07.05.2013 Views

2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta

2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta

2º AÑO DE CONFIRMACIÓN - Catequesis Familiar Salta

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La única Iglesia de Cristo debe difundirse “Por todo el mundo” (Ésta es<br />

la traducción de la palabra “católica”) y por todos los tiempos. Por eso<br />

quiere Cristo que haya un solo rebaño y un solo pastor (Jn. 10,16), y<br />

ora insistentemente por esa unidad: “Que todos sean uno como tú,<br />

Padre, estás en mí y yo en ti; que también ellos sean uno en nosotros,<br />

para que el mundo crea que tú me enviaste.” (Jn.17, 21).<br />

Lamentablemente este anhelo de Jesús no está realizado en lo que se ve<br />

de desunión en la cristiandad actual. La voluntad del Señor no se cumplió<br />

por culpa de todos nosotros. Con eso el mensaje de Cristo aparenta ser<br />

poco digno de fe para los no cristianos. ¡No se puede predicar un Cristo<br />

dividido! Hasta en el seno de muchos hogares sufrimos las consecuencias<br />

de esa división fatal.<br />

Por eso, todos los que quieren ser fieles a Cristo deben sentir como<br />

tarea primordial el buscar la unidad de todos los cristianos.<br />

Felizmente se despertó en la inmensa mayoría de los cristianos en todo<br />

el mundo este deseo hacia la unidad. El interés se dirige hoy más a lo que<br />

nos une que a lo que nos separa. Esos deseos y esfuerzos de “promover la<br />

restauración de la unidad de todos los cristianos” (Concilio Vaticano II)<br />

constituye el MOVIMIENTO ECUMÉNICO.<br />

La entrada de la conciencia ecuménica en los cristianos del siglo XX fue<br />

un acontecimiento tan conmocionante, que no es fácil encontrar<br />

comparaciones. Hay, sin embargo, una analogía que puede ayudar.<br />

Supongamos una persona de unos cuarenta años. Tiene dos hermanos, una<br />

familia hecha y una vida encaminada. De pronto, viene alguien y le dice que<br />

tiene cuatro hermanos más, que él no conoce y que viven en otros pueblos.<br />

Cada uno ha crecido por su lado, sin contacto alguno. Siendo hermanos,<br />

vivieron como extraños. No es difícil imaginar la confusión inicial, la<br />

incapacidad de respuesta, el gozo del encuentro, el dolor por el pasado<br />

separado y lo complejo de empezar a vivir pensando en que la palabra<br />

“hermanos” contiene rostros, otras historias y otros destinos.<br />

Algo similar es lo que sucedió con los cristianos en el siglo XX. De<br />

repente, alguien nos dijo que teníamos millones de hermanos más de los<br />

que creíamos tener; nos anunció que había muchos hombres y mujeres que<br />

confesaban a Jesús como Señor y que vivían, anunciaban y morían por su<br />

Evangelio. También en este caso habíamos crecido separados, ajenos;<br />

nuestras costumbres se habían vuelto diferentes. Sin embargo, el aire de<br />

familia era inconfundible. Al usar palabras e invocar realidades tales como<br />

cristianos, Evangelio, Jesucristo, Trinidad o Iglesia, se empezaba a<br />

vislumbrar que se había entrado en un ámbito común y en un código<br />

compartido. Lo que nos unía con los cristianos de Oriente y de la Reforma<br />

era tanto, que casi parecía imposible pensar que alguna vez hubiese podido<br />

ignorarse.<br />

Lentamente, un título tradicionalmente aplicado a los cristianos por la<br />

Escritura, comenzó a instalarse en el trato y en la vida de las Iglesias:<br />

Hermanos. Sí, los cristianos habíamos descubierto la fraternidad básica y<br />

fundamental en Cristo Jesús. Inmediatamente, la reflexión sobre el nuevo<br />

nombre fue en busca de sus fundamentos. Es allí donde apareció el<br />

bautismo como fuente y cimiento de la existencia y de la fraternidad<br />

cristianas. Bautizados y hermanos son dos nombres para la misma<br />

realidad. Así lo había expresado el apóstol Pablo:<br />

“Porque todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, ya que<br />

todos ustedes, que fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de<br />

111

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!