05. Robots e Imperio
Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.
Robots e Imperio es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada en 1985. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.
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una mirada de refilón; la única vez que lo hizo en toda la sesión. El destello de intensidad<br />
emocional coincidió con aquella mirada. Creo que fue la idea de que yo fuera a la Tierra lo<br />
que le angustió. Como si creyera que yo, con mi habilidad especial, fuera un peligro<br />
determinado para sus planes.<br />
—También sus actos pueden tomarse, amigo Giskard, como de acuerdo con su temor<br />
de que los de la Tierra traten de apropiarse de ti por ser un robot superior y que esto es<br />
malo para Aurora.<br />
—La posibilidad de que esto ocurra, amigo Daneel, y el grado de perjuicio que esto<br />
cause a la comunidad espacial es demasiado pequeño para justificar su alto grado de<br />
ansiedad. ¿Qué daño podría yo causar a Aurora si estuviera en poder de la Tierra siendo<br />
el Giskard que figura que soy?<br />
—¿Entonces has llegado a la conclusión de que el doctor Amadiro sabe que no eres el<br />
Giskard que pareces ser?<br />
—No estoy seguro. Puede que solamente sospeche. Si lo supiera, ¿no haría cualquier<br />
esfuerzo para evitar hacer planes en mi presencia?<br />
—Tal vez su desgracia resida en que Gladia no quiere separarse de nosotros. No<br />
puede insistir en que no estés presente, amigo Giskard, sin que descubra lo que sabe de<br />
ti... —Daneel hizo una pausa, luego prosiguió: —Amigo Giskard, tienes una gran ventaja<br />
al poder pesar el contenido emocional de las gentes. Pero dijiste que la crecida de<br />
intensidad emocional del doctor Amadiro, al oír mencionar el viaje a la Tierra, fue la<br />
segunda. ¿Cuál fue la primera?<br />
—La primera ocurrió cuando se habló del intensificador nuclear, y esto también es<br />
significativo. El concepto de intensificador nuclear es sobradamente conocido en Aurora.<br />
No tienen ninguno portátil, ni lo suficientemente ligero y efectivo como para que resulte útil<br />
a bordo de una nave, pero no es algo que le sacudiera como una descarga. ¿Por qué<br />
tanta ansiedad?<br />
—Posiblemente, porque un intensificador de este tipo tiene que ver con sus planes<br />
sobre la Tierra.<br />
Y fue en aquel momento cuando la puerta se abrió, alguien entró, y una voz exclamó:<br />
—Vaya... ¡Giskard!<br />
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Giskard miró a la recién llegada y dijo con voz tranquila:<br />
—Señora Vasilia.<br />
—¡Así que te acuerdas de mí! —comentó Vasilia sonriendo afectuosa.<br />
—Sí, señora. Es usted una famosa robotista y su rostro aparece en las noticias de<br />
hiperhonda de vez en cuando.<br />
—Vamos, Giskard, no me refiero a que me reconozcas. Todo el mundo puede hacerlo.<br />
Quiero decir si me recuerdas. En otris tiempos me llamabas señorita Vasilia.<br />
—También lo recuerdo, señora. Pero hace mucho tiempo.<br />
Vasilia cenó la puerta tras sí y se sentó en una de las butacas. Se volvió hacia el otro<br />
robot y añadió:<br />
—Y tú eres Daneel, naturalmente.<br />
—Sí, señora —respondió Daneel—. Sirviéndome de la distinción que acaba de hacer,<br />
no solamente la recuerdo, porque me encontraba con el inspector Elijah Baley una vez<br />
que la interrogó, sino que también la reconozco.<br />
—No debes volver a mencionar ese nombre —cortó Vasilia—, También te reconozco<br />
yo, Daneel. A tu manera eres tan famoso como yo. Ambos son famosos por ser las<br />
mayores creaciones del malogrado doctor Han Fastolfe.<br />
—De su padre, señora — corrigió Giskard.<br />
—Sabes perfectamente, Giskard, que no doy la menor importancia a esa relación