aquello que no vive. Hay que vivir la<br />
experiencia del respeto a la alteridad para poder<br />
enseñar a conducir a otra persona hacia el camino del<br />
respeto al otro; pero nadie enseña, nadie puede dar<br />
lo que no tiene.<br />
Sería muy contradictorio y vacío un discurso<br />
pedagógico de los derechos humanos si al mismo<br />
tiempo el maestro le está faltando al respeto a sus<br />
estudiantes. Eso sería un contrasentido bárbaro. Pero<br />
la pedagogía también tiene que pensar en formas de<br />
institucionalizar en la escuela ciertos mecanismos de<br />
relaciones que aseguren que se avanza en el camino<br />
del respeto y de los derechos humanos. Pueden ser<br />
muchas las maneras de institucionalizar en la escuela y<br />
en el aula una pedagogía de los derechos humanos.<br />
En primer lugar se me ocurre que es importante<br />
la búsqueda de reglamentos y de acuerdos<br />
consensuados democráticamente. A veces en la<br />
escuela se nos imponen proyectos educativos<br />
totalmente ajenos a la realidad cultural en que está<br />
inserta la escuela y que son copiados de otras partes.<br />
Así como nos llegan currículos prestados desde afuera,<br />
vienen Proyectos Educativos Institucionales que son<br />
copiados de otros lugares que no tienen ninguna<br />
pertinencia cultural con la escuela de referencia. Se<br />
trata de construir, desde la propia raíz cultural de una<br />
comunidad, proyectos que sean significativos, que<br />
sean culturalmente pertinentes, que sean relevantes<br />
para esa comunidad. Pero esos hay que construirlos en<br />
comunidad, hay que consensuarlos en comunidad.<br />
Otra manera de encarar una pedagogía de los derechos<br />
humanos es ejercer la autoridad en forma responsable.<br />
A veces en nuestras escuelas no se aprende porque<br />
es un despelote, —perdóneme la expresión—; y que<br />
nadie sabe para dónde va la escuela porque no hay<br />
un mínimo consenso ni de orden debido a que no hay<br />
autoridad. Cuando hablo de ejercer la autoridad con<br />
responsabilidad no estoy diciendo con esto que en<br />
las escuelas se eliminan todas las asimetrías de poder.<br />
En las escuelas deben seguir existiendo muchas<br />
asimetrías: el que tiene el conocimiento y el que tiene<br />
menos conocimiento, el que tiene poder para decidir<br />
y el que tiene menos poder para decidir. Esas son las<br />
asimetrías que van a existir en cualquier institución en<br />
cualquier organización social. Lo que estoy diciendo<br />
cuando hablo de una autoridad responsable, es que<br />
esa autoridad, es un poder reversible; y eso es lo que<br />
lo distingue del autoritarismo y de las dictaduras, cuyo<br />
poder que se arrogan no es reversible. La autoridad<br />
ejercida con responsabilidad no elimina la autoridad.<br />
Otro punto es construir una comunidad de valores.<br />
Una pedagogía de los derechos humanos supone<br />
una comunidad de valores en la escuela; que todos<br />
caminen en la misma dirección, y con los mismos<br />
valores, por ejemplo, con participación, solidaridad,<br />
autenticidad, honorabilidad. Si no se viven estos<br />
valores en la escuela no nos estamos educando en<br />
una pedagogía de los derechos humanos.<br />
Por último creo que para ejercer una pedagogía de<br />
los derechos humanos en la escuela, es importante<br />
lograr un compromiso por parte de los estudiantes<br />
con sus aprendizajes. A veces ni los padres ni los<br />
profesores estamos totalmente comprometidos con<br />
Universidad Católica de Oriente <strong>UCO</strong>. Facultad de Educación<br />
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