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Historia del Cristianismo II - iglesia evangélica el olivo

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La primera consiste en buscar otro punto de arraigo para la r<strong>el</strong>igión que no sea la<br />

razón pura. El propio Kant, como hemos visto, intentó hacer esto en su Crítica de la<br />

razón práctica. Según él, nos equivocamos al pensar que la r<strong>el</strong>igión es básicamente<br />

cuestión int<strong>el</strong>ectual, pues de hecho la r<strong>el</strong>igión encuentra su lugar, no en lo<br />

puramente racional, sino en lo ético. Los seres humanos somos por naturaleza seres<br />

morales, y a base de esa moralidad innata es posible probar la existencia de Dios y<br />

<strong>d<strong>el</strong></strong> alma, la inmortalidad, la libertad y la vida futura. En cierto sentido, lo que Kant ha<br />

hecho aquí es tratar de salvar algo <strong>d<strong>el</strong></strong> racionalismo cristiano que su obra anterior<br />

parecía destruir. Y lo ha hecho buscando para la r<strong>el</strong>igión un punto de arraigo fuera<br />

de los límites de la "razón pura".<br />

Algo semejante fue lo que hizo Friedrich Schleiermacher a principios <strong>d<strong>el</strong></strong> siglo XIX,<br />

aunque basando la r<strong>el</strong>igión, no ya en la razón, sea esta, "pura" o "práctica", sino en<br />

<strong>el</strong> afecto. Schleiermacher nació y se crió en <strong>el</strong> hogar de un pastor reformado de<br />

tendencias moravas que colocó la educación de su hijo en manos de los moravos.<br />

Aunque Schleiermacher fue reformado, <strong>el</strong> impacto <strong>d<strong>el</strong></strong> pietismo moravo puede verse<br />

en toda su teología. En todo caso, <strong>el</strong> joven Schleiermacher pasó por un período en<br />

que <strong>el</strong> racionalismo de su época le hizo difícil aceptar varias de las doctrinas<br />

fundamentales <strong>d<strong>el</strong></strong> cristianismo. Fue <strong>el</strong> romanticismo lo que le ayudó a salir de tal<br />

situación. El romanticismo, que logró gran auge precisamente en los años mozos de<br />

Schleiermacher, sostenía que <strong>el</strong> ser humano era mucho más que la razón fría y<br />

calculadora, y a base de tal percepción Schleiermacher comenzó a salir de las<br />

dificultades en que le había dejado <strong>el</strong> racionalismo. Su primera obra importante, los<br />

Discursos sobre la r<strong>el</strong>igión dirigidos a las personas cultas que la desprecian (1799),<br />

fue precisamente un intento de mostrarle a una audiencia profundamente imbuida<br />

<strong>d<strong>el</strong></strong> romanticismo que la r<strong>el</strong>igión debía ocupar un lugar importante en la vida<br />

humana. Allí, <strong>el</strong> argumento fundamental de Schleiermacher es que la r<strong>el</strong>igión no es<br />

un conocimiento, como pretenden tanto los racionalistas como los ortodoxos más<br />

estrictos, ni es tampoco una moral. La r<strong>el</strong>igión no se basa en la razón pura, ni<br />

tampoco en la razón práctica o moral, sino en <strong>el</strong> afecto (en alemán, Geftihl).<br />

Aunque en los Discursos Schleiermacher no aclara <strong>el</strong> contenido exacto de ese<br />

"afecto", sí lo hace en su obra más madura, La doctrina de la fe. Allí se ve<br />

claramente que <strong>el</strong> "afecto" r<strong>el</strong>igioso no es cosa sentimental, ni tampoco una emoción<br />

pasajera, o una experiencia que aparece de momento, sino que es más bien <strong>el</strong><br />

sentimiento profundo que nos permite percatamos de modo directo de la existencia<br />

de Aquél quien es la base de toda la existencia, tanto la nuestra como la <strong>d<strong>el</strong></strong> mundo<br />

que nos rodea. Además, este "afecto", aunque no se basa en las facultades<br />

racionales ni en <strong>el</strong> sentimiento moral, sí tiene consecuencias importantes tanto en la<br />

exposición racional como en la responsabilidad ética. Y no se trata tampoco de un<br />

afecto de carácter indefinido, sino que su contenido específico es un sentimiento de<br />

dependencia absoluta.<br />

Además, este afecto r<strong>el</strong>igioso toma forma específica en cada comunidad r<strong>el</strong>igiosa,<br />

cuya función es comunicar la experiencia constitutiva de la comunidad, de tal modo<br />

que todos puedan participar <strong>d<strong>el</strong></strong> mismo afecto. En <strong>el</strong> caso de Schleiermacher, lo que<br />

le interesa es la comunidad protestante, que, según él, se basa en dos momentos<br />

históricos fundamentales: Jesús y <strong>el</strong> impacto que hizo en sus primeros discípulos,<br />

por una parte, y la Reforma <strong>d<strong>el</strong></strong> siglo XVI, por otra.<br />

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