24.06.2015 Views

05. Robots e Imperio

Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.

Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—En ese caso, debo informarle que en este momento R, Giskard Reventlov es un<br />

mecanismo peligroso. Poco antes de que su nave abandonara el espacio aurorano, dicho<br />

robot lesionó gravemente a una ciudadana aurorana en oposición a las tres leyes. El<br />

robot, por consiguiente, debe ser desmantelado y reparado.<br />

—¿Está sugiriendo, comandante, que nosotros desmantelemos y reparemos al robot<br />

en esta nave?<br />

—No, señor, de ningún modo. Su personal, careciendo de la experiencia robótica, no lo<br />

desarmaría debidamente y, de hacerlo, no podría repararlo.<br />

—Entonces, podríamos destruirlo sencillamente.<br />

—Es demasiado valioso para ello; capitán Baley, el robot es un producto aurorano, y<br />

por tanto responsabilidad de Aurora. No deseamos que sea causa de daños a la gente de<br />

su nave y del planeta Tierra, si aterrizan allá. En consecuencia, les rogamos que nos lo<br />

entreguen.<br />

—Comandante, agradezco su preocupación. Sin embargo, el robot es propiedad legal<br />

de la señora Gladia, que está con nosotros. Puede ser que no consienta en separarse de<br />

su robot y, aunque no quisiera darle lecciones de ley aurorana, creo que sería ilegal,<br />

según su ley, obligarla a tal separación. Aunque ni yo ni mi tripulación nos consideramos<br />

gobernados por esa ley, no nos gustaría colaborar ayudándoles en lo que su propio<br />

gobierno podría juzgar como acto ilegal.<br />

Se percibió un asomo de impaciencia en la voz del comandante.<br />

—No es cuestión de ilegalidad, capitán. Un mal funcionamiento en un robot, con<br />

posible peligro para la vida humana, pasa por encima de los derechos ordinarios de un<br />

propietario. Sin embargo, si hay la menor dificultad, mi nave está dispuesta a aceptar a la<br />

señora Gladia con su robot, Daneel, y el robot en cuestión, Giskard. Así no habrá<br />

separación entre Gladia Solaris y su propiedad robótica, hasta su regreso a Aurora.<br />

Entonces allí la ley puede seguir su curso.<br />

—Es posible, comandante, que la señora Gladia no desee abandonar mi nave ni<br />

permitir que su robot lo haga.<br />

—No tiene otro remedio, capitán. Mi gobierno me ha otorgado poderes legales para<br />

reclamarla, y como ciudadana aurorana debe obedecer.<br />

—Pero yo no estoy legalmente obligado a entregar nada de lo que está en mi nave a<br />

requerimiento de un poder extranjero. ¿Y si no tengo en cuenta su demanda?<br />

—En ese caso, capitán, no tendrá otra alternativa que considerarlo un acto no<br />

amistoso. Me permito señalarle que nos encontramos dentro de la esfera del sistema<br />

planetario del que la Tierra forma parte. No ha vacilado en enseñarme la ley de Aurora.<br />

Así que me perdonará si le hago ver que su gente no considera adecuado iniciar<br />

hostilidades dentro del espacio de este sistema planetario.<br />

—Estoy enterado, comandante, y no deseo ninguna hostilidad, ni quiero que mi acto<br />

sea tenido por no amistoso. No obstante, me dirijo a la Tierra con cierta urgencia y estoy<br />

perdiendo tiempo con esta conversación y perdería mucho más si avanzara hacia usted, o<br />

esperara a que usted viniera hacia mí, única forma de llevar a cabo el traslado físico de la<br />

señora Gladia y sus robots. Yo preferiría seguir hacia la Tierra y aceptar formalmente toda<br />

responsabilidad respecto del robot Giskard y de su comportamiento hasta el momento en<br />

que ella y sus robots regresen a Aurora.<br />

—¿Puedo sugerirle capitán, que instale a la mujer y los robots en una nave salvavidas<br />

y destaque a un miembro de su tripulación para que la conduzca hacia nosotros? Una vez<br />

entregada la mujer y los robots, nosotros nos comprometemos a escoltar el salvavidas<br />

hasta cerca de la Tierra y le compensaremos adecuadamente por el tiempo y las<br />

molestias. Un mercader no debería objetar el arreglo.<br />

—No objeto nada, comandante, nada en absoluto —respondió D.G. sonriendo—. Pero,<br />

el hombre, el tripulante elegido para pilotear la nave salvavidas podría hallarse en gran<br />

peligro si se encuentra a solas con ese peligroso robot.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!