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2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta

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mayor razón la Santa Misa es el gran “Signo de unidad”, por eso decimos que, al<br />

participar en la Mesa Eucarística, “Recibimos la Comunión”, es decir, entramos en<br />

común unión con Jesucristo y todos los hermanos.<br />

Comulgamos no solamente al Cuerpo de Jesús, sino también a su Espíritu, su<br />

estilo de vida, sus ideales, ante todo su ideal de fraternidad. San Agustín enseñaba<br />

que cuando uno recibe cualquier alimento, uno transforma ese alimento en su propio<br />

cuerpo, pero en la comunión sucede exactamente al revés, es Jesús el que nos<br />

convierte en Él, No lo transformo a Jesús en mí, sino que Él me transforma en Él.<br />

De los primeros cristianos, de los que los paganos dijeron.”Miren ¡Cómo se<br />

aman!”, es la siguiente oración: “Lo mismo que este pan estaba disperso en el trigo de<br />

las espigas y ha sido recogido para hacerse uno, concede, Señor, que sean así<br />

reunidos los hombres para formar una sola comunidad.<br />

Damos gracias a Dios por la creación y nuestra salvación.<br />

Un nombre muy antiguo de la misa es: Eucaristía, que significa: “Acción de<br />

gracias”.<br />

En la misma damos gracias a dios y lo alabamos por la fe y la esperanza<br />

cristiana, la que nos ha dado, y por ese inmenso amor que tiene a nosotros. Somos en<br />

todo sus criaturas y todo es regalo de su generosidad. Por el bautismo nos hizo hijos<br />

adoptivos suyos.<br />

No queremos ser como un hijo que perdió el cariño a su padre y no sabe mas<br />

agradecer los favores recibidos. Queremos reunirnos todos para celebrar agradecidos<br />

nuestra salvación, y queremos hacerlo como Jesús nos lo enseño.<br />

Todos celebramos la santa misa.<br />

Muchos aceptan la invitación de Jesús y vienen a misa con gusto, alegría y<br />

gratitud y dejan de ser meros espectadores, delante de cuyos ojos se celebra la santa<br />

misa como si fuera un espectáculo piadoso.<br />

Nuestra participación en esta asamblea fraterna ha de ser no solo interior, sino<br />

también exterior, interviniendo activamente, participando todos principalmente en la<br />

oración y los cantos.<br />

La misa del verdadero cristiano.<br />

La eucaristía es “la fuente y la cumbre de toda vida cristiana “, como destaca el<br />

concilio (reservarse para esto una hora por semana ¿le parece mucho?). Toda nuestra<br />

vida cotidiana debe ser inspirando y guiada de lo que aprendemos y celebramos en la<br />

misa. Debemos ser consecuentes: si en la misa Jesús se sacrifica por nosotros,<br />

también nosotros debemos sacrificarnos por los demás.<br />

Si los domingos nos reunimos como hermanos y compartimos la mesa del señor,<br />

¡también debemos compartir nuestra vida con generosidad y tratarnos como hermanos<br />

toda la semana!<br />

La verdadera misa del cristiano es: participa en la celebración de la santa misa y<br />

poner en práctica lo que ella significa.<br />

La Eucaristía, Misterio de luz<br />

Carta Apostólica “Mane Nobiscum Domine”. (Juan Pablo II).<br />

“Quédate con nosotros, Señor, porque atardece y el día va de caída” (Lc 24,<br />

29). Esta fue la invitación apremiante que, la tarde misma del día de la Resurrección,<br />

los dos discípulos que se dirigían hacia Emaús hicieron al Caminante que a lo largo del<br />

trayecto se había unido a ellos. Abrumados por tristes pensamientos, no se<br />

imaginaban que aquel desconocido fuera precisamente su Maestro, ya resucitado. No<br />

obstante, habían experimentado como “ardía” su corazón mientras El les hablaba<br />

“explicando” las Escrituras. La luz de la Palabra ablandaba la dureza de su corazón y<br />

“se les abrieron los ojos”. Entre la penumbra del crepúsculo y el ánimo sombrío que les<br />

embargaba, aquel Caminante era un rayo de luz que despertaba la esperanza y abría<br />

el espíritu al deseo de la plena luz. “Quédate con nosotros”, suplicaron, y El aceptó.<br />

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