0. introductorias agrad. y estruc - Acceda - Universidad de Las ...
0. introductorias agrad. y estruc - Acceda - Universidad de Las ...
0. introductorias agrad. y estruc - Acceda - Universidad de Las ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />
aquellas tortugas con caparazón o plastrón mas blando <strong>de</strong>bido a <strong>de</strong>snutrición o hipotermia, como la<br />
observaron Bentivegna et al. (1993) en una tortuga muy <strong>de</strong>bilitada en el Golfo <strong>de</strong> Nápoles. Por otro<br />
lado, P. chelonophilus si se localizó en gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s asociada a lesiones o heridas <strong>de</strong> las<br />
tortugas producidas por diversas causas como re<strong>de</strong>s, cuerdas, nylon, o mordidas <strong>de</strong> tiburón,<br />
corroborando la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que pueda ser un eficiente limpiador <strong>de</strong>l tejido necrótico <strong>de</strong> las heridas <strong>de</strong> las<br />
tortugas, ayudando la limpieza <strong>de</strong> estas, como citó Caine en 1995, e igual que ocurre con el anfípodo<br />
Isocyamus spp. en las ballenas piloto <strong>de</strong> Japón y Tasmania (Sedlak-Weinstein, 1992).<br />
Cada una <strong>de</strong> las cuatro especies <strong>de</strong> peracáridos presentó una estacionalidad propia, lo que sugiere<br />
una gran relación entre estas cuatro especies y las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias a lo largo <strong>de</strong><br />
todo el año. Todas ellas presentaron varios picos <strong>de</strong> frecuencia <strong>de</strong> hembras ovígeras a lo largo <strong>de</strong>l<br />
año, aunque centrados principalmente en estaciones concretas (C. andreae y H. grimaldii en<br />
primavera y verano; y P. chelonophilus y H. robusta en otoño e invierno), lo que sugiere que todas<br />
ellas realizan varias puestas al año (reproducción continua), característica propia <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong><br />
peracáridos <strong>de</strong> aguas tropicales y subtropicales, al igual que su pequeños tamaño y su rápida<br />
maduración (Saint-Marie, 1991).<br />
<strong>Las</strong> cuatro especies <strong>de</strong> peracáridos han presentado tallas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los rangos <strong>de</strong>scritos para cada<br />
una en la bibliografía, <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>duce que su adaptación a la vida como epibionte <strong>de</strong> tortuga<br />
boba no ha supuesto un gran esfuerzo adaptativo para ninguna <strong>de</strong> ellas. Por ejemplo, el gammárido<br />
P. chelonophilus es específico <strong>de</strong> tortugas marinas, por lo que está totalmente adaptado a ellas; o el<br />
gammárido H. grimaldii y el caprélido C. andreae, que presentan una fuerte preferencia por las zonas<br />
muy expuestas y que están adaptados a hábitats aislados como los objetos flotantes (Thiel, 2003),<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cuales pue<strong>de</strong>n colonizar ejemplares <strong>de</strong> Caretta caretta que frecuentan y acompañan a los<br />
objetos flotantes en su <strong>de</strong>riva por el océano Atlántico.<br />
El hecho <strong>de</strong> que tres <strong>de</strong> las cuatro especies observadas lleven a cabo cuidados parentales prolongados<br />
sobre la propia tortuga corrobora la idoneidad <strong>de</strong>l hábitat para estas especies.<br />
El cuidado parental prolongado unido a los movimientos migratorios <strong>de</strong> las tortugas, aumenta<br />
fuertemente la capacidad <strong>de</strong> dispersión <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> peracáridos, pudiendo ser transportadas a<br />
gran<strong>de</strong>s distancias, como sugieren Martinez & Adarraga sobre el transporte <strong>de</strong> H. robusta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las<br />
costas africanas hasta el Golfo <strong>de</strong> Vizcaya (norte <strong>de</strong> España), garcias al transporte naval como vector<br />
<strong>de</strong> introducción. Este transporte pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse a gran<strong>de</strong>s migradores vertebrados como las tortugas<br />
marinas, al igual que sobre barcos u otros objetos. Aun mas, el transporte pue<strong>de</strong> ser escalonado,<br />
siendo las islas Canarias un punto estratégico para el <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> especies <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las costas<br />
africanas, <strong>de</strong>bido a su proximidad a estas, y a que en especies como H. robusta, las regiones con muy<br />
poca plataforma continental como Canarias presentan un mayor intercambio entre los frentes costeros<br />
y oceánicos (Suárez-Morales & Gasca, 1996), permitiendo el transporte <strong>de</strong> ejemplares adultos hacia el<br />
océano abierto como medio pasivo <strong>de</strong> dispersión (Sieg, 1983b), como los observados por García-<br />
Madrigal et al. (2005) en el Caribe Mexicano. Estos ejemplares <strong>de</strong>splazados a la región oceánica<br />
encuentran en las tortugas el nuevo sustrato en el que asentarse y continuar su dispersión.<br />
La tortuga boba ofrece a estas cuatro especies <strong>de</strong> peracáridos, un sustrato idóneo sobre el que vivir,<br />
con microhábitats <strong>de</strong> algas, hidroi<strong>de</strong>os y cirrípedos, a<strong>de</strong>cuados en los que pue<strong>de</strong>n llevar a cabo un<br />
cuidado parental prolongado, como se ha observado en C. andreae, P. chelonophilus y H. robusta;<br />
alimento continuo, <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> diatomeas y microepibiontes localizados en las capas<br />
primarias <strong>de</strong> la colonización (<strong>de</strong>nominada “slime”), o adheridas a otros epibiontes, al hidrodinamismo<br />
<strong>de</strong> la tortuga que crea corrientes a su alre<strong>de</strong>dor cargadas <strong>de</strong> plancton, o incluso a los propios restos<br />
<strong>de</strong> la alimentación <strong>de</strong> la tortuga, residuos <strong>de</strong> esta o exudados o tejidos muertos que pue<strong>de</strong>n servir <strong>de</strong><br />
alimento; y un medio <strong>de</strong> dispersión envidiable, ya que los gran<strong>de</strong>s movimientos migratorios <strong>de</strong> las<br />
tortugas los distribuyen por el océano con gran eficacia. En cambio, la tortuga recibe unos organismos<br />
móviles que limpian su caparazón <strong>de</strong> otros epibiontes (como larvas <strong>de</strong> cirrípedos, huevos <strong>de</strong><br />
nudibranquios, diatomeas, etc), <strong>de</strong> restos orgánicos adheridos a su caparazón, o incluso que pue<strong>de</strong>n<br />
ayudarle a limpiar sus heridas, como es el caso <strong>de</strong> P. chelonophilus.<br />
235