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EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

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pasiones, en <strong>la</strong>s f<strong>la</strong>quezas. Que lo mismo se agita en el interior <strong>de</strong>l hombre el bien y el<br />

mal.<br />

9. <strong>El</strong> mal predomina en este tiempo en el mundo y ha creado una fuerza, un po<strong>de</strong>r que<br />

se manifiesta en todo. Y en lo espiritual existen legiones <strong>de</strong> espíritus imperfectos,<br />

turbados, inclinados al mal y a <strong>la</strong> venganza, cuya fuerza se une a <strong>la</strong> maldad humana<br />

para formar el reino <strong>de</strong>l mal.<br />

10. Ese po<strong>de</strong>r se rebeló ante Jesús en el Segundo Tiempo y le mostró su reino. Mi<br />

carne sensible a todo, fue tentada, pero mi fortaleza espiritual venció a <strong>la</strong> tentación.<br />

Porque Yo había <strong>de</strong> ser el vencedor <strong>de</strong>l mundo, <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne, <strong>de</strong> <strong>la</strong> tentación y <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

muerte. Porque fui el Maestro que <strong>de</strong>scendió entre los hombres para dar ejemplo <strong>de</strong><br />

fortaleza. (182, 42 - 43)<br />

11. Por <strong>la</strong> paz que sentís en vuestro espíritu podéis reconocer mi presencia. Nadie más<br />

que Yo pue<strong>de</strong> daros <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra paz. Un espíritu en tinieb<strong>la</strong> no podría brindárse<strong>la</strong>. Os<br />

digo esto, porque muchos corazones temen <strong>la</strong>s acechanzas <strong>de</strong> un espíritu tentador, al<br />

que han dado vida y forma los hombres según su imaginación.<br />

12. Cuan erróneamente se ha interpretado <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong>l príncipe <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s.<br />

Cuántos han llegado a creer más en su po<strong>de</strong>r que en el mío, y qué lejos <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad<br />

han andado en esto los hombres.<br />

13. <strong>El</strong> mal existe; <strong>de</strong> él se han <strong>de</strong>rivado todos los vicios y pecados. Los pecadores, o<br />

sea los que practican el mal, siempre han existido, lo mismo en <strong>la</strong> tierra que en otras<br />

moradas o mundos; mas, ¿Por qué personificáis todo el mal existente en un solo ser, y<br />

por qué lo enfrentáis a <strong>la</strong> Divinidad? Yo os pregunto: ¿Qué es ante mi po<strong>de</strong>r absoluto<br />

e infinito, un ser impuro y qué significa ante mi perfección vuestro pecado?<br />

14. <strong>El</strong> pecado ha nacido en el mundo; los espíritus al brotar <strong>de</strong> Dios, unos<br />

permanecieron en el bien, mientras que otros al <strong>de</strong>sviarse <strong>de</strong> ese camino, crearon uno<br />

distinto, el <strong>de</strong>l mal.<br />

15. Las pa<strong>la</strong>bras y <strong>la</strong>s parábo<strong>la</strong>s que en sentido figurado os entregaron como una<br />

reve<strong>la</strong>ción en los primeros tiempos, han sido erróneamente interpretadas por <strong>la</strong><br />

humanidad. La intuición que los hombres tuvieron acerca <strong>de</strong> lo sobrenatural, quedó<br />

influenciada por su imaginación, y llegaron a formar alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong>l mal,<br />

ciencias, cultos, supersticiones y mitos que han llegado hasta vuestros días.<br />

16. De Dios no pue<strong>de</strong>n brotar <strong>de</strong>monios; a éstos los habéis forjado con vuestra mente.<br />

<strong>El</strong> concepto que tenéis <strong>de</strong> ese ser que a cada paso me ponéis por adversario, es falso.<br />

17. Yo os he enseñado a ve<strong>la</strong>r y orar, para que os libréis <strong>de</strong> tentaciones e influencias<br />

maléficas, que lo mismo pue<strong>de</strong>n provenir <strong>de</strong> seres humanos, que <strong>de</strong> seres espirituales.<br />

18. Os he dicho que sobrepongáis el espíritu a <strong>la</strong> carne, porque ésta es criatura débil<br />

que a cada paso está en peligro <strong>de</strong> tropezar si no veláis por el<strong>la</strong>. <strong>El</strong> corazón, <strong>la</strong> mente<br />

y los sentidos, son puerta abierta para que <strong>la</strong>s pasiones <strong>de</strong>l mundo azoten al espíritu.<br />

19. Si vosotros os habéis imaginado que los seres <strong>de</strong> tinieb<strong>la</strong> son como monstruos, Yo<br />

sólo los veo como criaturas imperfectas, a <strong>la</strong>s cuales les tiendo mi mano para<br />

salvarles, porque también son mis hijos.<br />

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