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Historia del Cristianismo II - iglesia evangélica el olivo

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publicó su obra Pia desideria - deseos píos - que pronto se volvió la carta<br />

fundamental <strong>d<strong>el</strong></strong> pietismo.<br />

A quien no conozca <strong>el</strong> espíritu de la época, lo que Spener proponía en aqu<strong>el</strong>la breve<br />

obra podrá parecerle cuestión de sentido común. Y, sin embargo, los "deseos píos"<br />

<strong>d<strong>el</strong></strong> pastor de Frankfurt pronto provocaron amargos ataques.<br />

Lo que Spener deseaba era un despertar en la fe de cada cristiano. Para <strong>el</strong>lo<br />

ap<strong>el</strong>aba a la doctrina luterana <strong>d<strong>el</strong></strong> sacerdocio universal de los creyentes, y sugería<br />

que se hiciera menos énfasis en las diferencias entre laicos y clérigos, y más en la<br />

responsabilidad de todos los cristianos. Esto a su vez quería decir que debía haber<br />

más vida devocional y más estudio bíblico por parte de los laicos, como sucedía ya<br />

en los "colegios de piedad". En cuanto a los pastores y teólogos, lo primero que<br />

debía hacerse era asegurarse de que los candidatos a tales posiciones fueran<br />

"verdaderos cristianos" de fe profunda y personal. Pero además Spener invitaba a<br />

los predicadores a dejar su tono académico y polémico, pues <strong>el</strong> propósito de la<br />

predicación no era mostrar la sabiduría <strong>d<strong>el</strong></strong> predicador, sino llamar a todos los fi<strong>el</strong>es<br />

a la obediencia a la Palabra de Dios.<br />

En todo esto no había ataque alguno a la doctrina de la <strong>iglesia</strong>, hacia la cual Spener<br />

mostraba gran respeto y con la cual afirmaba estar de acuerdo. Pero sí había un<br />

intento de colocar esa doctrina en su justo lugar, de tal modo que no viniera a ser <strong>el</strong><br />

centro de la fe. El propósito <strong>d<strong>el</strong></strong> dogma no es servir de sustituto a la fe viva y<br />

personal. Es cierto que <strong>el</strong> error en cuestiones de dogmas puede tener funestas<br />

consecuencias para la vida cristiana; pero también es cierto que quien se queda en<br />

<strong>el</strong> dogma no ha penetrado al centro <strong>d<strong>el</strong></strong> cristianismo, y confunde la envoltura con la<br />

sustancia.<br />

Lo que Spener proponía era nada menos que una nueva reforma, o al menos que se<br />

completara la que había comenzado en <strong>el</strong> siglo XVI, y había quedado interrumpida<br />

en medio de las luchas doctrinales. Pronto algunos de entre sus seguidores<br />

empezaron a ver en él a un nuevo Lutero. De todas partes de Alemania le llegaban<br />

cartas agradeciéndole su inspiración y solicitando sus consejos.<br />

Pero los jefes de la ortodoxia luterana no veían con buenos ojos <strong>el</strong> movimiento que<br />

Spener encabezaba. Este parecía prestarles poca atención a las cuestiones<br />

doctrinales que tantas disputas habían costado. Las doctrinas luteranas, y los<br />

grandes documentos confesionales, le parecían útiles como modos de resumir las<br />

enseñanzas bíblicas; y lo mismo era cierto con respecto a los escritos de Lutero, a<br />

quien Spener citaba frecuentemente. Pero nada de esto podía ponerse al niv<strong>el</strong> de<br />

las Escrituras. Aun más, éstas no debían leerse con la actitud fría y objetiva de quien<br />

lee un documento jurídico, sino que era necesario leerlas con fe personal y. bajo la<br />

dirección <strong>d<strong>el</strong></strong> Espíritu Santo. Todo esto no era sino lo que <strong>el</strong> propio Lutero había<br />

dicho. Empero ahora la ortodoxia luterana veía en <strong>el</strong>lo una negación de la autoridad<br />

<strong>d<strong>el</strong></strong> gran Reformador, y por <strong>el</strong>lo atacó vehementemente a Spener y sus seguidores.<br />

Había, sin embargo, ciertos <strong>el</strong>ementos en los que Spener iba más allá de lo que<br />

había dicho Lutero. Como hemos señalado anteriormente, <strong>el</strong> Reformador estaba tan<br />

preocupado por la doctrina de la justificación, que le prestó poca atención a la<br />

santificación. En medio de sus luchas por la doctrina de la justificación por la fe,<br />

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