09.05.2013 Views

Historia del Cristianismo II - iglesia evangélica el olivo

Historia del Cristianismo II - iglesia evangélica el olivo

Historia del Cristianismo II - iglesia evangélica el olivo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Desde fecha muy temprana, algunos entre los colonos norteamericanos habían<br />

insistido en la importancia para la vida cristiana de una experiencia personal. Pero<br />

ese énfasis cobró mayor ímpetu con una serie de acontecimientos que tuvieron lugar<br />

a partir de 1734. En esa fecha aparecieron en Northamton, Massachussets, las<br />

primeras manifestaciones <strong>d<strong>el</strong></strong> Gran Avivamiento. El pastor de esa ciudad era<br />

Jonathan Edwards, quien se había formado int<strong>el</strong>ectualmente en la Universidad de<br />

Yale y era calvinista convencido. Pero, con los <strong>d<strong>el</strong></strong> "nuevo bando", Edwards creía<br />

también en la necesidad de una experiencia personal de conversión, y él mismo la<br />

había tenido. Edwards llevaba varios años predicando en Northampton sin obtener<br />

resultados sorprendentes, cuando él mismo se maravilló al ver la respuesta que su<br />

predicación comenzó a provocar. Sus sermones no eran excepcionalmente<br />

emotivos, pero sí subrayaban la necesidad de una experiencia de convicción de<br />

pecado y de perdón por parte de Dios. En ese año de 1734, las gentes empezaron a<br />

responder, algunos con demostraciones de profunda emoción, y muchos con un<br />

cambio de vida notable, y con una profundidad de devoción hasta entonces insólita.<br />

En unos pocos meses, <strong>el</strong> movimiento barrió la comarca, y llegó hasta Connecticut.<br />

Pronto las experiencias extraordinarias se hicieron menos frecuentes, y a los tres<br />

años habían cesado por completo. Pero siempre quedó <strong>el</strong> recuerdo de aqu<strong>el</strong><br />

avivamiento, y la esperanza de que volviera a surgir.<br />

Poco después, Jorge Whitefi<strong>el</strong>d visitó Nueva Inglaterra, y su predicación causó gran<br />

revu<strong>el</strong>o y nuevas experiencias de conversiones unidas a un profundo sentimiento de<br />

arrepentimiento y de gozo. Edwards, a pesar de ser congregacionalista, invitó al<br />

anglicano Whitefi<strong>el</strong>d a predicar en su <strong>iglesia</strong>, y se dice que mientras <strong>el</strong> visitante<br />

predicaba <strong>el</strong> pastor lloraba. A partir de entonces <strong>el</strong> Gran Avivamiento cobró fuerzas.<br />

Los ministros <strong>d<strong>el</strong></strong> "bando nuevo" entre los presbiterianos se sumaron a él. Al mismo<br />

tiempo que algunos predicadores seguían <strong>el</strong> ejemplo de Whitefl<strong>el</strong>d, e iban<br />

predicando de lugar en lugar, muchísimos pastores locales de diversas tradiciones<br />

(anglicanos, presbiterianos y congregacionalistas) comenzaron a predicar con<br />

nuevos bríos en sus propias <strong>iglesia</strong>s, y allí también tuvieron lugar escenas<br />

extraordinarias. Las gentes se arrepentían de sus pecados en medio de lágrimas,<br />

daban gritos de alborozo por <strong>el</strong> perdón alcanzado, y algunas hasta se desmayaban.<br />

Por razón de tales experiencias, sus enemigos acusaron al Gran Avivamiento de<br />

destruir la solemnidad <strong>d<strong>el</strong></strong> culto divino, y colocar la emoción en lugar <strong>d<strong>el</strong></strong> estudio y la<br />

devoción. Pero tal acusación no era <strong>d<strong>el</strong></strong> todo cierta, pues muchos de los dirigentes<br />

<strong>d<strong>el</strong></strong> movimiento no eran personas particularmente emotivas, y en todo caso lo que se<br />

buscaba no era que los creyentes tuvieran constantes experiencias r<strong>el</strong>igiosas. Se<br />

trataba más bien de una experiencia que tenía lugar de una vez por todas, y que<br />

debía llevar a quien la tenía a una mayor devoción y más cuidadoso estudio de las<br />

Escrituras. En sus mejores manifestaciones, lo que <strong>el</strong> gran Avivamiento buscaba no<br />

era convertir <strong>el</strong> culto en una serie de experiencias emocionales, sino hacer que las<br />

gentes tuvieran una experiencia que le diera nuevo sentido al culto y a la doctrina<br />

cristiana.<br />

Esto puede verse en los sermones de Jonathan Edwards. No se trata en <strong>el</strong>los de un<br />

llamado a la emoción, sino todo lo contrario, de sermones altamente doctrinal es en<br />

los que se discuten las más profundas cuestiones teológicas. La emoción era<br />

importante para Edwards. Pero esa emoción, que llegaba a su cima en la<br />

experiencia de la conversión, no debía ocultar la necesidad de la recta doctrina ni <strong>d<strong>el</strong></strong><br />

321

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!