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Ruy Pérez Tamayo – ¿Existe el método científico?

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VI.2. LUDWIG WITTGENSTEIN<br />

Frontispicio d<strong>el</strong> libro Tractaus Logico-Philophicus,de Ludwing Wittgenstein, publicado por primera vez en 1921.<br />

No existe conexión lógica alguna entre configuraciones diferentes, por lo que la inducción se reduce a tina forma<br />

cómoda de proceder, compatible con la experiencia y basada en un principio de sencillez, pero sin validez lógica.<br />

Esta postura tenía consecuencias importantes para la ciencia, en vista de que, en sentido lógico, sus leyes no son<br />

tales, sino más bien resúmenes condensados de la experiencia, capaces de describir los fenómenos que<br />

subentienden pero totalmente incapaces de explicarlos. Intentar explicar una ley científica por medio de otra ley, y<br />

así sucesivamente, es caer en una regresión infinita, por lo que los antiguos filósofos (según Wittgenstein) no<br />

estaban tan descaminados al asignarle la explicación última a una entidad final, Dios o <strong>el</strong> Destino, que no necesita<br />

explicación. Pero Wittgenstein fue más allá que Hume, insistiendo en que la ley de la causalidad no era una ley,<br />

sino más bien la forma de una ley; en otras palabras, <strong>el</strong> principio que dice: "Todo evento tiene su causa", no es<br />

empírico, no se deriva de la experiencia, no es una descripción de la naturaleza. La razón es que dos episodios d<strong>el</strong><br />

mismo evento que ocurren en momentos distintos siempre difieren entre sí en algo, por lo tanto, siempre deberán<br />

convocarse factores causales para explicar tales diferencias. La conclusión es que <strong>el</strong> principio de causalidad se<br />

reduce a una de las reglas que seguimos para hablar de la realidad; de ninguna manera implica que la naturaleza<br />

sea, realmente, causal.<br />

Frontispicio d<strong>el</strong> libro Ludwing Wittgenstein, A memoir, de Norman Malcom, publicado en 1958.<br />

Wittgenstein ofreció una imagen muy esclarecedora (por lo menos, para mí) de sus ideas sobre <strong>el</strong> conocimiento<br />

<strong>científico</strong> de la realidad; me refiero a su ejemplo para interpretar la mecánica newtoniana:<br />

Imaginemos una superficie blanca con manchas negras irregulares. Al margen de la imagen de<br />

conjunto que adopten, siempre podremos aproximarnos a <strong>el</strong>la con toda la exactitud que queramos<br />

cubriéndola con una malla tan fina como sea necesario y anotando en cada espacio si es blanco o<br />

negro. De esta manera habremos impuesto una estructura uniforme en la descripción de la superficie.<br />

Naturalmente, también puede haber mallas de distintas medidas, con agujeros de formas diferentes, lo que<br />

correspondería a diversos tipos de descripciones teóricas: desde luego, se podría contemplar la superficie blanca<br />

con manchas negras irregulares a través de una malla "causal", lo que seguramente produciría una imagen muy<br />

distinta de la obtenida con una malla "acausal". De cualquier manera, la distribución de las manchas negras sobre<br />

la superficie blanca siempre tendrá una influencia determinativa sobre lo que se ve a través de las mallas, igual en<br />

importancia al tipo de malla que se utilice. En otras palabras, existen dos componentes esenciales en <strong>el</strong><br />

conocimiento, <strong>el</strong> objetivo, que es <strong>el</strong> equivalente a la superficie blanca con las manchas negras, o sea la realidad (o<br />

http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/161/htm/sec_39.htm (4 of 5)01-11-2004 10:49:37

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