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EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

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50. <strong>El</strong> discípulo <strong>de</strong> Jesús, es aquél que subyuga con <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra que persua<strong>de</strong> y<br />

consue<strong>la</strong>, que levanta y resucita, haciendo <strong>de</strong>l vencido un vencedor <strong>de</strong> sí mismo y <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> adversidad.<br />

51. <strong>El</strong> apóstol <strong>de</strong> Cristo no pue<strong>de</strong> albergar egoísmo en su corazón, pensando<br />

so<strong>la</strong>mente en sus propios sufrimientos o preocupaciones; él <strong>de</strong>satien<strong>de</strong> lo suyo para<br />

pensar en los <strong>de</strong>más, con <strong>la</strong> confianza absoluta <strong>de</strong> que nada ha quedado <strong>de</strong>satendido,<br />

porque <strong>de</strong> inmediato el Padre asiste a quien ha abandonado lo suyo por aten<strong>de</strong>r a un<br />

hijo <strong>de</strong>l Señor que necesita el sustento <strong>de</strong>l espíritu. Y aquél que supo olvidarse <strong>de</strong> sí<br />

mismo para llevar a un semejante una sonrisa <strong>de</strong> esperanza, un consuelo a su tristeza,<br />

una gota <strong>de</strong> bálsamo a su dolor, al retornar a su hogar, lo encuentra iluminado con una<br />

luz que es bendición, alegría y paz. (293, 32 -33)<br />

52. En mi mesa <strong>de</strong> este tiempo, lo mismo será apóstol el varón que <strong>la</strong> mujer; a esta<br />

mesa sentaré a vuestro espíritu.<br />

53. Han sido <strong>la</strong>s mujeres <strong>la</strong>s que en este tiempo han levantado el estandarte<br />

espiritualista <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s muchedumbres; el<strong>la</strong>s han ido <strong>de</strong>jando en el camino <strong>la</strong><br />

huel<strong>la</strong> <strong>de</strong>l apóstol celoso <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ley <strong>de</strong>l Señor.<br />

54. En mi nuevo aposto<strong>la</strong>do estará <strong>la</strong> mujer al <strong>la</strong>do <strong>de</strong>l varón y no habrá eda<strong>de</strong>s para<br />

servirme; lo mismo lo hará el adulto que el niño o el anciano; lo mismo <strong>la</strong> doncel<strong>la</strong><br />

que <strong>la</strong> madre, porque vuelvo a <strong>de</strong>ciros que es a vuestro espíritu al que busco y que él,<br />

tiempo ha que ha <strong>de</strong>jado su infancia. (69, 16-17)<br />

55. Si os dije en el Segundo Tiempo que mi Reino no está en este mundo, ahora os<br />

digo que tampoco se encuentra aquí el vuestro, porque esta morada, como ya lo<br />

sabéis, es transitoria para el hombre.<br />

56. Vengo a enseñaros <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra vida, <strong>la</strong> que nunca ha estado basada en el<br />

materialismo. Por eso volverán a levantarse en contra <strong>de</strong> mi Doctrina eterna, con mi<br />

enseñanza <strong>de</strong> siempre que es <strong>de</strong> amor, <strong>de</strong> sabiduría y justicia; sin embargo, no será<br />

comprendida inmediatamente, <strong>la</strong> humanidad volverá a juzgarme, volverá a ponerme<br />

en <strong>la</strong> cruz, mas yo sé que <strong>de</strong>berá pasar mi enseñanza por sobre todo esto, para que sea<br />

reconocida y amada. Yo sé que mis más tenaces perseguidores serán <strong>de</strong>spués mis más<br />

fieles y abnegados sembradores, porque pruebas muy gran<strong>de</strong>s les daré <strong>de</strong> mi verdad.<br />

57. Aquel Nico<strong>de</strong>mo <strong>de</strong>l Segundo Tiempo, príncipe entre los sacerdotes, el cual buscó<br />

a Jesús para conversar con Él <strong>de</strong> enseñanzas sabias y profundas, seguirá nuevamente<br />

en este tiempo, para analizar serenamente mi Obra y convertirse a el<strong>la</strong>.<br />

58. Aquel Saulo, l<strong>la</strong>mado Pablo, el que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> perseguirme con saña, se convirtió<br />

en uno <strong>de</strong> mis más gran<strong>de</strong>s apóstoles, volverá a aparecer en mi camino, y <strong>de</strong> todas<br />

partes surgirán mis nuevos discípulos, fervientes unos, abnegados otros. La hora<br />

presente es <strong>de</strong> gran trascen<strong>de</strong>ncia, el tiempo <strong>de</strong>l que os estoy hab<strong>la</strong>ndo se acerca a<br />

vosotros. (173,45-48)<br />

59. Las multitu<strong>de</strong>s necesitan <strong>de</strong> aquéllos que saben ser firmes en <strong>la</strong>s pruebas, <strong>de</strong> los<br />

que están acostumbrados a <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s luchas <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong>l espíritu. <strong>El</strong>los son los<br />

que podrán orientar y conducir a <strong>la</strong> humanidad, porque en su corazón no habrá el<br />

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