10.05.2013 Views

EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

trazado. Compren<strong>de</strong>d que no existe hora seña<strong>la</strong>da para que elevéis vuestra oración,<br />

porque todo tiempo es propicio para que oréis y practiquéis mi Doctrina en favor <strong>de</strong><br />

vuestros hermanos. (166, 31 -35)<br />

Pedid, que se os conce<strong>de</strong>rá<br />

84. Todos traéis una herida en el corazón ¿Quién como Yo para penetrar en vuestro<br />

interior? Sé vuestra amargura, vuestra tristeza y <strong>de</strong>saliento ante tanta injusticia e<br />

ingratitud que existe en vuestro mundo; sé <strong>de</strong> <strong>la</strong> fatiga <strong>de</strong> los que han vivido y<br />

luchado en <strong>la</strong> Tierra y cuya existencia es para ellos como un pesado fardo; sé <strong>de</strong>l<br />

vacío <strong>de</strong> los que se van quedando solos en esta vida. A todos os digo: "Pedid, que se<br />

os dará", porque a eso he venido, a daros según necesitéis <strong>de</strong> Mí, ya sea compañía,<br />

tranquilidad, bálsamo, misiones o luz. (262, 72)<br />

85. No temáis a <strong>la</strong> miseria. La miseria es pasajera y en el<strong>la</strong> <strong>de</strong>béis orar imitando en <strong>la</strong><br />

paciencia a Job. Volverá <strong>la</strong> abundancia y no tendréis pa<strong>la</strong>bras con qué darme gracias.<br />

86. Cuando <strong>la</strong> enfermedad os agobie, ¡oh enfermos benditos! no <strong>de</strong>sesperéis; no está<br />

enfermo vuestro espíritu, elevaos en oración a Mí y vuestra fe y espiritualidad os<br />

<strong>de</strong>volverán <strong>la</strong> salud <strong>de</strong>l cuerpo. Orad en <strong>la</strong> forma en que Yo os he enseñado:<br />

espiritualmente. (81, 43 -44)<br />

87. Orad en los momentos <strong>de</strong> prueba, con una oración breve pero limpia y sincera, y<br />

os sentiréis confortados, y cuando logréis estar en armonía con vuestro Señor, podré<br />

<strong>de</strong>ciros que mi voluntad es <strong>la</strong> vuestra y vuestra voluntad es <strong>la</strong> mía. (35, 7)<br />

88. Orad, pero que vuestra oración esté formada con vuestras intenciones y obras <strong>de</strong>l<br />

día, esa será vuestra mejor oración; mas si queréis dirigirme un pensamiento,<br />

formu<strong>la</strong>ndo con él una petición, <strong>de</strong>cidme entonces: "Padre, hágase en mí tu voluntad".<br />

En el<strong>la</strong> estaréis pidiendo aún más <strong>de</strong> lo que podríais enten<strong>de</strong>r y esperar, y esa sencil<strong>la</strong><br />

frase, ese pensamiento, simplificará aquel "Padre nuestro", que me pedisteis en otro<br />

tiempo.<br />

89. Ahí tenéis <strong>la</strong> oración que todo lo pi<strong>de</strong> y que mejor hab<strong>la</strong>rá por vosotros. Mas no <strong>la</strong><br />

digan vuestros <strong>la</strong>bios, sino que <strong>la</strong> sienta vuestro corazón, porque <strong>de</strong>cir no es sentir y si<br />

lo sentís, no necesitáis <strong>de</strong>círmelo. Yo sé escuchar <strong>la</strong> voz <strong>de</strong>l espíritu y entiendo su<br />

lenguaje. ¿Qué mayor alegría para vosotros que saber esto? ¿Acaso creéis que Yo<br />

necesitaba que me dijeseis lo que tengo que hacer? (247,52-54)<br />

90. Os he enseñado a orar y a pedir por los <strong>de</strong>más, pero también os escucho cuando<br />

pedís por lo vuestro. Recibo esa oración. Mas os digo que el tiempo en que Yo os<br />

daba según vuestra petición, ha pasado, porque erais pequeños; ahora quiero que<br />

obréis como discípulos, presentándome vuestro espíritu y vuestro corazón al orar,<br />

pero <strong>de</strong>jando que Yo lea en ellos y haga mi voluntad. (296, 69)<br />

91. Cuando me interroguéis o me pidáis, no os esforcéis en tratar <strong>de</strong> explicarme con<br />

c<strong>la</strong>ridad vuestro problema, ni os esmeréis buscando en <strong>la</strong> mente <strong>la</strong>s frases mejor<br />

construidas; a Mí me basta que vuestro espíritu se <strong>de</strong>sprenda <strong>de</strong>l mundo en ese<br />

instante y que <strong>de</strong>je limpios al corazón y al entendimiento, para que ellos puedan<br />

140

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!