24.06.2015 Views

05. Robots e Imperio

Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.

Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

puramente genética. No vuelvas a referirte a él como tal.<br />

—No lo haré, señora.<br />

—¿Y ésta? —indicó, despectiva, a la durmiente del diván—. Puesto que ambos están<br />

aquí tengo que suponer, razonablemente, que la bella durmiente es la mujer Solaria.<br />

—Es la señora Gladia y le pertenezco —aclaró Giskard—. ¿Quiere que la despierte,<br />

señora?<br />

—No haríamos sino molestarla, Giskard, si tú y yo hablamos de tiempos pasados.<br />

Déjala dormir.<br />

—Sí, señora.<br />

—Tal vez la discusión que Giskard y yo sostendremos no tendrá el menor interés para<br />

ti, Daneel. ¿Quieres esperar fuera? —dijo Vasilia.<br />

—Temo no poder salir, señora. Mi obligación es guardar a Gladia.<br />

—No creo que necesite que se la guarde de mí. Te fijarás que no he traído a ninguno<br />

de mis robots, así que Giskard solo será protección más que suficiente para su señora<br />

Solaria.<br />

—No tiene robots en esta habitación, señora, pero he visto a cuatro esperando en el<br />

corredor cuando se abrió la puerta. Será mejor que me quede.<br />

—Bien, no quiero interferir en tus órdenes. Puedes quedarte. ¡Giskard!<br />

—Sí, señora.<br />

—¿Recuerdas cuándo fuiste activado por primera vez?<br />

—Sí, señora.<br />

—¿Qué recuerdas?<br />

—Primero luz. Luego sonido. Luego una cristalización a la vista del doctor Fastolfe.<br />

Podía entender el galáctico estándar y poseía cierto conocimiento innato integrado en mis<br />

circuitos positrónicos cerebrales. Las tres leyes, naturalmente; un amplio vocabulario, con<br />

definiciones; obligaciones robóticas; costumbres sociales. Lo demás lo aprendí<br />

rápidamente.<br />

—¿Te acuerdas de tu primer propietario?<br />

—Sí, como te he dicho ya, el doctor Fastolfe.<br />

—Vuelve a pensar, Giskard. ¿No fui yo?<br />

Giskard no tardó en contestar:<br />

—Señora, fui asignado para guardarla en mi capacidad de posesión del doctor Han<br />

Fastolfe.<br />

—Creo que fue algo más que esto. Me obedeciste solamente a mí durante diez años.<br />

Si obedecías a alguien más, incluyendo al doctor Fastolfe, fue sólo incidentalmente, como<br />

consecuencia de tus deberes robóticos y sólo en cuanto tenía que ver con tu función de<br />

guardarme.<br />

—Es cierto que fui asignado a usted, señora Vasilia, pero el doctor Fastolfe retuvo la<br />

propiedad. Una vez que abandonó usted su residencia, volvió a tener completo control de<br />

mí, como propietario. Siguió siendo mi propietario incluso cuando, más tarde, me asignó a<br />

Gladia. Fue mi solo y único propietario mientras vivió. A su muerte, y por su testamento,<br />

se transfirió mi propiedad a Gladia y así hasta ahora.<br />

—Nada de eso. Te he preguntado si recuerdas cuándo fuiste activado por primera vez,<br />

y qué recuerdas. Lo que eras cuando fuiste activado por primera vez, no es lo que eres<br />

ahora.<br />

—Mis bancos de memoria, señora, están ahora incomparablemente enriquecidos:<br />

poseo una enorme experiencia que no tenía entonces.<br />

La voz de Vasilia se hizo más severa:<br />

—Ni te hablo de memoria, ni te hablo de experiencia. Te hablo de capacidad. Aumenté<br />

tus circuitos positrónicos. Los ajusté. Los mejoré.<br />

—Sí, señora; lo hizo, con ayuda y aprobación del doctor Fastolfe.<br />

—En cierto momento, Giskard, en una ocasión, introduje por lo menos una mejora más,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!