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EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

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224. Si los dones, faculta<strong>de</strong>s y atributos <strong>de</strong>l espíritu han estado adormecidos mucho<br />

tiempo; <strong>de</strong>spertarán ante mi l<strong>la</strong>mado y harán que vuelva entre los hombres <strong>la</strong><br />

espiritualidad con todos sus prodigios, porque ahora estáis más capacitados para<br />

compren<strong>de</strong>rlos. (159, 7 - 8)<br />

Desarrollo<br />

225. Así como veis <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse el cuerpo <strong>de</strong>l hombre, también en él se va<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ndo el espíritu; mas el cuerpo encuentra un límite a su <strong>de</strong>sarrollo mientras el<br />

espíritu requiere <strong>de</strong> muchas materias y <strong>de</strong> <strong>la</strong> eternidad para alcanzar su perfección.<br />

Ésa es <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> vuestras reencarnaciones.<br />

226. Nacisteis <strong>de</strong> <strong>la</strong> mente paterna y materna <strong>de</strong> Dios, puros, sencillos y limpios,<br />

semejantes a una semil<strong>la</strong>, mas no os confundáis porque no es lo mismo ser puros y<br />

sencillos a ser gran<strong>de</strong>s y perfectos.<br />

227. Podéis hacer <strong>la</strong> comparación <strong>de</strong> un niño que acaba <strong>de</strong> nacer, con un hombre <strong>de</strong><br />

experiencia que enseña a niños.<br />

228. Ése será vuestro <strong>de</strong>stino a través <strong>de</strong> <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s, cuando vuestro espíritu esté<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do. Pero, ¡Cuan lento avanza vuestro espíritu! (212, 57 -60)<br />

229. Estudiad, analizad, porque hay quienes se confun<strong>de</strong>n pensando que si vuestro<br />

espíritu es partícu<strong>la</strong> <strong>de</strong> mi Divinidad ¿Cómo es posible que sufra? Y que si <strong>la</strong> luz <strong>de</strong>l<br />

espíritu es chispa <strong>de</strong> <strong>la</strong> luz <strong>de</strong>l Espíritu Santo ¿Cómo pue<strong>de</strong> verse por instantes<br />

envuelto en tinieb<strong>la</strong>s?<br />

230. Reconoced que esta jornada es para hacer méritos suficientes ante Dios, con los<br />

que podáis convertir vuestro espíritu, <strong>de</strong> inocente y sencillo, en gran espíritu <strong>de</strong> luz a<br />

<strong>la</strong> diestra <strong>de</strong>l Padre. (231, 12)<br />

231. Os quiero buenos y a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>seo que lleguéis a ser perfectos, porque vosotros<br />

aparentemente tan pequeños, sois más gran<strong>de</strong>s que los objetos materiales y los<br />

mundos, porque tenéis vida eterna, sois una chispa <strong>de</strong> mi luz.<br />

232. Sois espíritus. Es menester que reconozcáis lo que es espíritu para que podáis<br />

compren<strong>de</strong>r por qué os l<strong>la</strong>mo al camino <strong>de</strong> perfección. (174, 60)<br />

233. Estáis sujetos a <strong>la</strong> Ley <strong>de</strong> evolución, he aquí el por qué <strong>de</strong> vuestras<br />

reencarnaciones. Sólo mi Espíritu no necesita evolucionar: Soy inmutable.<br />

234. Des<strong>de</strong> el principio os he mostrado <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> por don<strong>de</strong> tienen que ascen<strong>de</strong>r los<br />

espíritus para llegar a Mí. Hoy no sabéis en qué p<strong>la</strong>no os encontráis, mas cuando<br />

<strong>de</strong>jéis vuestra envoltura conoceréis vuestro grado <strong>de</strong> evolución. No os <strong>de</strong>tengáis,<br />

porque seríais un obstáculo para los que vienen <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> vosotros.<br />

235. A pesar <strong>de</strong> que habitáis en diferentes p<strong>la</strong>nos, estad unidos en espíritu y un día os<br />

encontraréis reunidos en <strong>la</strong> séptima etapa, en <strong>la</strong> más alta, gozando <strong>de</strong> mi amor. (8, 25 -<br />

27)<br />

236. Os he dicho que no habéis venido a <strong>la</strong> Tierra sólo una vez, sino que vuestro<br />

espíritu ha tomado envoltura tantas como ha sido necesario para su <strong>de</strong>sarrollo y<br />

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