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DIRECCIÓN DE TUTORÍA Y ORIENTACIÓN EDUCATIVA - DITOEellos, por fin me entregan su propio líquido convertido en conocimientos que jamás olvidarán. Pedro, José, Jesús,Ramón, Ítalo, Abraham, Espíritu, Bonifaz, Tobías y Eleazar es un orgulloso grupo que estará feliz toda la vida.Serán buenos ciudadanos.Nunca dejo escapar responsabilidad ni prudencia. Cuido como joya mi autoridad que no se ve afectada por elcomportamiento de los que llegan como maíz agusanado, manzana picoteada u oruga sin alas. Los trato conmucho respeto, soy considerado, escucho sus conversaciones. Siembro ejemplos, demoran en brotar, perocuando noto que algo crece empiezo a regarlos con mi voz y abonarlos con mis pensamientos. Ningún expulsado,nadie será llevado a la dirección, todos irán a la biblioteca por motivación personal propiciando la noble cosecha.El maíz perderá gusanos, la manzana recuperará lozanía y la oruga aprenderá a volar.¿Cómo trato a los alumnos que vienen como frutas? Cuando descubro una manzana, solo la lavo con mispalabras. A la papaya la pelo con un cuchillo de prudencia, la parto, y para sacarle las pepas utilizo una generosacuchara de comprensión. A los plátanos, si maduros, los descubro con mucho cuidado y muestro a suscompañeros, su madurez, es un refuerzo perfecto para mi labor, si verdes, los abrigo, envolviéndolos con elperiódico del diario enseñar, así van tomando color. Al membrillo con bozo imperceptible le paso la navaja delectura una y otra vez. Él mismo escoge los libros que leerá, jamás impongo como condición la lectura obligatoria,al final su bozo se convierte en palabras que adornan su dicción signo de experiencia y sensatez. Mis frutasmaduran con alegría, prueba de ello es Augusto, que entró al aula burlándose de los que leían y ahora qué bien y agusto se siente leyendo junto a ellos.La pirita se convierte en mayestático regalo, la arcilla en espléndida ave canora sin jaula, el carbonato de cobre enpulida ofrenda. El cuarzo purísimo, heraldo del oro, se convierte en ruta para llegar a la riqueza de experienciasque solo se alcanza con conocimientos.El afán de aprender está en cada niño que crece protegido y ufano en su hogar, palpitante en el alma de criaturasventurosas que gozan con escuelas a su medida, junto a niñas impulsadas a investigar que disfrutan sorprendidasde sus hallazgos. Escuela y hogar deben ofrecer este espíritu en su base. Es parte importante del robusto árbol deaprendizaje que todo Estado inteligente debe propiciar. Estado que no tenemos aún, pero a tropezones estamosconstruyendo desde 1821.Padres, maestros, hijos y alumnos nos reconoceremos en medio del hogar y la escuela, empujados por sólidosconocimientos, este milagro empieza en sus conciencias que se mueven llenas de alegría al escuchar la voz deluniverso en boca del padre y la madre que hacen del hogar la enseñanza inicial, amorosa pértiga que toma elmaestro que se educó para enseñar con alegría y entusiasmo.Andahuaylas, Apurímac, 2006. Lima, 2011.Versión corregida por el autor, Lima, 2013.90