09.05.2013 Views

He Vivido

He Vivido

He Vivido

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En el mercado negro, por supuesto. Un día, en un registro, los gendarmes nos<br />

llevaron con ellos a mí y a todos los que habitaban la casa. Mi situación se<br />

complicó aún más, pues yo era el único extranjero en todo el edificio y pensé<br />

que en adelante recibiría la visita de la policía cada vez con más frecuencia.<br />

Por temor a eso, me trasladé a casa de un compañero de la época de la fábrica<br />

de aviones. Pero mi compañero tuvo que desplazarse a Burdeos por<br />

razones laborales y me llevó con él. Viví con su familia hasta el desembarco<br />

de los aliados.<br />

Las guerras ofrecen la ocasión de contemplar el horror provocado por las<br />

explosiones con más frecuencia de lo deseado. Cada uno se aferra a la lógica<br />

del momento y afronta la desgracia con energía, de la mejor manera que<br />

puede y como las circunstancias aconsejan hacerlo. No obstante, la energía<br />

del hombre tiembla ante el sufrimiento cercano. Y eso es así porque la persona,<br />

al fin y al cabo, es algo más que un trozo de carne. A mí también me<br />

tocó vivir de cerca el dolor, cuando las bombas de los americanos –como<br />

siempre, efecto colateral de los objetivos militares– destruyeron nuestra casa.<br />

Mi amigo resultó herido gravemente en dos ocasiones, a su hija le tuvieron<br />

que amputar una pierna y su mujer apareció muerta.<br />

De pequeño los cuentos de miedo me aterrorizaban. Siempre había alguien<br />

que, en nuestros juegos nocturnos, contaba historias sobre cementerios<br />

y, camino a casa, yo llamaba a mi madre a gritos, al objeto de que abriera<br />

la puerta y pudiera subir las escaleras con la luz de la cocina. Además, al ascender<br />

solía decirle algo en voz más alta de lo normal, para que pusiera atención,<br />

intentando ocultar con ello que mi verdadero propósito era llegar hasta<br />

ella protegido por la luz, sin que se me apareciera ningún muerto de los<br />

cuentos. Pero, como ya he comentado, las circunstancias de cada momento<br />

pueden llegar a transformar totalmente la energía de las personas.<br />

Ocurrió que tras el bombardeo tuvieron que enterrar una gran cantidad<br />

de cuerpos sin haber sido previamente identificados. Eso fue lo que sucedió<br />

con la esposa de mi amigo quien, desde el hospital donde se encontraba, me<br />

rogó buscase el cadáver. ¡Llevaba un mes entero enterrado! Pero no podía<br />

negarme a ayudar a mi amigo y llegué a un acuerdo con el enterrador del cementerio<br />

para revisar ataúdes. Los registros los efectuaba desde las tres de<br />

la madrugada hasta el amanecer. A la tercera noche reconocí los restos de la<br />

98

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!