05. Robots e Imperio
Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.
Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.
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encontrar intolerable la presencia real de un ser humano, y he aquí que ahora se<br />
enfrentaba sin temblar a miles de ellos. Estaba vagamente sorprendida y totalmente<br />
satisfecha.)<br />
—Por favor, señora —le rogó Gladia— permanezca en pie, y hablemos. ¿Cómo puede<br />
medirse la edad? ¿En años transcurridos desde el nacimiento?<br />
La mujer le dijo con perfecta compostura:<br />
—Me llamo Sindra Lambid. Soy un miembro de la legislatura y por tanto uno de los<br />
"legisladores", y "honorables jefes" del capitán Baley. Honrada, en todo caso (se oyeron<br />
unas risas y pareció que el público estaba cada vez de mejor humor). Voy a contestar a<br />
su pregunta, creo que el número de años galácticos transcurridos desde el nacimiento es<br />
la definición habitual de la edad de una persona. Así, yo tengo cuarenta y cuatro años. ¿Y<br />
usted? ¿Por qué no nos dice un número?<br />
—Lo haré. Desde mi nacimiento, han pasado y dejado atrás doscientos treinta y tres<br />
años galácticos, así que tengo algo más de veintitrés décadas..., o algo más de cuatro<br />
veces la edad de usted.<br />
Gladia se mantuvo erguida, sabiendo perfectamente que su cuerpo menudo y esbelto,<br />
en aquella media luz, la hacía aparecer en aquel momento extraordinariamente juvenil.<br />
Hubo un murmullo confuso por parte del público y un gemido por su izquierda. Una<br />
fugaz mirada en aquella dirección le mostró que D.G. se había llevado la mano a la frente.<br />
Gladia prosiguió:<br />
—Pero esto es una forma enteramente pasiva de medir el tiempo transcurrido. Es una<br />
medida de cantidad que no tiene en cuenta su calidad. Mi vida se ha deslizado tranquila,<br />
podría decirse que ha sido aburrida. He atravesado una rutina establecida, resguardada<br />
de todos los acontecimientos exteriores por un bien engrasado sistema social que no<br />
dejaba lugar ni a cambios ni a experimentos, y guardada por mis robots, que se<br />
interponían entre yo y cualquier tipo de desventura.<br />
Sólo dos veces en mi vida he sentido excitación y en ambas ocasiones intervino la<br />
tragedia. Cuando tenía treinta y tres años, más joven en años que ninguno de los que me<br />
estáis escuchando ahora, hubo un momento, afortunadamente corto, en que una<br />
acusación de asesinato se cernió sobre mí. Dos años más tarde hubo otro período que<br />
tampoco fue largo, en el que me vi involucrada en otro asesinato. En ambas ocasiones,<br />
Elijah Baley estuvo a mi lado. Creo que la mayoría de vosotros, quizá todos vosotros,<br />
estáis familiarizados con la historia contada y escrita por el hijo de Elijah Baley.<br />
Debo añadir una tercera ocasión; en este último mes, en la que me he enfrentado con<br />
mucha excitación, alcanzando el punto álgido al ser requerida para enfrentarme a todos<br />
vosotros, algo que es enteramente distinto de cuanto haya podido hacer en mi larga vida.<br />
Y debo confesar que solamente vuestro natural bondadoso y vuestra amable aceptación<br />
de mí. lo han hecho posible.<br />
Pensad cada uno de vosotros, el contraste de todo esto con vuestras propias vidas.<br />
Sois pioneros, y vivís en un mundo pionero. Este mundo ha ido creciendo durante todas<br />
vuestras vidas, y continuará creciendo. Este mundo no está aún del todo colonizado, y<br />
cada día es, y debe ser, una aventura. El clima en sí ya es una aventura. Primero tenéis<br />
frío, luego calor y otra vez frío. Es un clima rico en vientos y tormentas y cambios bruscos.<br />
En ningún momento podéis sentaros y dejar que el tiempo transcurra, adormilado, en<br />
un mundo que va cambiando suavemente.<br />
Muchos baleymundistas son mercaderes, o pueden elegir serlo y así pueden pasar la<br />
mitad de sus vidas recorriendo las sendas del espacio. Y si alguna vez este mundo es<br />
domado, la mayoría de sus habitantes pueden elegir pasar de esta esfera de actividades<br />
a otra menos desarrollada o formar parte de una expedición que encontrará un mundo<br />
apropiado, que todavía no ha conocido el paso de los humanos, y participarán en<br />
formarlo, sembrarlo y adecuarlo para la ocupación humana.<br />
Medid la longitud de la vida por hechos y acontecimientos, logros y estímulos, y veréis