05. Robots e Imperio
Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.
Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.
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—¿Cómo puede ser que lo que dijo encerrara un significado más allá del valor de las<br />
palabras? Si hubiera habido un significado oculto, Elijah Baley lo habría dicho.<br />
—Quizá —musitó Daniel— el propio colega Elijah no comprendía el significado de lo<br />
que me estaba diciendo.<br />
DESPUÉS DEL DISCURSO<br />
37<br />
—¡Recuerdos!<br />
Pesaban en la mente de Daneel como un libro cerrado, infinitamente detallado, siempre<br />
disponible para su uso. Con frecuencia revisaba algunos pasajes para su mayor<br />
información, pero solamente se revisaban unos pocos porque Daneel quería simplemente<br />
sentir su tacto. Eran muy pocos; y en su mayoría eran los que se referían a Elijah Baley.<br />
Muchas décadas atrás, Daneel vino a Baleymundo mientras Elijah Baley estaba<br />
todavía vivo. Gladia viajó con él, pero una vez en órbita de Baleymundo, Bentley Baley<br />
descendió en su pequeña nave para encontrarse con ellos y subió a bordo. En aquel<br />
momento ya esa un hombre envejecido. Miró a Gladia con ojos ligeramente hostiles, y le<br />
dijo:<br />
—Usted no puede verle, señora.<br />
Y Gladia que había estado llorando preguntó:<br />
—¿Por qué no?<br />
—Porque él no lo desea, señora, y debo respetar sus deseos.<br />
—No puedo creerlo, señor Baley.<br />
—Traigo una nota escrita y una grabación de su voz, señora. Ignoro si puede<br />
reconocer su escritura o su voz, pero le doy mi palabra de honor de que son suyas y que<br />
ninguna influencia indebida le obligó a facilitárnosla.<br />
Entró en su camarote para leer y escuchar a solas, Luego reapareció, con expresión<br />
derrotada, pero consiguió decir con voz firme:<br />
—Daneel, debes ir solo a verle. Es su deseo. Pero deberás informarme de todo cuanto<br />
se haga y se diga.<br />
—Sí, señora.<br />
Daneel se trasladó a la nave de Bentley y éste le dijo:<br />
—Los robots no están autorizados en nuestro mundo, pero se ha hecho una excepción<br />
en tu caso porque se trata del deseo de mi padre y porque así se le reverencia. Yo no<br />
siento ninguna aversión personal contra ustedes, compréndelo, pero tu presencia aquí<br />
debe ser forzosamente limitada. Se te llevará directamente junto a mi padre. Cuando haya<br />
terminado contigo, serás devuelto inmediatamente a la órbita. ¿Lo comprendes?<br />
—Lo comprendo, señor. ¿Cómo está su padre?<br />
—Está muriéndose —contestó Bentley, quizá con voluntaria brutalidad.<br />
—Esto también lo comprendo.dijo Daneel, y su voz tembló perceptiblemente, no por<br />
una emoción normal, sino porque el conocimiento de la muerte de un ser humano, por<br />
inevitable que fuera, desordenaba sus circuitos positrónicos cerebrales—. Quiero decir<br />
que, ¿cuánto tiempo puede tardar en morir?<br />
—Debió haber muerto hace tiempo. Pero está aferrado a la vida porque se niega a<br />
abandonarnos hasta que te haya visto.<br />
Llegaron a tierra. Era un mundo, grande, pero el sector habitado, si esto era todo, era<br />
pequeño y destartalado. Estaba nublado y había llovido recientemente. Las calles,<br />
amplias y rectas, estaban vacías como si el pueblo allí residente no estuviera de humor<br />
para reunirse para contemplar a un robot.<br />
El transporte de tierra les llevó a través de aquel vacío hasta una vivienda algo mayor y<br />
más importante que las demás. Entraron juntos.