0. introductorias agrad. y estruc - Acceda - Universidad de Las ...
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Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />
especie <strong>de</strong>scrita por Castillo (2002) en las tortugas varadas en las costas andaluzas en el año 2001. La<br />
elevada frecuencia <strong>de</strong> P. hexastylos <strong>de</strong>scrita por estos dos últimos autores, confirma la relación<br />
existente entre ambos grupos <strong>de</strong> tortugas, que ya citaron varios autores con anterioridad y que se<br />
<strong>de</strong>be a la entrada <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Caretta caretta atlánticos en el Mediterráneo a través <strong>de</strong>l Estrecho<br />
<strong>de</strong> Gibraltar, en dón<strong>de</strong> se dirigen al mar <strong>de</strong> Alborán y la región <strong>de</strong>l Levante español (Laurent et al.,<br />
1993; Laurent & Lescure, 1994; Bolten et al., 1998; Casale et al., 2002).<br />
Por otro lado, estos datos también confirman la idoneidad <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong>l Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar para el<br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> P. hexastylos, <strong>de</strong>bida seguramente a las condiciones particulares <strong>de</strong>l Estrecho, en don<strong>de</strong><br />
convergen dos masas <strong>de</strong> agua (atlántica y mediterránea) <strong>de</strong> características muy diferentes <strong>de</strong><br />
salinidad, temperatura, concentración <strong>de</strong> nutrientes, etc (Cano & Gil, 1984; Parrilla & Zin<strong>de</strong>r, 1987;<br />
Cano et al., 1997); condiciones muy parecidas a las <strong>de</strong> los hábitats que frecuentan los manatíes,<br />
dugongos y serpientes marinas, en los que se ha observado a P. hexastylos como epibionte, y que<br />
suelen ser aguas someras <strong>de</strong> costas protegidas o poco expuestas, como golfos, ensenadas, marismas<br />
o estuarios (Citron-<strong>de</strong> Jesús, 2001).<br />
La fuerte irregularidad observada en la estacionalidad <strong>de</strong> P. hexastylos en las tortugas Caretta caretta<br />
<strong>de</strong> Canarias (Fig. 94), pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse, por un lado, a que las tortugas que presentan esta especie<br />
como epibionte procedan directamente <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong>l Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar y que ayudadas por las<br />
corrientes (Corriente <strong>de</strong> Canarias) hayan llegado hasta Canarias; o por otro lado, que dichas tortugas<br />
provengan <strong>de</strong> una zona, en las cercanías <strong>de</strong> las islas, en la que se produzcan ocasionalmente<br />
condiciones particulares <strong>de</strong> mezcla <strong>de</strong> masas <strong>de</strong> agua que creen el ambiente propicio para el<br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esta especie. Estudios <strong>de</strong> seguimiento vía satélite <strong>de</strong> tortugas juveniles capturadas en<br />
Canarias han <strong>de</strong>mostrado que algunas tortugas ascien<strong>de</strong>n hasta las costas andaluzas, otras se dirigen<br />
a las zonas <strong>de</strong>l afloramiento africano, y otras circundan los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>l archipiélago (Varo-Cruz N.,<br />
com. per.) (ver mapas <strong>de</strong> Anexo 5), por lo que cualquiera <strong>de</strong> las dos opciones podría ser coherente.<br />
Un dato que apoya que estas tortugas frecuentan las zonas <strong>de</strong> afloramiento cercanas a las islas, es la<br />
gran cantidad <strong>de</strong> larvas cipris <strong>de</strong> las dos especies <strong>de</strong> pedunculados (L. anatifera y C. virgatum)<br />
observada en las tortugas muestreadas (Fig. 95), ya que la producción <strong>de</strong> larvas <strong>de</strong> cirrípedos es<br />
mucho mayor en las zonas <strong>de</strong> alta productividad (Lestlie et al., 2005), como los afloramientos, montes<br />
submarinos, islas oceánicas (como las islas macaronésicas) o giros oceánicos, que son precisamente<br />
las zonas que, según algunos autores, seleccionan las tortugas en su fase oceánica para alimentarse<br />
(Carr, 1986; Polovina et al., 2002, 2004).<br />
Por otro lado, este elevado porcentaje <strong>de</strong> larvas cipris <strong>de</strong> L. anatifera y C. virgatum indica una gran<br />
relación entre las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> canarias y el medio pelágico, aunque principalmente con<br />
los objetos flotantes, ya que son los hábitats mas comunes para ambas especies. Los objetos flotantes<br />
son arrastrados por la corrientes superficiales miles <strong>de</strong> kilómetros. La tortuga boba, y sobretodo los<br />
ejemplares juveniles, se ayudan <strong>de</strong> las corrientes superficiales para <strong>de</strong>splazarse por el océano,<br />
<strong>de</strong>jándose llevar por estas en muchas ocasiones para ahorrar energía. Esta condición <strong>de</strong> semi-<strong>de</strong>riva<br />
que presentan los ejemplares juveniles <strong>de</strong> tortuga boba, les hace navegar junto a todo lo que<br />
arrastren las corrientes al unísono, poniendo en contacto a las tortugas con todo tipo <strong>de</strong> objetos<br />
flotantes cargados <strong>de</strong> extensas comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> fouling, que en muchas ocasiones hasta les sirve <strong>de</strong><br />
alimento y <strong>de</strong> refugio. Este contacto tan directo, permite el intercambiando especies entre la tortuga y<br />
las comunidad <strong>de</strong>l fouling <strong>de</strong> los objetos flotantes.<br />
Uno <strong>de</strong> los datos que mas sorpren<strong>de</strong> en este estudio es la baja frecuencia <strong>de</strong> ejemplares adultos <strong>de</strong> L.<br />
anatifera y C. virgatum. Este hecho postula tres hipótesis posibles: a) La durabilidad <strong>de</strong> una colonia<br />
sobre el caparazón <strong>de</strong> los ejemplares juveniles <strong>de</strong> tortuga boba es tan corta, que solo en un pequeño<br />
grupo <strong>de</strong> tortugas (el 20-30% <strong>de</strong> las tortugas presentaban adultos <strong>de</strong> L. anatifera), permanece el<br />
tiempo suficiente para que estas especies puedan llegar a madurar sexualmente. Esto implicaría una<br />
continua renovación <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s que se forman sobre las tortugas, y un constante sustrato<br />
disponible para especies adaptadas a la vida pelágica como los cirrípedos. El hecho <strong>de</strong> que C.<br />
virgatum presente una proporción mas alta <strong>de</strong> adultos (en comparación con el porcentaje <strong>de</strong> larvas y<br />
juveniles) que L. anatifera, se <strong>de</strong>be a que el primero alcanza la madurez sexual mas rápido (28 días,<br />
según Eckert & Eckert, 1987, en tortuga laúd) que el segundo, que tarda <strong>de</strong> 1 a 2 meses en los<br />
mejores casos. b) <strong>Las</strong> especies L. anatifera y C. virgatum son rápidamente sustituidas o <strong>de</strong>predadas<br />
por otras especies <strong>de</strong> la comunidad epibionte constituida sobre los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba. Los<br />
principales rivales <strong>de</strong> los cirrípedos por el espacio son las algas y las esponjas, por lo que, algas como<br />
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