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susana wesley - Igreja Metodista de Vila Isabel

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para la hora en que comenzaban los ejercicios divinos. Entonces él resolvió el problema<br />

lanzando mano <strong>de</strong>l expediente <strong>de</strong> ir tem­prano por las calles, tocando una campanilla para que<br />

se levantaran a tiempo.<br />

A<strong>de</strong>más se propuso visitar, asi­duamente <strong>de</strong> casa en casa, yendo lo mejor que pudo al<br />

encuentro <strong>de</strong> las muchas necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esa gente, que durante largo tiempo había, vivido en<br />

el abandono.<br />

Por ese entonces ya adquirió dominio <strong>de</strong> la lengua inglesa y usábala maravillosamente. No era<br />

hombre <strong>de</strong> alta elocuencia, pero imprimía tal espíritu <strong>de</strong> piedad y tal sentimiento candoroso en<br />

lo que <strong>de</strong>cía, que sus pala­bras llegaban hondo al corazón <strong>de</strong> sus oyentes. Un con­temporáneo<br />

suyo dio este testimonio: "Su palabra viva remontábase como vuelo <strong>de</strong> águila".<br />

A gran costo los oyentes podían retener las lágrimas y sus mensajes eran recordados por<br />

mucho tiempo, pues <strong>de</strong>jaban una impresión in<strong>de</strong>leble en las almas. Extremábase en el cuidado<br />

<strong>de</strong> los pobres, los cuales encontraban en él no solo la mano caritativa, sino el corazón<br />

comprensivo. Una y otra vez llegó a ven<strong>de</strong>r los muebles <strong>de</strong> su casa para ha­cer frente a alguna<br />

necesidad apremiante <strong>de</strong> sus parroquianos pobres. Atendía con cariño a los niños, a quie­nes<br />

instruía en el catecismo y los cercaba con consejos paternales. Consta que llegaba a reunir<br />

hasta trescien­tos <strong>de</strong> ellos.<br />

Su salud nunca fue muy buena. Estaba sujeto a acha­ques y al parecer sufría <strong>de</strong> tisis. Pero, a<br />

pesar <strong>de</strong> eso, entre enfermedad y enfermedad llevaba a<strong>de</strong>lante su ministerio con <strong>de</strong>dicación y<br />

cariño. No pasarían muchas semanas en su parroquia antes que viera el premio <strong>de</strong> sus<br />

esfuerzos. Llenósele la iglesia <strong>de</strong> gente y muchos encontraron el camino <strong>de</strong> la salvación y el<br />

sabor <strong>de</strong> una nueva vida en Cristo.<br />

No solamente mejoró las condiciones <strong>de</strong> muchas familias, sino que el pueblo todo sintió la<br />

influencia <strong>de</strong> su piedad y consa­gración. Quedó conocido por toda Inglaterra con el nombre <strong>de</strong><br />

"El Vicario <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ley". Aquellos que le conocieron <strong>de</strong>cían que su sólo aspecto ya infundía<br />

áni­mo y que toda su manera <strong>de</strong> ser invitaba a una vida más santa.<br />

Juan Guillermo <strong>de</strong> La Flechère,. a pesar <strong>de</strong> perte­necer como eclesiástico a la Iglesia <strong>de</strong><br />

Inglaterra, nunca perdió su fervor metodista y como ya lo notamos, fue uno <strong>de</strong> los compañeros<br />

más allegados y fieles' <strong>de</strong> Juan Wesley. Por la cita <strong>de</strong> Juan Wesley, que transcribimos más<br />

arriba, vemos que él apareció casi provi<strong>de</strong>ncialmente en una época <strong>de</strong> apremiante necesidad.<br />

Wesley, en su' anotación, olvidó <strong>de</strong>cir que en ese mismo día La Flechère recibió su or<strong>de</strong>nación<br />

<strong>de</strong> presbítero. El his­toriador Stevens nos hace una clara evaluación acerca <strong>de</strong> su contribución<br />

al movimiento metodista:<br />

"De allí en a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong> entre el clero <strong>de</strong> la Iglesia Anglicana, fue el coadjutor más ardiente <strong>de</strong><br />

Wesley, su consejero y compañero <strong>de</strong> viaje en la itinerancia evangelizadora, un asistente en<br />

sus Conferencias, un campeón <strong>de</strong> sus puntos teológicos y, sobre todo, un ejemplo santo <strong>de</strong><br />

vida y <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Cristianismo, así como lo enseñaba el metodismo. Era leído y conocido,<br />

admirado y amado por los metodistas a través <strong>de</strong>l mundo entero, tanto es así que Ma<strong>de</strong>ley, su<br />

parroquia, les es tan familiar y la estiman tanto como a la misma Epworth". (3)<br />

Wesley sintió mucho que él se resistiera a aceptar la invitación <strong>de</strong> substituirle en caso <strong>de</strong> que él<br />

llegara a faltar. Y por dos motivos no aceptó: por su mala salud y su mo<strong>de</strong>stia.<br />

A pesar <strong>de</strong> que ejerció su ministerio entre la gente humil<strong>de</strong>, pobre y viciosa, nunca perdió su<br />

contacto con los más ilustrados <strong>de</strong> su época, gozaba <strong>de</strong> la misma admiración y prestigio tanto<br />

entre ignorantes como entre sabios.<br />

Casi hasta el fin <strong>de</strong> su vida mantúvose soltero. En 1770, hizo su primer visita <strong>de</strong> regreso a<br />

Suiza. En ese viaje pasó por Italia y empeñóse en visitar la vía Appia y en su presencia se<br />

<strong>de</strong>scubrió y arrodilló en homenaje a los cristianos primitivos que por ella habían pasado y dado<br />

su vida en testimonio <strong>de</strong>l Evangelio.<br />

Volvió a su parroquia más animado en el espíritu y más fuerte en el cuerpo, pero en el verano<br />

<strong>de</strong> 1777 <strong>de</strong>clina nueva­mente su salud, <strong>de</strong>sesperando <strong>de</strong> curarse. Al final <strong>de</strong> ese verano volvió<br />

nuevamente a Suiza y permaneció allí hasta 1781. Nuevamente los aires dé su tierra natal

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