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EL TERCER TESTAMENTO - El Libro de la Vida Verdadera

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Capítulo 33<br />

Hombre y Mujer, Padres e Hijo, Matrimonio y Familia<br />

La re<strong>la</strong>ción entre el hombre y <strong>la</strong> mujer<br />

1. Des<strong>de</strong> antes que llegaseis a <strong>la</strong> Tierra, Yo ya conocía vuestra trayectoria e<br />

inclinaciones, y para ayudaros en vuestra jornada, puse en vuestro camino a un<br />

corazón que, con su amor a vosotros iluminara el sen<strong>de</strong>ro. <strong>El</strong> corazón lo mismo fue <strong>de</strong><br />

un hombre que <strong>de</strong> una mujer. Así he querido ayudaros, para que lleguéis a ser como<br />

un báculo <strong>de</strong> fe, <strong>de</strong> fuerza moral y <strong>de</strong> caridad para los necesitados. (256, 55)<br />

2. De <strong>la</strong> dicha <strong>de</strong> ser padre, quise participaros y os hice padres <strong>de</strong> los hombres para<br />

que forjaseis seres semejantes a vosotros en los que encarnarían los espíritus que Yo<br />

os enviara. Si en lo divino y eterno existe el amor maternal, quise que en <strong>la</strong> vida<br />

humana existiese un ser que lo representara y ese ser es <strong>la</strong> mujer.<br />

3. En un principio el ser humano fue dividido en dos partes, creando así los dos sexos,<br />

el uno, el hombre, el otro, <strong>la</strong> mujer; en él fuerza, inteligencia, majestad; en <strong>la</strong> otra<br />

ternura, gracia, belleza. <strong>El</strong> uno, <strong>la</strong> simiente, <strong>la</strong> otra, <strong>la</strong> tierra fecunda. He ahí dos seres<br />

que sólo unidos podrán sentirse completos, perfectos y felices, porque con su armonía<br />

formarán una so<strong>la</strong> carne, una so<strong>la</strong> voluntad y un solo i<strong>de</strong>al.<br />

4. A esa unión, cuando es inspirada por <strong>la</strong> conciencia y por el amor, se le l<strong>la</strong>ma<br />

matrimonio.<br />

5. En verdad os digo: Yo contemplo que en este tiempo el hombre y <strong>la</strong> mujer se han<br />

apartado <strong>de</strong> su camino.<br />

6. Descubro hombres que se apartan <strong>de</strong> sus responsabilida<strong>de</strong>s, mujeres que huyen <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> maternidad y otras que inva<strong>de</strong>n los campos <strong>de</strong>stinados al hombre, cuando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

antigüedad se os dijo que el hombre es <strong>la</strong> cabeza <strong>de</strong> <strong>la</strong> mujer.<br />

7. No por ello se sienta <strong>la</strong> mujer menospreciada porque ahora os digo que <strong>la</strong> mujer es<br />

el corazón <strong>de</strong>l hombre.<br />

8. He ahí porqué he instituido y santificado el matrimonio, porque en <strong>la</strong> unión <strong>de</strong> esos<br />

dos seres espiritualmente iguales pero corporalmente diferentes, se encuentra el<br />

estado perfecto. (66, 68 - 69)<br />

9. Cuan pocos son los que aspiran a vivir en el paraíso <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz, <strong>de</strong> <strong>la</strong> luz y <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

armonía, cumpliendo con amor <strong>la</strong>s leyes divinas.<br />

10. Muy <strong>la</strong>rga es <strong>la</strong> senda por <strong>la</strong> que ha transitado <strong>la</strong> humanidad y aún prefiere comer<br />

los frutos prohibidos que sólo acumu<strong>la</strong>n penas y <strong>de</strong>sengaños en su vida. Frutos<br />

prohibidos son aquéllos que siendo buenos por haberlos creado Dios, pue<strong>de</strong>n<br />

transformarse en nocivos al hombre si éste no se ha preparado <strong>de</strong>bidamente o los<br />

toma con exceso.<br />

11. <strong>El</strong> hombre y <strong>la</strong> mujer toman sin preparación el fruto <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida y <strong>de</strong>sconocen su<br />

responsabilidad ante el Creador, al traer nuevos seres a encarnar en <strong>la</strong> Tierra. (34, 12 -<br />

14)<br />

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