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2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta

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El Padre Eterno no abandonó la obra salida de sus manos y mandó a<br />

restaurarla por medio de la Encarnación de su Hijo, que tomó nuestra naturaleza.<br />

Cristo se ha hecho hombre y ha unido perfectamente su voluntad divina para<br />

reparar la disgregación producida por el pecado y se hizo obediente hasta la muerte<br />

y muerte de Cruz (cf. Fil 2, 8).<br />

Bellamente Juan Pablo II dijo que la Santísima Eucaristía se nos da en la<br />

Iglesia, que es como “la cuna en la que María coloca a Jesús” (Incarnationis<br />

Mysterium n. 11), Y A LA VEZ ELLA HACE A LA iglesia, pues Jesús nos une a todos<br />

en un solo cuerpo para ofrecernos consigo al Padre por el Espíritu Santo.<br />

La santa misa es la “cumbre a la cual tiende toda actividad de la Iglesia y al<br />

mismo tiempo la fuente de donde mana su fuerza” (Sacrosantum Concilium n. 10). Esta<br />

realidad divina debe encender de tal manera nuestro corazón que nos lleve a amar<br />

la Eucaristía y que no nos acostumbremos a participar de ella como meros<br />

espectadores, sino a celebrar. Pidámosle al Espíritu Santo que encienda en<br />

nosotros el fuego del amor divino para que participemos en cada misa y la<br />

celebremos con devoción, como si se tratara de la única de nuestra vida, sabiendo<br />

que allí está siempre presente Cristo y que donde está El está su Iglesia.<br />

Participar del misterio eucarístico es ser reconfortado en Cristo: “Aquí es<br />

Cristo en persona quien escoge al hombre, maltratado por las asperezas del<br />

camino y lo conforta con el calor de su comprensión y de su amor” (Juan Pablo II,<br />

Homilía 9.VII-90).<br />

Obstáculos que impiden vivir la Eucaristía como fuente de unidad.<br />

Uno de los motivos por los que no podemos recibir esa comprensión y ese<br />

amor es no tener clara nuestra identidad cristiana. En un mundo que ha perdido el<br />

sentido delo eterno, la llamada de Dios nos hace olvidar que hemos nacido para<br />

participar de su vida divina.<br />

Todo bautizado – decía Juan Pablo II al comenzar este milenio- tiene que<br />

tender a la santidad. Todos estamos obligados a amar a Dios sobre todas las<br />

cosas: “Amarás a Dios con tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza”.<br />

Cuando perdemos este horizonte de nuestra vida, nos arrastramos en las<br />

cosas de la Tierra mendigando un minuto de placer. Nos embriagamos para<br />

comprar la “carcajada loca”, y en el caminar en el terreno de todos los días los<br />

nervios terminará destruyendo la imagen divina.<br />

El naturalismo, el indiferentismo religioso, el secularismo y el ateísmo son las<br />

monedas corrientes con las que se vende la más alta dignidad del hombre: la vida<br />

divina que lleva dentro de sí. Además, de este modo, se rompe la unidad que la<br />

gracia divina le ha concedido por el Bautismo.<br />

El que no se llena del amor de Dios se llena de sí mismo, y el que está lleno<br />

de sí mismo no puede vivir la comunión.<br />

“La Eucaristía es el medio más poderoso para transformar el mundo. El que<br />

recibe el Cuerpo santo de Jesús se hace uno con Él y con toda su Iglesia. Es el<br />

sacramento de unidad, el vínculo de caridad. La Eucaristía es propiamente el<br />

sacramento que une a los hombres con Dios y entre sí”:<br />

La Misa del Domingo y la Familia<br />

(Sobre la responsabilidad de los padres en la práctica religiosa)<br />

En una familia cristiana, es natural que haya –tiene que haber- unas prácticas<br />

de piedad, propias de la familia en cuanto tal, es decir, que van más allá de la<br />

piedad personal de cada uno de sus miembros. Es lo que “rezamos en cuanto<br />

familia”, no sólo reunidos, sino en unidad. “La familia que reza unida, permanece<br />

unida”,sentenció con gran sabiduría el Papa Pablo VI.<br />

Dentro de la vida religiosa en común de la familia, la Misa dominical debería<br />

ocupar un lugar privilegiado. Sería por esto muy conveniente que los miembros de<br />

una familia (dentro de lo posible) asistan a Misa juntos.<br />

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