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Dama Dai’h<br />
La reina deseaba<br />
ver a<br />
Dai’h en sus<br />
aposentos inmediatamente.<br />
No podía<br />
rehusar<br />
ella había sido el primer obstáculo del que se libraron. Sus hermanos y<br />
hermanas muertas también habían sido obstáculos. Ahora sólo quedaba<br />
su madre. Pero Dai’h debía esperar.<br />
Pensó en Inashiyin. En su sonrisa falsa al recomendarla como doncella<br />
de la reina. Él sabía lo que iba a pasar. Debía conocer bien el equilibrio de<br />
poder entre el rey y su madre, la reina. Lo imaginó seduciendo a su hermana<br />
para que le diera la información necesaria. Y el odio por él creció aún<br />
más. Y también por su hermana, que había traicionado a su familia por<br />
los Draiin.<br />
Dai’h no pudo contenerlo más y se levantó de su lecho, recogió su báculo<br />
y salió por la ventana evitando a la guardia de la familia.<br />
Al día siguiente se presentó en la mansión Dluggia una mensajera de<br />
la reina. La reina deseaba ver a Dai’h en sus aposentos inmediatamente.<br />
No podía rehusar.<br />
Escoltadas por dos patrullas de gélidos, mensajera y hechicera se dirigieron<br />
a palacio. Allí Dai’h fue llevada directamente a los aposentos reales<br />
y Morathi y Dai’h volvieron a estar una frente a otra. La sonrisa de la reina<br />
dejaba bien claro que le gustaban los cambios operados en la joven hechicera.<br />
Sin embargo Dai’h no sentía la misma atracción irreflexiva que sintió<br />
la primera vez que estuvo ante ella. De alguna forma, la sensualidad<br />
de la reina ya no la afectaba como antaño. La encontraba terriblemente<br />
atractiva, sí, pero no hasta el extremo de nublar su juicio como lo hizo la<br />
primera vez.<br />
La reina y Dai’h hablaron amigablemente, y tomaron un refrigerio<br />
mientras lo hacían. A cualquier espectador le parecerían dos amigas que<br />
se reencuentran tras mucho tiempo, pero ambas hablaban con implicaciones<br />
ocultas en insinuaciones. La reina le comunicó a Dai’h que Inashiyin<br />
y su hermana habían desaparecido y que le parecía curioso que fuera<br />
justo cuando Dai’h había vuelto. Dai’h, por su parte, no negó su implicación<br />
en aquellos sucesos, pero era del todo absurdo que una joven Druchii<br />
sola pudiera entrar y salir de la poderosa y orgullosa casa Draiin sin ser<br />
vista ni detectada.<br />
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