2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta
2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta
2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
San Pablo en el Areópago de Atenas, describió muy bien la relación de Dios,<br />
comunidad Trinitaria, con nosotros: “En Él vivimos, existimos y nos movemos” (Hch.<br />
17, 28). La vocación cristiana consiste en una invitación a vivir en comunión con Dios,<br />
en la comunidad de Dios y que Dios viva en nosotros y entre nosotros, en comunión<br />
con nosotros. Vivir en comunidad, construir en comunidad es vivir en Dios, comunidad<br />
eterna, y que Dios nos compenetre.<br />
La Trinidad está al principio y también al final. No únicamente es nuestra utopía<br />
comunitaria, sino que también nos espera al final de la historia. Cuando hayamos<br />
atravesado el tiempo, entraremos a vivir en el seno de la Comunidad Divina. El Espíritu<br />
Santo nos asumirá hipostáticamente, como el Verbo asumió la naturaleza humana y<br />
seremos dioses en Dios. No habrá una identidad plena, nos distinguiremos de Dios,<br />
pero su ser divino nos penetrará. Así viviremos en eterna felicidad, en eterno diálogo<br />
con el Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo. Viviremos en la comunidad perfecta y<br />
eterna de Dios Trino.<br />
Esta comunión inicia desde ahora. Porque la comunión entre los discípulos de<br />
Jesús es comunión con Dios. “Lo que hemos visto y oído eso se los comunicamos<br />
para que también ustedes estén en comunión con nosotros. Nosotros estamos en<br />
comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo (1 Jn. 1, 3). La Iglesia es sacramento<br />
de la comunidad eterna de Dios. El ser comunitario es un elemento esencial en<br />
nosotros. Es nuestro origen y nuestra identidad.<br />
La vida Cristiana si no es Trinitaria no tiene ni sentido, ni contenido, ni raíz. O<br />
muere de inanición por falta de savia o degenera en racionalismo o humanismo estéril.<br />
Nuestra grandeza, nuestro gozo es que somos hijos del Padre en Cristo, vivificados<br />
por el Espíritu Santo.<br />
“toda la vida cristiana se edifica sobre un hecho fundamental: Dios se nos ha<br />
dado y nos invita a responder a su donación. Dios, Uno y Trino, nos crea, nos eleva al<br />
orden sobrenatural y nos llama a la santidad, es decir, a conocer y a participar de su<br />
vida trinitaria.<br />
La criatura elevada al orden sobrenatural, revestida por el don creado de la<br />
gracia santificante que la asemeja misteriosamente a Dios, recibe en lo más profundo<br />
de su ser una disposición estable, como una nueva naturaleza, que le permite ser<br />
sujeto de acciones sobrenaturales. En virtud de ella se da una especial presencia de<br />
Dios hombre, a la que la Teología llama presencia de inhabitación, por la que el<br />
hombre pasa a ser verdaderamente semejante a Dios. Sus operaciones de<br />
entendimiento y voluntad tienen por objeto a Dios mismo, aunque de modo limitado e<br />
imperfecto – como corresponde a una naturaleza creada- pero real, es decir, el hombre<br />
elevado por la gracia conoce y ama a Dios de modo semejante a como El se conoce y<br />
ama a sí mismo.<br />
La Iglesia necesita cristianos comprometidos que sean generosos con su tiempo<br />
y sus capacidades para servicio del Reino.<br />
La evangelización se logra con agentes que primordialmente estén bien formados<br />
y que se distingan por su piedad y ardor misionero. Debemos ser testigos de la acción<br />
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que han elegido como morada nuestro corazón<br />
y que están presentes en las realidades del mundo y de la Iglesia para santificarla.<br />
A Dios Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los<br />
siglos de los siglos. Amén.<br />
Revisamos la ficha de los niños y aclaramos dudas.<br />
ORACIÓN<br />
Trinidad Santísima: Padre, Hijo y Espíritu Santo, presente y activa en la Iglesia y en la profundidad de mi<br />
ser; te adoro, te doy gracias y te amo. Y por las manos de María, mi madre santísima, me ofrezco, entrego<br />
y consagro como hijo.<br />
Jesús Maestro, a ti me ofrezco, entrego y consagro como hermano y discípulo.<br />
Espíritu Santo, a ti me ofrezco, entrego y consagro como “templo vivo” para ser santificado.<br />
María, Madre de la Iglesia y madre mía, tú que estás en íntima unión con la Santísima Trinidad, enséñame<br />
a vivir en comunión con las tres divinas personas, a fin de que toda mi vida sea un canto de gloria al<br />
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.<br />
65