10.05.2013 Views

EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

males incurables, tan sólo con una caricia, con una mirada <strong>de</strong> compasión infinita, con<br />

una pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> esperanza; aquel<strong>la</strong> enseñanza que era <strong>la</strong> promesa <strong>de</strong> un mundo nuevo,<br />

<strong>de</strong> una vida <strong>de</strong> luz y <strong>de</strong> justicia, no pudo borrarse <strong>de</strong> muchos corazones, los cuales<br />

comprendieron que aquel hombre divino era <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong>l Padre, el Amor Divino <strong>de</strong><br />

Aquél a quien los hombres no conocían y por lo tanto, no podían amar.<br />

12. La semil<strong>la</strong> <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> suprema verdad quedó sembrada para siempre en el corazón<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> humanidad. Cristo fue el sembrador y aún sigue cultivando <strong>la</strong> simiente; luego<br />

vendrá por el fruto para <strong>de</strong>leitarse con él eternamente, y ya en su pa<strong>la</strong>bra no volverá a<br />

<strong>de</strong>cir: "Tengo hambre" o "Sed tengo", porque al fin sus hijos le amarán como Él les<br />

ha amado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio.<br />

13. ¿Quién os está hab<strong>la</strong>ndo <strong>de</strong> Cristo, discípulos? Él mismo.<br />

14. Soy Yo, el Verbo, quien os hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> nuevo, humanidad; reconocedme, no dudéis<br />

<strong>de</strong> mi presencia por <strong>la</strong> humildad con que me presento. La ostentación no pue<strong>de</strong> estar<br />

conmigo.<br />

15. Recordadme a través <strong>de</strong> mi paso por el mundo en aquel tiempo; recordad que morí<br />

tan humil<strong>de</strong>mente como había nacido y vivido. (296, 4 -16)<br />

Esperanzas y expectativas<br />

16. Después <strong>de</strong> mi partida en el Segundo Tiempo, <strong>de</strong> generación en generación era<br />

esperada mi llegada entre los que guardaban fe en Mí. De padres a Hijos se iban<br />

transmitiendo <strong>la</strong> divina promesa y mi pa<strong>la</strong>bra mantenía vivo el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> contemp<strong>la</strong>r<br />

mi retorno.<br />

17. Cada generación creía ser <strong>la</strong> agraciada, esperando que en el<strong>la</strong> se cumpliese <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> su Señor.<br />

18. Así los tiempos pasaron y <strong>la</strong>s generaciones también, y <strong>de</strong> los corazones se fue<br />

borrando mi promesa, olvidándose <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración y <strong>la</strong> vigilia. (356, 4-5)<br />

19. <strong>El</strong> mundo está sujeto a prueba, <strong>la</strong>s naciones sienten todo el peso <strong>de</strong> mi justicia que<br />

cae sobre el<strong>la</strong>s. Y mi luz, mi voz que os l<strong>la</strong>ma, se <strong>de</strong>ja sentir en toda <strong>la</strong> humanidad.<br />

20. Los hombres sienten mi presencia, perciben mi rayo universal que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> y<br />

<strong>de</strong>scansa sobre ellos; me presienten, sin conocer esta Obra*, sin haber oído mi pa<strong>la</strong>bra<br />

y elevan hacia Mí su espíritu para preguntarme: Señor, ¿En qué tiempo nos<br />

encontramos? ¿Estas pruebas y amarguras que han llegado a los hombres, qué<br />

significan, Padre? ¿Acaso no escucháis el c<strong>la</strong>mor <strong>de</strong> este inundo? Tú dijiste que<br />

volverías. ¿Hasta cuándo vas a venir oh Señor? Y en cada secta y religión, se eleva el<br />

espíritu <strong>de</strong> mis hijos y me buscan, me invocan, me preguntan y me esperan. (222,29)<br />

21. Los hombres me interrogan y me dicen: Señor, si vos existís, ¿Por qué no os<br />

manifestáis entre nosotros si en otros tiempos habéis <strong>de</strong>scendido hasta nuestra<br />

morada? ¿Por qué hoy no venís? ¿Es ahora tan gran<strong>de</strong> nuestra iniquidad que os<br />

impi<strong>de</strong> venir a salvarnos? Siempre buscasteis al perdido, al ciego, al leproso, <strong>de</strong> ésos<br />

ahora está lleno el mundo, ¿Acaso ya no os inspiramos piedad?<br />

16

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!