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susana wesley - Igreja Metodista de Vila Isabel

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Sin embargo, para dar una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su temple, serenidad y valentía, citaremos lo que él<br />

mismo escribió en su Dia­rio acerca <strong>de</strong> los ataques que el populacho dirigió contra una<br />

capilla en el interior <strong>de</strong> Inglaterra, don<strong>de</strong> se encon­traba dirigiendo un culto. Dice:<br />

“...ellos resolvieron <strong>de</strong>moler la casa <strong>de</strong> oración y empezaron su obra mientras<br />

estábamos orando y alabando a Dios. Fue una ocasión gloriosa para nosotros. Cada<br />

palabra <strong>de</strong> exhortación penetró hon­do. Cada oración encontró eco y muchos hallaron<br />

el espíritu <strong>de</strong> gloria <strong>de</strong>scansando sobre ellos."<br />

La turbamulta continuó durante gran parte <strong>de</strong> la no­che en su intento <strong>de</strong> <strong>de</strong>rrumbar las<br />

pare<strong>de</strong>s y penetrar en la casa. El y la congregación se conservaron don<strong>de</strong> estaban,<br />

pues no habría sido pru<strong>de</strong>nte retirarse <strong>de</strong>l lu­gar. No consiguieron los atacantes su<br />

intento, a pesar <strong>de</strong> que por la mañana encontróse que parte <strong>de</strong>l edificio estaba<br />

<strong>de</strong>struido. El evangelista comenta en su Diario: "y sus gritos, <strong>de</strong> tar<strong>de</strong> en tar<strong>de</strong>, me<br />

<strong>de</strong>spertaron durante la noche, pero creo que yo dormí más que los otros."<br />

Dominado por su espíritu <strong>de</strong> aventura e irresistible sentido <strong>de</strong> responsabilidad por la<br />

salvación <strong>de</strong> su prójimo, a las 5 <strong>de</strong> la mañana animóse a salir dé la casa para predicar<br />

al aire libre y en esa misma ciudad. Lo hizo durante todo el día bajo constantes<br />

amenazas. A la noche al regresar a su pieza la encontró <strong>de</strong>smantelada, Sin em­bargo,<br />

pasó allí la noche expuesto al frío y al peligro.<br />

De esa fibra indómita eran no solamente él y su her­mano Juan, sino todos aquellos<br />

que en esos días les acompañaban en la gloriosa aventura <strong>de</strong> predicar el Evange­lio a<br />

toda criatura. A pesar <strong>de</strong> que no fue un predicador itinerante <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> su hermano<br />

Juan, sin embargo no le fue en zaga por lo menos hasta el 8 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1749, época <strong>de</strong><br />

su casamiento, cuando limitó sus salidas. Entonces <strong>de</strong>dicose más a la obra literaria,<br />

especialmente a la poética. Su hermano Juan muy a regañadientes consintió que<br />

Carlos se casara, pues temía que eso vendría, como <strong>de</strong> hecho vino, a disminuir la<br />

efectividad <strong>de</strong> su itinerancia.<br />

Casóse con la señorita Sara Gwynne. En vir­tud <strong>de</strong> esto Juan le pasaba una anualidad<br />

<strong>de</strong> cien libras esterlinas, que provenían <strong>de</strong> la venta <strong>de</strong> los libros que publicaba. Carlos y<br />

Sara formaron un hogar mo<strong>de</strong>lo pues congeniaban admirablemente. Cuando se<br />

casaron ella tenía la reputación <strong>de</strong> ser una mujer muy hermosa, pero algunos años<br />

<strong>de</strong>spués fue acometida por la viruela, lo que la <strong>de</strong>sfiguró completamente. En el día <strong>de</strong><br />

su casa­miento, Carlos levantóse a las cuatro <strong>de</strong> la mañana y con su hermano y otros<br />

familiares, pasó cuatro horas en oración cantando salmos e himnos antes <strong>de</strong> la<br />

ceremonia. Juan bendijo las bodas.<br />

En conexión con esto <strong>de</strong>seamos subrayar que a pesar <strong>de</strong> las diferencias <strong>de</strong><br />

temperamento y <strong>de</strong> no siempre coincidir en los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> las resolu­ciones y en las<br />

actitu<strong>de</strong>s que tomaban, especialmente con relación a la Iglesia Oficial (Carlos en esto<br />

era más con­servador que Juan), raramente encontramos a dos herma­nos<br />

estimándose y queriéndose tan estrechamente como ellos, colaborando con tanta<br />

eficacia y por tantos años en la misma obra. Carlos murió el 29 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1788,<br />

cuando tenía poco más <strong>de</strong> 80 años y fue sepultado el 5 <strong>de</strong> abril en el cementerio <strong>de</strong> la<br />

Iglesia <strong>de</strong> Marylebone.<br />

Su esposa le sobrevivió largo tiempo. Ella acabó su carrera terrenal a los 92 años,<br />

falleciendo en 1822. De sus hijos (tuvieron ocho y sólo tres llegaron a criarse)<br />

solamente dos, Carlos y Samuel, heredarían su tempera­mento artístico.<br />

Acostumbraban a dar conciertos en el "living" <strong>de</strong> su casa y a los mismos asistían<br />

muchos <strong>de</strong> los más notables músicos <strong>de</strong> Londres. Juan Wesley asistía ocasionalmente<br />

a esas tertulias musicales, aunque no armonizaran con su temperamento.

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