0. introductorias agrad. y estruc - Acceda - Universidad de Las ...
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Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />
Este mismo autor, en 1994, citó la peculiar asociación <strong>de</strong> este pequeño <strong>de</strong>cápodo con los juveniles <strong>de</strong><br />
tortuga boba presentes en aguas <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ira, sugiriendo el papel beneficioso <strong>de</strong> P. minutus como<br />
limpiador <strong>de</strong> otros epibiontes <strong>de</strong> la tortuga, gracias a los estudios <strong>de</strong> contenido estomacal en los que<br />
encontró, larvas cipris <strong>de</strong> Lepas spp. y el anfípodo Podocerus chelonophilus, ambos citados como<br />
epibiontes comunes <strong>de</strong> tortuga boba. Posteriormente Dellinger et al., (1997) y Frick et al. (2004b)<br />
añadieron otras dos especies comunes como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba, Caprella andreae y<br />
Concho<strong>de</strong>rma virgatum, como alimento <strong>de</strong> P. minutus cuando habita sobre esta tortuga, mientras que<br />
en los ejemplares que habitan objetos flotantes solo encontraron algas y larvas cipris <strong>de</strong> cirrípedos.<br />
Estos datos corroboran la idoneidad <strong>de</strong>l hábitat que proporciona la tortuga a este cangrejo pelágico y<br />
que la asociación <strong>de</strong> estos dos organismos es beneficiosa para ambos (simbiosis) .<br />
La afinidad <strong>de</strong> las tortugas juveniles en su fase oceánica por las agrupaciones <strong>de</strong> sargazo y su relación<br />
con los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes y los objetos flotantes que estas transportan (Brongersma,<br />
1972; Withan, 1976; Carr, 1986), señala el momento idóneo para el intercambio <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> P.<br />
minutus <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sargazo o <strong>de</strong>l objeto hacia la tortuga y viceversa (Frick et al., 2000). La relación <strong>de</strong><br />
este <strong>de</strong>cápodo con las tortugas marinas, no se restringe solo a la tortuga boba (Caine, 1986;<br />
Davenport, 1994; Dellinger et al., 1997; Frick et al., 1998, 2004b, 2006), sino que hasta la fecha<br />
también se ha citado en tortuga ver<strong>de</strong>, Chelonia mydas (Crane, 1937), tortuga carey, Ertmochelys<br />
imbricata (Murray, 1895; Chace, 1951) y tortuga olivacea, Lepidochelys olivacea (Diaz et al., 1992),<br />
aunque la mayoría <strong>de</strong> los estudios se han centrado en ejemplares juveniles <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong>l<br />
Atlántico norte.<br />
Una característica común a todos los estudios sobre esta asociación, es que P. minutus se localiza<br />
generalmente alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la cloaca <strong>de</strong> la tortuga, dando lugar a conjeturas sobre una alimentación<br />
coprófaga en las heces <strong>de</strong> la tortuga (Chace, 1951; Crane, 1937). Los estudios <strong>de</strong> contenido<br />
estomacal han revelado que no se alimentan <strong>de</strong> heces sino <strong>de</strong> otros organismos epibiontes como se<br />
dijo anteriormente, y que su localización en la región cloacal es una estrategia para evitar las fuertes<br />
turbulencias que se crean alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga cuando esta está en movimiento<br />
(Davenport, 1994). En unas pocos excepciones se han localizado ejemplares <strong>de</strong> P. minutus en el<br />
cuello <strong>de</strong> la tortuga, o entre los cirrípedos (Lepas spp.) epibiontes <strong>de</strong> esta, pero en la mayoría <strong>de</strong> los<br />
casos, sobre una misma tortuga se han localizado un máximo <strong>de</strong> 3 individuos (Davenport, 1994;<br />
Dellinger et al., 1997; Frick et al., 2004b).<br />
P. minutus se ha observado en frecuencias bastante elevadas (82%) sobre ejemplares juveniles <strong>de</strong><br />
tortuga boba (Dellinger et al., 1997), aunque también se ha observado esta asociación en adultos y<br />
subadultos neríticos, pero en mucha menor frecuencia (3.1% y 1%) (Frick et al., 1998 y Caine, 1986,<br />
respectivamente), observándose a<strong>de</strong>más, que las hembras ovígeras presentaban una talla bastante<br />
menor (12.9mm), que las observadas en tortugas juveniles (17.32mm en el estudio <strong>de</strong> Frick et al.,<br />
2004b; y 17.0mm en el <strong>de</strong> Dellinger et al., 1997). Igualmente se observó que en las tortugas adultas<br />
y subadultas, la presencia <strong>de</strong> este <strong>de</strong>cápodo era estacional, encontrándose solo en invierno y<br />
primavera (<strong>de</strong> diciembre a abril), lo que sugiere que las tortugas adultas y subadultas no son<br />
exclusivamente neríticas, sino que en invierno y primavera se <strong>de</strong>splazan entre el dominio oceánico y el<br />
nerítico.<br />
Casale et al. (2004) también encontraron indicios sobre la ecología <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong> Caretta<br />
caretta en el mediterráneo gracias a la interacción con este curioso epibionte, ya que lo encontraron<br />
con mayor frecuencia en la costa oeste <strong>de</strong> Italia (27.4%) que en la costa este (3.3%). Este dato<br />
sugiere que, o bien, los cangrejos mueren cuando la tortuga atraviesa el estrecho <strong>de</strong> Messina para<br />
pasar <strong>de</strong>l lado oeste al este; que los movimientos <strong>de</strong> tortugas entre ambos lados es limitado; o<br />
incluso, que la presencia o no <strong>de</strong> este crustáceo indique el origen Atlántico o Mediterráneo <strong>de</strong> dichas<br />
tortugas, puesto que en el Atlántico es realmente frecuente (82% Dellinger et al., 1997) y en el<br />
mediterráneo no. Esta última hipótesis se corrobora con el estudio <strong>de</strong> Kitsos et al. (2005) en el que no<br />
se encontró ningún ejemplar <strong>de</strong> P. minutus en las tortugas varadas en las costas <strong>de</strong> Grecia.<br />
Una característica poco estudiada en las especies <strong>de</strong>l género Planes es su coloración, en la existen<br />
diferentes patrones, lo que ha llevado a diversas especulaciones. Generalmente en crustáceos los<br />
patrones cromáticos <strong>de</strong> base están <strong>de</strong>terminados genéticamente, pudiendo existir pequeñas<br />
variaciones mediante un oscurecimiento o <strong>de</strong>coloración <strong>de</strong>l cuerpo causado por la concentración o<br />
dispersión <strong>de</strong> gránulos <strong>de</strong> pigmentos en los cromatóforos (Pons, 2006). P. minutus es<br />
predominantemente marrón, aunque se han citado colores verdosos, amarillos y rojizos, con múltiples<br />
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