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2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta

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acciones, que contrastan profundamente con el egoísmo presente en el<br />

hombre, hace surgir unas preguntas precisas que orientan hacia Dios y el<br />

Evangelio.<br />

La Iglesia está llamada a dar testimonio de Cristo, asumiendo<br />

posiciones valientes y proféticas ante la corrupción del poder político o<br />

económico. (Rm 42, 43).<br />

“Si se mira superficialmente a nuestro mundo, impresionan no poco<br />

hechos negativos que pueden llevar al pesimismo. Más éste es un<br />

sentimiento injustificado: tenemos fe en Dios Padre y Señor, en su bondad y<br />

misericordia. En la proximidad del tercer milenio de la Redención, Dios está<br />

preparando una gran primavera cristiana, de la que ya se vislumbra su<br />

comienzo. En efecto, tanto en el mundo no cristiano como en el de antigua<br />

tradición cristiana, existe un progresivo acercamiento de los pueblos a los<br />

ideales y a los valores evangélicos, que la Iglesia se esfuerza en favorecer.<br />

La esperanza cristiana nos sostiene en nuestro compromiso a fondo<br />

para la nueva evangelización y para la misión universal, y nos lleva a pedir<br />

como Jesús nos ha enseñado. “Venga tu reino, que se haga tu voluntad en la<br />

tierra como en el cielo” (Mt. 6, 10).<br />

Los hombres que esperan a Cristo son todavía un número inmenso,<br />

hemos de fomentar en nosotros el afán apostólico por transmitir a los demás<br />

la luz y la gloria de la fe, y para este ideal debemos educar al Pueblo de<br />

Dios.<br />

No podemos permanecer tranquilos si pensamos en los millones de<br />

hermanos y hermanas nuestros, redimidos también por la sangre de Cristo,<br />

que viven sin conocer el amor de Dios.”<br />

(RM 86).<br />

Dios en su infinito amor quiso ponernos en este mundo para que<br />

gozáramos de la vida en él, de que tratemos de pasarla bien, nos regaló<br />

paisajes que nos encanta contemplar por largo rato; personas con las cuales<br />

nos gusta dialogar tranquilamente; nos regaló la música que no nos<br />

cansamos de escuchar. Tenemos películas y revistas que nos provocan un<br />

gran gozo interior, gozo en el arte, la pintura, la canción. Disfrutamos de esos<br />

encuentros con un grupo de amigos, en que aflora la broma, se comentan las<br />

noticias y se arreglan los problemas de este mundo. Es grato poner el oído<br />

atento para la confidencia de un niño que goza de un juguete, de un<br />

adolescente que se aventura en el amor, de una pareja que vive sus<br />

conflictos o un anciano que se siente abandonado.<br />

Si, quiso Dios que la pasemos bien, nos quiere hijos suyos pero hijos<br />

felices, nunca nos deseó la desdicha, de eso nos hemos encargado cada uno<br />

de nosotros.<br />

Dios ha sido verdaderamente generoso con los habitantes de este<br />

mundo, es decir con cada uno de nosotros. Pero también tenemos que<br />

recordar que como cristianos estamos llamados al testimonio alegre y diario<br />

de quienes formamos parte de la Iglesia, una Iglesia que debe ser servidora,<br />

humilde, entregada, entusiasmante y entusiasmada con su Señor.<br />

Luchando para que la paz y la justicia se abran camino en este mundo.<br />

Para que triunfe el amor sobre todos los egoísmos. Viviendo alegres, activos,<br />

comprometidos y desafiantes.<br />

Capaces de brindar cariño fraternal y paternal: de un sacerdote por sus<br />

fieles y de los fieles para con sus hermanos en la fe; que seamos capaces de<br />

hablar sin apuros con el Señor, sintiendo el amor que él nos tiene.<br />

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