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preciso del puesto de trabajo, los ritmos asociados y el contexto de producción.
Sólo el empresario, y su servicio de prevención, deben ejercer una vigilancia
continuada de los medios de producción y detectar los riesgos. Se impone la
puesta en práctica de una gestión integrada en la empresa pues sólo la empresa
puede ser consciente de la realidad cotidiana de la exposición a los riesgos.
Además, la empresa contempla cada vez más un interés económico
relacionado.
Sin duda, la tarea de la empresa no es sencilla, puesto que se enfrenta a una
multitud de prioridades de prevención, de riesgos y de situaciones a lo largo de
una carrera profesional.
La propia paradoja de la prevención se hace cada vez más compleja y soporta
riesgos para los que, a día de hoy, no se pueden cuantificar las consecuencias
(a falta de una verdad científica, etc.).
Antes, la acción preventiva estaba más focalizada en los riesgos profesionales
reales y, así, no se confundía el origen profesional (por ejemplo, las caídas a
nivel, cortes provocados por la realización del trabajo).
En la actualidad, el principio generalizado de precaución o la experiencia del
drama del amianto llaman la atención sobre los riesgos “emergentes” (aunque
algunos siempre han existido). Dichos riesgos emergen porque se miden y se
evalúan mejor puesto que la sociedad está más sensibilizada y se interesa por
ellos.
También se interesa por la mala organización del trabajo y por la falta de
formación, que antes se consideraban las causas de los accidentes. Esto lleva
a considerar el modo de organización de la empresa como sujeto de estudio y
de preocupación de los servicios de prevención.
La acción preventiva podría, erróneamente, confundirse con la cuestión de la
multiplicidad de factores que provocan los riesgos: ¿Cuál es la responsabilidad
de la empresa ¿Qué parte del riesgo se le puede atribuir al trabajador que ha
estado expuesto al riesgo durante toda su carrera, con diferentes empleadores
¿Cuál es la responsabilidad o la medida de prevención para una patología cuya
causa depende de múltiples factores: de origen profesional o vinculados a los
hábitos de vida
Son cuestiones legítimas, pero no pueden provocar que se descuide la
prevención dentro de la empresa, que consiste en invertir personalmente en el
ámbito de la prevención de los riesgos profesionales, detectarlos, prevenirlos,
integrar las consideraciones de seguridad y salud en todas las fases y pensar
continuamente en las repercusiones para la salud de los trabajadores.
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