agua, un derecho y no una mercancía - ISF - Ingeniería Sin Fronteras

A partir de estos dos ejemplos contemporáneos, está claro quelos principales desafíos siguen siendo convertir la ayuda y la mayorinfluencia de los donantes internacionales en fuerzas progresistas,que detengan la imposición de la privatización del agua en paísespobres y que, en lugar de eso, hagan una contribución completamentepositiva para combatir la crisis global del agua.Tanto si es mediante condiciones directas adjuntas a la ayuda y ala reducción de la deuda, como mediante presión para controlar elgasto público y gestionar las deudas, recepción de asesoramientofinanciado con ayuda y campañas de relaciones públicas pro privatización,o promoción de multinacionales de los países donantes, laarquitectura de la ayuda ha sido continuamente usada para promoverla privatización del agua en los países pobres, a pesar de la falta depruebas que muestren que beneficia a los pobres.Las soluciones a la crisis global del agua requieren que la ayudase use para construir empresas de servicios públicos que sean públicasy fuertes, eficientes, transparentes y participativas. Allí dondela ayuda y la reducción de la deuda se han utilizado para beneficiardirectamente a las empresas públicas de servicios, como por ejemploen Uganda, se han visto beneficios para los usuarios del agua por unmejor acceso al agua y un mayor número de conexiones.Como me dijo recientemente un gestor público de agua en Brasil,«el sector público puede hacer todo lo que puede hacer el sectorprivado, y más»; por lo tanto, démosle todo nuestro apoyo.72