27.02.2015 Views

CAZADORES DE MICROBIOS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

C a z a d o r e s d e m i c r o b i o s<br />

P a u l d e K r u i f<br />

En esta diversidad de actividades simultáneas, podemos fácilmente imaginarnos a<br />

Pasteur tratando de tomarle la delantera a Koch. Con hermosa claridad, Koch había<br />

demostrado que los microbios son la causa de las enfermedades; sobre esto no cabía<br />

la menor duda. Pero, a pesar de todo, esto no era lo más importante; aún quedaban<br />

muchas cosas por descubrir, especialmente el modo de impedir que los microbios<br />

matasen a la gente. ¡Había que proteger a la Humanidad de la muerte! Mucho tiempo<br />

después de aquellos días desesperantes en que Pasteur anduvo a tientas en la<br />

oscuridad, Roux decía:<br />

—¡Cuántos experimentos absurdos e imposibles discutimos! Al día siguiente<br />

nosotros mismos nos reíamos de ellos.<br />

Es muy importante conocer los fracasos y los triunfos de Pasteur para poder<br />

comprenderlo. Carecía de métodos seguros para obtener cultivos puros, pues para<br />

esto se requería una paciencia como la de Koch. Cierto día, con gran contrariedad, se<br />

encontró con que un matraz de orina hervida, en el que había sembrado bacilos de<br />

carbunco, estaba infestado con huéspedes indeseables del aire, que lo habían<br />

invadido. A la mañana siguiente observó que no quedaba ni un solo bacilo ántrax:<br />

todos fueron exterminados por los microbios procedentes del aire.<br />

De inmediato se le ocurrió a Pasteur esta hermosa idea:<br />

—Si los inofensivos bacilos del aire exterminan dentro de un matraz a los bacilos<br />

del carbunco, también lo harán dentro del cuerpo: ¡una especie de perro come perro!<br />

—gritó Pasteur, y seguidamente puso a Roux y a Chamberland a trabajar en el<br />

fantástico experimento de inyectar, primero, bacilos de carbunco a unos consejillos de<br />

Indias y, en seguida, billones de microbios inofensivos, gérmenes benéficos que se<br />

suponía cazarían y devorarían a los del carbunco, algo así como la mangosta que<br />

mata a las cobras.<br />

Pasteur, gravemente, anunció «que mucho podía esperarse de este experimento<br />

para la curación de las enfermedades»; pero hasta ahí sabemos del asunto, porque<br />

Pasteur nunca concedió al mundo la oportunidad de sacar enseñanza de sus fracasos.<br />

Poco después la Academia de Ciencias lo comisionó para hacer un viaje curioso, y,<br />

estando en esto, tropezó con el hecho que le proporcionaría la primera clave para<br />

encontrar una manera acertada y memorable de convertir los microbios mortíferos en<br />

benéficos. Empezó a soñar, a proyectar un plan fantástico para que los microbios<br />

patógenos se enfrentaran contra sí mismos, protegiendo a los animales y a los<br />

hombres de estos atacantes invisibles. Durante este tiempo, tuvo gran resonancia la<br />

curación del carbunco inventada por un veterinario, Louvrier, en el este de Francia.<br />

Según las personas influyentes de la región, Louvrier llevaba curadas centenares de<br />

reses que estaban al borde de la muerte, y estas personas estimaban que ya era<br />

tiempo de que este tratamiento curativo recibiera la aprobación de la ciencia.<br />

II<br />

Al llegar Pasteur, escoltado por sus ayudantes, se encontró que la cura de<br />

Louvrier consistía en dar primero unas friegas vigorosas a las vacas enfermas, hasta<br />

que entrasen bien en calor; hacer después a los animales largos cortes en la piel, en<br />

los que vertía aguarrás, y finalmente, las vacas así maltratadas y mugientes, eran<br />

recubiertas, a excepción de la cabeza, con una capa de dos dedos de grueso, de<br />

estiércol empapado en vinagre caliente. Para que esta untura no se cayera, los<br />

animales, que a estas alturas preferirían seguramente haber muerto, eran envueltos<br />

por completo en una tela.<br />

Pasteur dijo a Louvrier.<br />

51

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!