38Entre varios documentos, se puedemencionar varios artículos de laConstitución Nacional de 1992, yla “Convención Iberoamericana deDerechos de la <strong>Juventud</strong>”, especialmentesu Capítulo III (OIJ, Badajoz,octubre de 2005), firmado por elParaguay, pero todavía sin ratificarpor el Parlamento Nacional.de acción directa, la emergencia de lospareceres y voces de sus bases, el reconocimientoy cuidado por la presencia femenina,así como la incorporación del valorde la comunicación y la expresión.Producto de lo señalado por los y lasjóvenes en las respectivas consultas, a diferenciade la mediterraneidad característicade la cultura (y geopolítica) paraguaya,la percepción que predomina esque así como está hasta ahora el MER-COSUR, no logra beneficiar al Paraguaycomo país pequeño. Sin embargo, demanera paralela y distante al proceso deintegración oficial, los integrantes de lasorganizaciones juveniles analizadas estáninmersos en alianzas sociales y actoralesa nivel país y región. En efecto, gracias alimpacto logrado, tanto Asagrapa como laFenaes han comenzado -a un ritmo máslento que el que quisieran- a tomar contactoy a relacionarse gradualmente conmovimientos sociales del Cono Sur.Más allá de la conquista efectiva,ya sea un espacio físico para vivir comocampesino en tiempos de mundializaciono del Boleto Estudiantil, lo que sepone a prueba es cómo y hasta dóndedan las propias fuerzas del tiempo quetransitan, modos de percibir la vida y surelación con los adultos.En el fondo estas reacciones críticashacia las ataduras del pasado, a las actualesdel neoliberalismo económico o alpresente conservador de los adultos, asícomo sus posicionamientos, ya sea comojuventud “fuente”, inclinada a la comunicación,expresión, innovación y a considerarel medio ambiente, muestran unregistro de alta predisposición, sin duda,volcado a valorar y a ser protagonista deun tipo de democracia inmediata y, portanto, a refundar lo que podría ser unanueva cultura del ejercicio del poder.Esta juventud innovadora, presentetanto en el campo como en las ciudades,que valora la comunidad local, la recreacióny la educación como medios de igualdadde derechos y cohesión en la diversidad,constituyen en definitiva “señales” dela predisposición de varios segmentos dejuventud a buscar un estado deliberativopermanente, que intenta traspasar los márgenesimpuestos por un régimen políticoamarrado al núcleo duro de la tradición autoritaria,o a supuestas fronteras culturales,que a la manera de amuletos, dividen a lasjuventudes populares y privilegiadas.En definitiva, más allá de las abruptastransformaciones que sufre la sociedadparaguaya, el abordaje de las dos SituacionesTipo, permite romper con lasimágenes de anomia de la juventud, o deque las fuerzas de la tradición son inmodificablesy que el poder de aquellos actores,favorecidos por la impronta neoliberalde la globalización, tendrán siempreuna indiscriminada libertad de acción.5.5.1 Algunos lineamientosrespecto al ParaguayPor ello, de cara al siglo XXI es preciso incluirlas principales demandas de la juventud:el acceso y permanencia a conocimientossocialmente relevantes, elacceso a la tierra, la proyección de susplanes de vida, el esparcimiento y la cultura,en definitiva, los DESC que la juventudtiene formalmente garantizados 38 .De lo expuesto, con los resultados delos estudios de las Situaciones Tipo enel Paraguay desde la perspectiva de las“demandas juveniles”, se deriva una seriede desafíos para generar políticas deEstado orientadas a las juventudes, aunquehay dos grandes desafíos.El esfuerzo inicial para el caso paraguayo,es emprender un ineludible programade instalación del campo de la juventuddesde el enfoque de derechoshumanos, incluyendo un fuerte componentede sensibilización: crear concienciaen las alturas del Estado, sobre la magnitudy potencialidades de las nuevas generaciones,sobre el valor de la dignidad humanacomo personas jóvenes que son,que poseen derechos trascendentes y aspiraciones,que de ser políticamente canalizadas,suponen un considerable aumentode capital humano y social del país.74 Base IS/<strong>Ibase</strong>/Pólis
Simultáneamente, para afrontar losdesafíos de construir las esperadas políticasde juventud, lo que se debe acometeres vencer las inseguridades por partede los actores, los desentendimientosy ciertas intolerancias. Por lo tanto, comouna de las primeras tareas es preciso revertiresta tendencia de trabajar (Estado,Organizaciones Juveniles, Ongs, etc.) porcanales diferentes y fragmentados.Teniendo en cuenta que en el Paraguaylas políticas de juventud tienenescasísimo desarrollo institucional, quepresupuestariamente son débiles y quelo poco que existe está fragmentado, esevidente que el Estado del siglo XXI necesitarecrearse, requiere ser más confiabley necesita atraer a diferentes sectoresde la sociedad. En este sentido, lajuventud, es decir el millón seiscientosmil jóvenes paraguayos constituye, precisamente,uno de los sectores más confiablespara renovar el ímpetu del Estadohacia las nuevas generaciones.Por el lado de la sociedad civil, es recomendableque sus asociaciones másvinculadas a la juventud apoyen, con laactiva participación juvenil, a los cuadrostécnicos del Estado, y a sectores académicos,de modo a facilitar conexionesmás estables y dialogadas entre ellos conel fin de desarrollar la capacidad de provocarprocesos de concertación con lasorganizaciones juveniles.Por el lado de la representación política,el Estado debería percatarse de laespecificidad de la población juvenil, dela peculiaridad de las organizaciones juveniles.Cuando se trata de personas jóvenes,el Estado necesita adoptar unarenovada lógica, menos estructurada,debería reducir sus pretensiones políticasy exhibir una lógica más transparente,dejando de lado todo proselitismo, ymás aún prebendarismos.Por el lado de las organizaciones juvenilesy las plataformas que representan aestos movimientos en el Paraguay, les cabeen una circunstancia histórica de transición,predisponer todas sus capacidades yciudadanía activa para encontrar los puntosde contacto con el Estado, pues no hayposibilidades de avanzar en la construcciónde una agenda básica común sin que laspartes cedan en algo (aunque sea por untiempo). Las organizaciones juveniles estánen condiciones de recuperar la iniciativa enlas políticas de juventud, hoy impostergable.La gente joven organizada, e incluso noorganizada, está en condiciones de haceraportes concretos desde sus experiencias eideas acerca del país y los jóvenes.Son innumerables los requerimientosy consecuentes propuestas en todos losámbitos de la vida de las personas jóvenesen el Paraguay que se podrían sugerir.Pero hay una en particular, importantede mencionar, como un primer espectrode acciones: que el Estado facilite procesosde diálogo de diversos colectivos dejuventudes rurales y juventudes urbanasde modo a que ambos mundos y el Estado,se abran a conocerse y ensanchen laspercepciones, y así poder iluminar desdeeste intercambio la agenda de juventud.5.5.2 Recomendaciones para laReunión Especializada de <strong>Juventud</strong>(REJ) del MERCOSURMediante la incorporación en su agendade dos o tres temas transversales dealta legitimidad en todos los países delCono Sur, con la REJ es posible desarrollar,en alianza con las organizaciones dela sociedad civil, un campo de aplicaciónde programas regionales, los cuales porejemplo podrían orientarse a:Diseñar una metodología de registrode repertorios juveniles de la regiónque evidencie formas y modos de actuaciónen los espacios públicos.Crear instancias, por países, quepromuevan una acción convergentepara con la juventud, más realista ymenos virtual.Instalar una Mesa Regional permanentecon temas de carácter urgentey de interés común que requieran deexperiencia, trayectoria y similitudesculturales.Informe Nacional de Paraguay75
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1.INTRODUCCIÓN1Véase Diego Segovi
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