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He Vivido

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–Ése que viene por ahí, ¿no es Periko Gabiña?<br />

–Sí señor...<br />

–¡Para! Ese desgraciado se ha perdido...<br />

Detuvieron el coche, y tras bajar la ventanilla el director de Unión Cerrajera<br />

le dijo:<br />

–Periko, ¿A dónde vas?<br />

–¡A Belén!<br />

–Por favor ¡sube!<br />

Que sí, que no, tras un rato de discusión D. Toribio pudo convencer a Periko,<br />

pero con una condición: una vez llegaran al pueblo, Periko bajaría<br />

frente al bar “Monte”, para envidia de todos los que allí se encontraran. Periko<br />

es un fuera de serie, ¡claro que sí!<br />

Como ya he comentado anteriormente, acostumbro a observar los coches<br />

de caballos que parten frente a la tienda de Julián Zeziaga y no pocas veces<br />

he temido que el cochero no pudiera mantener el equilibrio de su medio de<br />

transporte, sobre todo en los casos en que llevaba más gente encima que<br />

dentro. Cuando el coche empieza a centrarse en medio de la calle mi corazón<br />

acelera. Son coches de tres y cinco caballos, que realizan el servicio de<br />

correo y también transportan a invitados de las bodas. Los días festivos importantes,<br />

además del de Julián se utiliza también el carromato de Luciano<br />

Margallo Mercader. El de éste suele volver con una col atada de manera aparente<br />

en la parte delantera, en el lugar donde normalmente se lleva un farol<br />

de una única luz. El cochero se sienta en la parte delantera de la carroza, con<br />

una palanca a su derecha, para poder activar si fuera necesario el freno de<br />

hierro de la rueda posterior.<br />

¿Pero qué hago yo a estas horas sin ir a la escuela? Pues resulta que he estado<br />

medio enfermo y el médico Félix Ortiz de Urbina me indicó que debía permanecer<br />

unos días en cama. Pero de hoy no pasa. Apercibida de que el aspecto<br />

de mi cara ha mejorado, mi madre me ha invitado a acompañarla a por agua a<br />

la fuente de La Concepción. Colocará encima de su cabeza la herrada, recipiente<br />

cónico con asideros de bronce, cubierto con una lámina de madera circular para<br />

que el agua no escape. En cada mano llevará un caldero. Por la mañana ayudaré<br />

a mi madre y por la tarde a la escuela, tal será mi plan para hoy.<br />

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