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2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta

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Puntos para desarrollar el encuentro:<br />

“Este apostolado no consiste sólo en el testimonio de vida; el verdadero<br />

apostolado busca ocasiones para anunciar a Cristo con su palabra tanto a<br />

los no creyentes…como a los fieles”<br />

Cuando se pierde la capacidad de asombro; cuando el corazón no se entusiasma<br />

por nada; cuando la vida no tiene un clima de pasión, de fuerza de vivir, cuando el<br />

hombre no se deja sorprender, fascinar; cuando se deja de seguir buscando; cuando<br />

únicamente lo inmanente, lo tangible, lo verificable, es lo que interesa; cuando no se<br />

entra en la esfera de la trascendencia; cuando se vive una vida limitada y el corazón<br />

no se ha despertado a la vida sin término, a la vida eterna; cuando se vive de cara a la<br />

tumba y no se espera la resurrección; cuando las cosas de aquí abajo son las que<br />

interesan y no las de arriba; cuando se vive desde la carne y no desde el Espíritu;<br />

cuando Dios está ausente en nuestra vida…ENTONCES la vida se hace pesada y<br />

triste en lo profundo del corazón y no se es Testigo de nada que valga la pena. El<br />

gozo de ser testigo surge en la experiencia y en la vida que se ha encontrado con<br />

Jesús y lo sigue con radicalidad.”Es en el mundo donde el laico encuentra su campo<br />

específico de acción por el testimonio de su vida, por su palabra oportuna y por su<br />

acción concreta, el laico tiene la responsabilidad de ordenar las realidades temporales<br />

para ponerlas al servicio de la instauración del Reino de Dios”. (Doc.Puebla Nº 789).<br />

Hoy los hombres necesitan testigos. “Necesitan. Necesitamos” personas que<br />

crean, que se han encontrado con Dios y lo anuncian.<br />

“Lo que hemos visto y oído reclama que lo transmitamos a quienes quieran<br />

escucharnos. La Iglesia existe para evangelizar. Tiene como centro de su misión<br />

convocar a todos los hombres al encuentro con Jesucristo.<br />

Esta misión que Dios nos confía exige luchar contra nuestras inclinaciones<br />

egoístas y contra cualquier desánimo. La riqueza de la Buena Noticia reclama<br />

evangelizadores convencidos y entusiastas, como los primeros cristianos que daban<br />

testimonio de su fe con clara coherencia”. (Navega Mar Adentro 15 y 16).<br />

Necesitamos personas que hablen de otros valores, que vivan otros valores, que<br />

iluminen la vida y le pongan alas de águila. Necesitamos personas –testigos- que<br />

comuniquen la experiencia de Dios en Jesús, que comuniquen la fuerza del espíritu en<br />

sus vidas, que nos hagan llegar la pureza y alegría de vivir el Evangelio.<br />

“Después de un día particularmente agitado, me fui a acostar muy tarde. Mi mujer<br />

ya se había dormido y yo empecé a hacerlo cuando sonó el teléfono. Una voz irritada<br />

dijo: “Escucha, negro, hemos tomado medidas contra ti. Antes de la semana próxima<br />

maldecirás el día que llegaste a Montgomery. Colgué, pero ya no pude dormir. Parecía<br />

como si todos los temores me hubieran caído encima a la vez. Estaba dispuesto<br />

abandonarlo todo. Intenté la forma de esfumarme de allí sin parecer cobarde. En ese<br />

estado de abatimiento, cuando mi valor ya había casi muerto, decidí presentar mi<br />

problema a Dios. Con la cabeza entre las manos me incliné sobre la mesa de la cocina<br />

rezando en voz alta. Las palabras que dije aquella noche aún están vivas en mi<br />

memoria: “Estoy aquí tomando partido por lo que creo justo. Pero ahora tengo miedo…<br />

la gente negra me elige para que los guíe y, si me presento ante ellos falto de fuerza y<br />

de valor, ellos también se hundirán. Estoy en el límite de mis fuerzas. No me queda<br />

nada. He llegado a un punto en que ya me es imposible enfrentarme yo dolo ante<br />

todo”. En aquel instante experimenté la presencia de Dios como jamás la había<br />

experimentado hasta entonces. Parecía como si pudiera sentir la fuerza tranquilizadora<br />

de una voz que me decía: “Toma partido a favor de la justicia. Pronúnciate por la<br />

verdad. Yo estaré siempre a tu lado”. Casi al momento sentí que mis temores<br />

desaparecían. Desapareció mi incertidumbre. La situación seguía siendo la misma,<br />

pero Dios me había dado tranquilidad interior…nuevo vigor y nuevo empuje”.<br />

(Martín Luter King)<br />

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