EL OCÉANO Y SUS RECURSOS: V. PLANCTON
EL OCÉANO Y SUS RECURSOS: V. PLANCTON
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herbívoros, y especialmente los copépodos, recoge su alimento por filtración; la intensidad de este<br />
mecanismo parece independiente de la concentración de algas unicelulares en el agua del mar. De ello<br />
resulta que, cuando más abundante sea el fitoplancton, más cantidad del mismo ingerirán los copépodos.<br />
Para estos animales sus necesidades alimenticias sólo corresponden a un 14% de su propio peso por día;<br />
sin embargo, cuando abunda el fitoplancton llegan a capturar hasta un 40%.<br />
Por lo tanto, cuando los vegetales marinos se incrementan se produce un importante despilfarro; una<br />
fracción notable del fitoplancton ingerido por los copépodos es expulsada en sus excrementos sin haber<br />
sido digerida y aprovechada por el animal, por el contrario, éste tuvo que gastar energía en capturarla,<br />
pasarla por el intestino y arrojarla por el ano, sin que le dejara algún beneficio.<br />
Al analizar más a fondo este hecho se observa que el despilfarro es menor de lo que parece a primera vista.<br />
En primer lugar, la abundancia de los restos y excrementos acelera la regeneración de las sales minerales,<br />
que así pueden estar rápidamente a la disposición del fitoplancton. Por otra parte, estos excrementos de los<br />
herbívoros sobrealimentados son más ricos en materia utilizable, de modo que ésta no se pierde para todos,<br />
ya que puede servir de alimento a los animales planctónicos de las aguas inmediatamente inferiores donde<br />
el plancton vegetal no vive por falta de suficiente luz, e incluso resultan útiles para los animales que viven<br />
en el fondo, a condición de que éste no esté muy alejado de la zona de donde proceden los restos.<br />
Cualquiera que sea el tipo de relación que se presente, se podrá pensar que los herbívoros causan<br />
verdaderos estragos en las poblaciones vegetales densas del plancton y que éstas se ven dañadas por la<br />
abundancia de animales; sin embargo, esto no es tan grave como parece.<br />
En el mar se van a presentar "ciclos" bien establecidos en la relación vegetal-animal del plancton. Cuando<br />
los organismos del fitoplancton tienen la luz y sustancias inorgánicas indispensables, incrementan el<br />
número de sus poblaciones a tal grado que impiden la penetración de los rayos del Sol; luego esto, sumado<br />
a la disminución de la sustancia inorgánica gastada por el propio fitoplancton, ya que el zooplancton que<br />
aumentó se alimenta de él, hace que el fitoplancton disminuya. Cuando los animales del zooplancton no<br />
cuentan con suficiente alimento, también mueren, y el número de sus poblaciones se hace menor. Los<br />
restos de los vegetales y animales muertos llegan al fondo de los mares en donde las bacterias los<br />
desintegran dejando en libertad sustancia inorgánica que regresa a las capas superficiales por medio de las<br />
corrientes de surgencia, y como en estas aguas la luz penetra con mayor intensidad, por ser menor el<br />
número de individuos del fitoplancton, la fotosíntesis se acelera, iniciándose nuevamente el ciclo.<br />
Todo el interés que presenta el estudio de las relaciones recíprocas entre el fitoplancton y el zooplancton<br />
está justificado desde el punto de vista puramente científico, pero aún lo está más desde el punto de vista<br />
práctico, teniendo en cuenta que los animales marinos que se desplazan nadando y que forman el necton,<br />
sobre todo las especies de interés comercial, se alimentan directamente de plancton o de otras especies<br />
nectónicas más pequeñas, que a su vez consiguen su alimento de este plancton.