2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta
2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta
2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Dios, con la fuerza de su Espíritu, Señor, aquí estamos, somos tus<br />
servidores. Que sea en nosotros según tu voluntad, ahora y siempre, y<br />
a través de nosotros a todos los que nos rodean.<br />
La Confirmación es el Sacramento del Cristiano adulto<br />
La Confirmación pertenece a los “Sacramentos de la Iniciación Cristiana”. Así<br />
como un día nuestros padres decidieron bautizarnos, ahora en la Confirmación<br />
tenemos la oportunidad de “confirmar” aquel compromiso Bautismal que hicieran<br />
nuestros padres y padrinos por nosotros en una forma consciente, haciendo<br />
libremente nuestra opción personal por Cristo y su Iglesia.<br />
La Confirmación es como la maduración del Bautismo. Lo “confirma”, refuerza<br />
y completa. Lo que se nos ha dado en el Bautismo, es fortalecido en la<br />
Confirmación. (Por eso se recomienda que para ambos sacramentos el padrino sea<br />
la misma persona). La misma relación que existe entre la Pascua y el Bautismo,<br />
existe entre Pentecostés y la Confirmación.<br />
Un niño se caracteriza por recibirlo todo de los adultos. Cuando se hace<br />
adulto se espera que se haga responsable de sí mismo y de los demás.<br />
En la Confirmación recibimos una fortaleza especial para asumir nuestras<br />
responsabilidades como miembros adultos y maduros de la Iglesia. Comenzamos a<br />
luchar por “nuestra familia”.<br />
A cada uno Dios le confió una vocación y misión propia al servicio de la<br />
comunidad: dentro de la Iglesia de la sociedad civil. (¡Qué pena que tantos se<br />
quedan en la fe como niños!) Si los confirmados asumieran sus responsabilidades,<br />
habría un gran despertar.<br />
Pocas cosas hay más inconsistentes que el llamado “Católico no practicante”.<br />
Es prácticamente una contradicción de términos. A veces uno escucha a alguien<br />
decirlo de sí mismo, incluso hasta con cierto dejo de orgullo... como si definiese su<br />
modo de ser católico con un calificativo normal, como si dijese un “Católico hispano<br />
parlante”. Es decir, como si fuese una variedad normal de católico. Se cumple lo de<br />
San Agustín: “El que no vive como piensa, termina pensando como vive”.<br />
Su relación con Dios llegará a reducirse a compromisos sociales (Bautismos,<br />
Casamientos, Primeras Comuniones, Confirmaciones, funerales...) y necesidades<br />
(salud, dinero, trabajo...) que sean tan imperiosas como para hacerle acordar que<br />
Dios existe y que uno debe dirigirse a Él.<br />
Lo que cada uno no aporta para el bien, nadie lo va a hacer por nosotros.<br />
¿Estamos dispuestos a hablar? ¿A luchar? ¿A ser verdaderos y auténticos<br />
cristianos?.<br />
Depende todo, si nos abrimos al Espíritu y nos dejamos guiar por él. Jesús<br />
dice que hay un solo pecado que no será perdonado (Mt. 12, 31s) es esa<br />
resistencia continua y pertinaz contra las insinuaciones del Espíritu Santo. Para con<br />
un hombre que se sierra, también Dios es impotente, pues no obliga a nadie a<br />
salvarse.<br />
Existe un escrito anónimo que reza lo siguiente:<br />
Cuando digo “soy Cristiano” estoy susurrando “estuve perdido, por eso EL<br />
SEÑOR me mostró el camino y pude seguirlo”.<br />
Cuando digo “soy Cristiano” no hablo orgullosamente, estoy confesando que<br />
tropiezo y necesito que alguien me guíe y me conduzca por el camino.<br />
Cuando digo “soy Cristiano” no estoy intentando ser fuerte, estoy profesando<br />
que soy débil y oro para que la fuerza de Dios actúe en mí.<br />
Cuando digo “Soy Cristiano” no me estoy jactando de tener éxito, estoy<br />
admitiendo que he fallado y nunca podré pagar la deuda.<br />
Cuando digo “soy Cristiano” no estoy declarando ser perfecto, mis defectos<br />
son demasiado visibles. Sólo que Dios me ve valioso aunque muchas veces yo no<br />
esté tan convencido.<br />
Cuando digo “soy Cristiano, soy Cristiano” en mi carne siento el aguijón del<br />
dolor, por eso comparto mis angustias y por eso me abro al nombre de Dios vivo.<br />
127