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EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

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Capítulo 44<br />

<strong>Vida</strong> en el sentido Divino<br />

<strong>El</strong> equilibrio necesario<br />

1. Cada quién tiene trazado su <strong>de</strong>stino con su misión espiritual y su misión humana,<br />

ambas <strong>de</strong>ben armonizar y ten<strong>de</strong>r hacia un solo fin y en verdad os digo que no sólo<br />

tomaré en cuenta vuestras obras espirituales, sino también vuestras obras materiales,<br />

porque en el<strong>la</strong>s encontraré méritos que ayu<strong>de</strong>n a vuestro espíritu a llegar a Mí.<br />

(171,23)<br />

2. Hasta ahora ha sido el orgullo <strong>de</strong>l hombre lo que le ha hecho <strong>de</strong>sconocer <strong>la</strong> parte<br />

espiritual, y <strong>la</strong> falta <strong>de</strong> ese conocimiento le ha impedido ser perfecto.<br />

3. Mientras el hombre no aprenda a mantener en armonía sus fuerzas materiales y<br />

espirituales, no podrá encontrar el equilibrio que <strong>de</strong>be existir en su vida. (291, 26 -27)<br />

4. Discípulos: Aunque viváis en el mundo, podéis hacer vida espiritual, porque <strong>la</strong><br />

espiritualidad no creáis que consiste en apartarse <strong>de</strong> lo que correspon<strong>de</strong> a <strong>la</strong> materia,<br />

sino en armonizar <strong>la</strong>s leyes humanas con <strong>la</strong>s leyes divinas.<br />

5. Bendito aquel que estudia mis leyes y sabe unir<strong>la</strong>s en una so<strong>la</strong> con <strong>la</strong>s leyes<br />

humanas, porque tiene que ser sano, fuerte, elevado, feliz. (290, 26-27)<br />

Gozos buenos y <strong>de</strong>structivos<br />

6. No os digo que os apartéis <strong>de</strong> vuestros <strong>de</strong>beres materiales ni <strong>de</strong> los sanos goces <strong>de</strong>l<br />

corazón y <strong>de</strong> los sentidos; sólo os pido que renunciéis a lo que envenena a vuestro<br />

espíritu y os enferma el cuerpo.<br />

7. Quien vive <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley, está cumpliendo con lo que le dicta su conciencia. <strong>El</strong><br />

que huye <strong>de</strong> <strong>la</strong>s satisfacciones lícitas para sumergirse en los p<strong>la</strong>ceres prohibidos, aún<br />

en los instantes <strong>de</strong> mayor p<strong>la</strong>cer se pregunta por qué no es feliz ni encuentra paz.<br />

Porque <strong>de</strong> goce en goce va <strong>de</strong>scendiendo hasta per<strong>de</strong>rse en el abismo, sin encontrar <strong>la</strong><br />

verda<strong>de</strong>ra satisfacción para su corazón y su espíritu.<br />

8. Hay quienes necesitan sucumbir apurando hasta <strong>la</strong> última gota <strong>de</strong>l cáliz don<strong>de</strong><br />

buscaron el p<strong>la</strong>cer sin encontrarlo, para que puedan escuchar <strong>la</strong> voz <strong>de</strong> Aquél que<br />

eternamente les está invitando al festín <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida eterna. (33, 44-46)<br />

9. <strong>El</strong> hombre científico con mano profana corta un fruto <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciencia sin<br />

escuchar antes <strong>la</strong> voz <strong>de</strong> su conciencia, en <strong>la</strong> que le hab<strong>la</strong> mi ley para <strong>de</strong>cirle que<br />

todos los frutos <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong> <strong>la</strong> sabiduría son buenos, y que por lo tanto, quien los<br />

tome <strong>de</strong>berá hacerlo inspirando únicamente en el bien a sus semejantes.<br />

10. Estos dos ejemplos que os he explicado os enseñan por que <strong>la</strong> humanidad no<br />

conoce el amor, ni <strong>la</strong> paz <strong>de</strong> ese Paraíso interior que el hombre por medio <strong>de</strong> su<br />

obediencia a <strong>la</strong> ley <strong>de</strong>biera llevar por siempre en su corazón.<br />

11. Para ayudaros a encontrarlo, he venido a doctrinar a los pecadores, a los<br />

<strong>de</strong>sobedientes, ingratos y soberbios, para haceros compren<strong>de</strong>r que estáis donados con<br />

espíritu, que tenéis conciencia, que podéis razonar y valorizar perfectamente lo que es<br />

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