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EL HÚSAR NEGRO

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dades alemanas calcinadas por el fósforo aliado. De pronto<br />

se escuchó, el timbre de la casona y hubo de interrumpir<br />

su reconstrucción del ocaso délos dioses, al que asistiera<br />

como clown y cronista, dedicándole las páginas que, pre<br />

cisamente, ondearan como banderas derrotadas frente<br />

a sus ojos cansados, su camiseta deshilachada y la señal<br />

de la putrefacción marcada en el rostro como el estigma<br />

salvífico de los "elegidos".<br />

El joven médico, tocó tres veces y escuchó el desplazarse<br />

lento de un cuerpo, que parecía chocar con trastos<br />

dispersos; creyó oír vma maldición asordinada y el carraspeo<br />

de una voz gruesa, como un grito ronco y desgarrado,<br />

una voz quebrada, que elevara los tonos sobre<br />

su desolación. Antes de saludarlo siquiera, con un ademán<br />

diestro y profesional, el joven médico echó sobre la<br />

entrada su maletín como si descansara de pasear a su perro,<br />

e inmediatamente, extrajo vm paliacate que despertó<br />

la admiración disimulada del doctor Destouches,<br />

limpiando los arillos de sus lentes con las manos extendidas<br />

como acostumbran hacerlo los cirujanos antes de<br />

hundir el escalpelo en el paciente adormecido. El rojo intenso<br />

del paliacate, apareció en vma visión fugaz como si<br />

se tratase de un pájaro tropical errabundo que se hubiera<br />

posado sobre esos papelotes colgados que llamaran la<br />

atención del joven doctor. Destouches intuyó, oscuramente,<br />

que ese joven médico era algo más que eso... y no<br />

esperó para contraatacar.<br />

Con siseos y murmullos le indicó que se sentase en el<br />

destartalado sofá que servía como sala de estar. Sin hablar,<br />

sin mirarlo siquiera, prosiguió asiendo hojas al tendedero<br />

literario, el cual mostraba diversas caligrafías,<br />

pero todas elaboradas con una letra gruesa y descomunal,<br />

más próxima a los brochazos de vm pintor que a los<br />

menudos y enmarañados rasgos con que suele identificarse<br />

la manera de escribir de los médicos El joven doctor<br />

esbozó una sonrisa, lo que no dejó de fascinar al caballero<br />

Destouches, a quien Simone de Beauvoir acababa<br />

de agredir, públicamente, tratándole de lanzar vm café<br />

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