Ruy Pérez Tamayo – ¿Existe el método científico?
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II.4. WILLIAM HARVEY<br />
II.4. WILLIAM HARVEY<br />
William Harvey (1578-1657) estudió medicina en Cambridge, en <strong>el</strong> Colegio de Gonville y Caius, de 1593 a 1599,<br />
y de ahí viajó a Padua para continuar su educación, que terminó con <strong>el</strong> doctorado en 1602. En sus tres años en<br />
Italia estuvo expuesto al gran anatomista Girolamo Fabricius, y en esos tiempos uno de los profesores de la<br />
universidad era <strong>el</strong> joven Galileo, que pronto descubriría las montañas de la Luna, las fases d<strong>el</strong> planeta Venus, los<br />
satélites de Júpiter, y muchos otros fenómenos c<strong>el</strong>estes. Cuando Harvey regresó a Inglaterra se dedicó a la práctica<br />
de la medicina, pero pronto fue nombrado miembro d<strong>el</strong> Colegio Real de Médicos, posteriormente aceptó la<br />
posición de médico d<strong>el</strong> rey Jacobo I, y continuó en esta plaza con <strong>el</strong> advenimiento de Carlos I, a quien atendió<br />
durante la Guerra Civil.<br />
La gran contribución de Harvey al <strong>método</strong> <strong>científico</strong> de su tiempo (y de todos los tiempos) fue su éxito en <strong>el</strong> uso de<br />
experimentos para explorar a la naturaleza; por lo tanto, no resulta equívoco comparar los logros <strong>científico</strong>s de su<br />
gran contemporáneo Galileo, en astronomía y física, con los de Harvey en biología, De hecho, la comparación es<br />
singularmente rev<strong>el</strong>adora, pues los dos investigadores, trabajando en áreas muy diferentes de la ciencia,<br />
coincidieron en dos aspectos fundamentales d<strong>el</strong> <strong>método</strong> <strong>científico</strong> la importancia d<strong>el</strong> análisis matemático de los<br />
fenómenos naturales, y <strong>el</strong> insustituible valor de los experimentos en <strong>el</strong> estudio de la realidad. La lectura d<strong>el</strong> librito<br />
(apenas tiene 72 + 2 páginas, con 2 grabados) de Harvey, conocido como De motu cordis y publicado en Frankfurt<br />
en 1628, impresiona por su manejo de datos cuantitativos en apoyo de sus hipótesis y por su completa dependencia<br />
de los resultados de observaciones experimentales muy simples. En cambio, los historiadores de la ciencia han<br />
escudriñado los escritos de Harvey en búsqueda de algún pronunciamiento general d<strong>el</strong> gran hombre sobre <strong>el</strong><br />
<strong>método</strong> <strong>científico</strong>, con resultados uniformemente negativos. En <strong>el</strong> caso de Harvey, todo lo que se diga sobre su<br />
filosofia de la ciencia es interpretativo y, en los mejores casos, derivado d<strong>el</strong> estudio directo de sus textos<br />
<strong>científico</strong>s, en vista de que no escribió otros.<br />
William Harvey (1578-1675)<br />
El capítulo 1 d<strong>el</strong> Motu cordis de Harvey se titula "Los motivos d<strong>el</strong> autor para escribir" y en él dice lo siguiente:<br />
http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/161/htm/sec_14.htm (1 of 3)01-11-2004 10:48:20