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EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

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61. Yo os he prometido un lugar en mi reino, pero muy pocos son los que han<br />

aceptado, y es que no quieren saber que el más pequeño <strong>de</strong> los súbditos <strong>de</strong>l Rey <strong>de</strong> los<br />

cielos, es más gran<strong>de</strong> que el más po<strong>de</strong>roso monarca <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra.<br />

62. Aún son niños los hombres; mas <strong>la</strong> gran prueba que a ellos se acerca, les hará<br />

vivir en tan poco tiempo, que <strong>de</strong> esta infancia pasarán pronto a <strong>la</strong> madurez, y ya con el<br />

fruto <strong>de</strong> <strong>la</strong> experiencia c<strong>la</strong>marán: Tenía razón Jesús, nuestro Padre, vayamos a Él.<br />

(111,3-7)<br />

63. Buscan los hombres <strong>la</strong> inmortalidad en el mundo, tratando <strong>de</strong> alcanzar<strong>la</strong> por<br />

medio <strong>de</strong> obras materiales, porque <strong>la</strong> gloria terrenal aunque sea efímera, es tangible y<br />

se olvidan <strong>de</strong> <strong>la</strong> gloria <strong>de</strong>l espíritu, porque dudan <strong>de</strong> <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> vida. Es<br />

<strong>la</strong> falta <strong>de</strong> fe y <strong>la</strong> carencia <strong>de</strong> espiritualidad <strong>la</strong>s que han puesto un velo <strong>de</strong><br />

escepticismo ante <strong>la</strong>s pupi<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los hombres. (128, 45)<br />

64. La evolución humana, sus progresos, su ciencia y su civilización no han tenido<br />

jamás por meta <strong>la</strong> elevación <strong>de</strong>l espíritu, que es lo más alto y noble que en el hombre<br />

existe; su aspiración, sus ambiciones, sus anhelos e inquietu<strong>de</strong>s, han tenido siempre su<br />

meta en este mundo. Aquí han buscado el saber, aquí han acumu<strong>la</strong>do tesoros, aquí se<br />

han procurado p<strong>la</strong>ceres, honores, ga<strong>la</strong>rdones, po<strong>de</strong>res y ha<strong>la</strong>gos; aquí han querido<br />

encontrar su gloria.<br />

65. Por eso os digo que mientras <strong>la</strong> Naturaleza avanza paso a paso, sin <strong>de</strong>tenerse en su<br />

ley <strong>de</strong> incesante evolución hacia lo sutil, hacia <strong>la</strong> perfección, el hombre se ha quedado<br />

atrás, estacionado y <strong>de</strong> ahí sus vicisitu<strong>de</strong>s en <strong>la</strong> Tierra, <strong>de</strong> ahí <strong>la</strong>s pruebas, los<br />

tropiezos y golpes que en su camino encuentra. (277, 42)<br />

66. Yo quiero que tengáis anhelos, que ambicionéis, que soñéis con ser gran<strong>de</strong>s,<br />

fuertes y sabios, pero <strong>de</strong> los bienes eternos <strong>de</strong>l espíritu.<br />

67. Porque para alcanzar aquellos bienes se requiere <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s virtu<strong>de</strong>s como son:<br />

<strong>la</strong> caridad, <strong>la</strong> humildad, el perdón, <strong>la</strong> paciencia, <strong>la</strong> nobleza; en una pa<strong>la</strong>bra: el amor. Y<br />

todas <strong>la</strong>s virtu<strong>de</strong>s elevan, purifican y perfeccionan el espíritu.<br />

68. En este mundo pequeño, en esta morada pasajera, el hombre, para ser gran<strong>de</strong>,<br />

po<strong>de</strong>roso, rico o sabio, ha tenido que ser egoísta, falso, vengativo, cruel, indiferente,<br />

inhumano y orgulloso, y todo esto ha tenido que conducirlo al extremo opuesto, <strong>de</strong> lo<br />

que es verdad, amor, paz, verda<strong>de</strong>ra sabiduría y justicia. (288,32)<br />

69. Cuando el hombre se encuentra espiritualmente a sí mismo, es cuando siente en sí<br />

<strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> su Padre; mas, cuando no sabe ni quién es, ni <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> proce<strong>de</strong>, me<br />

siente distante, extraño, inalcanzable, o permanece insensible.<br />

70. Sólo <strong>de</strong>spierto el espíritu pue<strong>de</strong> penetrar en el reino <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad; el hombre, por<br />

su so<strong>la</strong> ciencia, no podrá conocer<strong>la</strong>.<br />

71. Veo que los hombres ambicionan el saber," <strong>la</strong> gloria, <strong>la</strong> fuerza, <strong>la</strong> riqueza y el<br />

po<strong>de</strong>r, y Yo vengo a ofrecerles los medios <strong>de</strong> alcanzarlo todo, pero en su esencia, en<br />

su verdad espiritual, no en lo superficial y en lo artificioso <strong>de</strong>l mundo, no en lo<br />

pasajero ni en lo engañoso.<br />

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