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05. Robots e Imperio

Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.

Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.

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mentes; de ahí resultaba que un robot no podía seguir órdenes de seres humanos no<br />

pertenecientes a su establecimiento excepto si se le hablaba detenidamente.<br />

Nada más humillante para un miembro humano del establecimiento que tener a un<br />

robot casero vacilante antes de cumplir una orden o, peor aún, cumplirla incorrectamente.<br />

Esto significaba que el ser humano se había equivocado en el ademán, o que el robot no<br />

había comprendido.<br />

Gladia sabía que generalmente el ser humano era el que fallaba pero virtualmente no<br />

se admitía así. Era el robot el que se entregaba para un innecesario análisis de respuesta<br />

o puesto injustamente en venta. Gladia sabía desde siempre que no caería nunca en la<br />

trampa del ego frustrado; no obstante, si en aquel momento no hubiera recibido los<br />

guantes y el filtro nasal habría...<br />

No tuvo ni que terminar la idea. El robot más cercano le entregó lo solicitado<br />

correctamente al instante.<br />

Gladia se ajustó el filtro nasal y sopló un poco para asegurarse de que estaba bien<br />

encajado (no estaba dispuesta a arriesgarse a cualquier infección por causa de algo que<br />

hubiera sobrevivido a la minuciosa cuarentena).<br />

Preguntó:<br />

—¿Qué aspecto tiene, Daneel?<br />

—Es de estatura y medidas normales, señora.<br />

—Me refiero a su cara (era una tontería preguntar. Si tuviera algún parecido a Elijah<br />

Baley, Daneel lo hubiera descubierto tan deprisa como ella misma, y habría hecho algún<br />

comentario).<br />

—Es difícil decirlo, señora. No se le ve bien.<br />

—¿Qué significa esto? ¡No vendrá enmascarado, Daneel!<br />

—En cierto modo, sí, señora. Su cara está cubierta de pelo.<br />

—¿Pelo? —Se echó a reír—. ¿Quieres decir como los personajes históricos de la<br />

hipervisión? ¿Barba? —Hizo unos gestos que indicaban un mechón de cabello en la<br />

barbilla y otro debajo de la nariz.<br />

—Más que eso, señora. Lleva media cara cubierta.<br />

Los ojos de Gladia se abrieron del todo y por primera vez sintió un fuerte impulso de<br />

interés por verle. ¿Qué aspecto tendría un rostro cubierto de pelo? Los varones<br />

auroranos, y generalmente los espaciales tenían muy poco vello facial y lo que había se<br />

eliminaba antes de los veinte años... en la infancia.<br />

A veces, se dejaba sin tocar el labio superior. Gladia recordó que su marido, Santirix<br />

Gremionis, antes de su matrimonio lucía una línea de pelo debajo de la nariz. Un bigote,<br />

lo llamaba él. Era como una ceja mal colocada, de forma rara, y una vez que se resignó a<br />

aceptarlo como marido, le insistió en que eliminara los folículos.<br />

Lo hizo así sin apenas un murmullo y ahora Gladia se preguntaba por primera vez si lo<br />

había echado en falta. Le parecía haber observado alguna vez, en los primeros años de<br />

matrimonio, cómo levantaba un dedo a su labio superior. Creía que era un movimiento<br />

nervioso por una vaga picazón y solamente ahora se le ocurría que había estado<br />

buscando un bigote que había dejado de existir.<br />

¿Qué aspecto tendría un hombre con un bigote por toda la cara?<br />

¿Sería como un oso?<br />

¿Qué sensación produciría? ¿Qué ocurriría si las mujeres también tuvieran ese pelo?<br />

Pensó en un hombre y una mujer intentando besarse sin encontrar sus bocas. La idea le<br />

pareció divertida aunque un poco descarada y se rió en voz alta. Sintió desaparecer su<br />

impaciencia pero esperó, ver al monstruo.<br />

Después de todo no tenía por qué temerle aunque su comportamiento fuera tan animal<br />

como su aspecto. No le acompañaría ningún robot, los colonizadores eran una sociedad<br />

no-robótica, y en cambio ella estaría rodeada por docenas. El monstruo sería inmovilizado<br />

en una fracción de segundo si hiciera el menor movimiento sospechoso. O si elevara la

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