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EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

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vuestro cáliz <strong>de</strong> amargura para luego culparme. Entonces os convertís en jueces y me<br />

tomáis por reo.<br />

25. Sabed reconocer vuestros errores y enmendadlos. Apren<strong>de</strong>d a perdonar los<br />

<strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> vuestros hermanos y si no podéis corregirlos por lo menos ten<strong>de</strong>d sobre<br />

ellos un velo <strong>de</strong> indulgencia. (64, 43 - 44)<br />

26. No seáis fatalista, afirmándoos en <strong>la</strong> creencia <strong>de</strong> que vuestro <strong>de</strong>stino es<br />

directamente el que Dios puso en vuestro camino, y si sufrís es porque estaba escrito,<br />

y si gozáis es porque también estaba escrito. Yo os he convencido <strong>de</strong> que lo que<br />

sembréis, eso tendréis que recoger.<br />

27. Mas oíd bien, porque habrá veces en <strong>la</strong>s que recogeréis <strong>de</strong> inmediato <strong>la</strong> cosecha y<br />

en otras ocasiones, vendréis en nueva existencia a segar y recoger vuestra simiente.<br />

Analizad esto que acabo <strong>de</strong> <strong>de</strong>ciros y <strong>de</strong>struiréis muchos malos juicios sobre mi<br />

justicia y muchas confusiones. (195, 53)<br />

En <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida<br />

28. Los hombres son como niños que no meditan en <strong>la</strong> consecuencia <strong>de</strong> sus actos y es<br />

por eso que no llegan a compren<strong>de</strong>r que un tropiezo que encuentren en su camino,<br />

sólo es un obstáculo que puso el Maestro para <strong>de</strong>tener su insensata carrera o para<br />

evitarles tomar una ma<strong>la</strong> <strong>de</strong>terminación.<br />

29. Quiero que ya os comportéis como mayores, que meditéis vuestras obras, vuestros<br />

actos, que penséis vuestras pa<strong>la</strong>bras. Ésta es <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> aplicar <strong>la</strong> pru<strong>de</strong>ncia y <strong>la</strong><br />

justicia a vuestra vida. A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>béis reflexionar que <strong>la</strong> vida es una inmensa y<br />

constante prueba para el espíritu.<br />

30. En mi camino nadie sucumbe y aunque hay ocasiones en que el hombre cae<br />

doblegado por el peso <strong>de</strong> <strong>la</strong> cruz, una fuerza superior le levanta y da ánimos, esa<br />

fuerza proviene <strong>de</strong> <strong>la</strong> fe. (167, 55-57)<br />

31. De <strong>la</strong> comprensión que alcancen los hombres en estas enseñanzas y <strong>de</strong> su<br />

obediencia para con <strong>la</strong>s leyes que rigen el universo, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> su felicidad, que algunos<br />

creen que no existe en <strong>la</strong> tierra y que otros llegan a pensar que sólo Yo atesoro, pero<br />

que sí se manifiesta en <strong>la</strong> paz <strong>de</strong> vuestro espíritu.<br />

32. Ahora sabéis, oh pueblo, que vuestra felicidad está en vosotros mismos para que<br />

enseñéis a los hombres que en el fondo <strong>de</strong> su ser, don<strong>de</strong> creen que sólo llevan<br />

amarguras, odios y rencores, remordimientos y lágrimas, existe una luz que nada<br />

pue<strong>de</strong> apagar, y que es <strong>la</strong> <strong>de</strong>l espíritu. (178, 6-7)<br />

33. Vuestro pasado espiritual es <strong>de</strong>sconocido para vuestra materia, Yo lo <strong>de</strong>jo impreso<br />

en vuestro espíritu, para que sea como un libro abierto y os sea reve<strong>la</strong>do por <strong>la</strong><br />

conciencia y <strong>la</strong> intuición. Ésa es mi justicia, que antes <strong>de</strong> sentenciaros, os doy <strong>la</strong><br />

ocasión <strong>de</strong> reparar <strong>la</strong> falta o <strong>de</strong> rectificar el error.<br />

34. Si <strong>de</strong> vuestro espíritu se borrase el pasado, tendríais que recorrer nuevamente <strong>la</strong>s<br />

pruebas ya pasadas, mas si oís <strong>la</strong> voz <strong>de</strong> vuestra experiencia y os <strong>de</strong>jáis iluminar por<br />

esa luz, veréis más limpio vuestro camino y más bril<strong>la</strong>nte el horizonte. (84, 46)<br />

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