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susana wesley - Igreja Metodista de Vila Isabel

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Tal era su preocupación por la salvación eterna que a menudo <strong>de</strong>spertábase durante la noche<br />

presa <strong>de</strong> horri­bles pesadillas que le hacían temblar y sudar. Finalmente hallóse presente en<br />

esa primera prédica <strong>de</strong> Wesley en Moorfields, <strong>de</strong> cuya' experiencia da este testimonio:<br />

"¡Oh, ésa fue una mañana ben<strong>de</strong>cida para mi alma! Tan pronto él se puso <strong>de</strong> pie en la tarima<br />

echó para atrás su cabello con un movimiento <strong>de</strong> la cabeza y en<strong>de</strong>rezó su rostro hacia el lugar<br />

don<strong>de</strong> yo estaba <strong>de</strong> pie, pensé que él tenía los ojos fijos en mí. Su apariencia provocó tan<br />

terrible temor sobre mí que, antes que le oyera hablar, hizo oscilar mi corazón como si fuese el<br />

péndulo <strong>de</strong> un reloj y cuan­do en realidad habló, pensé que toda su plática era dirigida a mí".<br />

(8)<br />

En realidad, ésa era la forma peculiar <strong>de</strong> predicar <strong>de</strong> Juan Wesley, la <strong>de</strong> dar la impresión que<br />

sus palabras eran dirigidas a cada oyente en particular. En esa ocasión las palabras que más<br />

hirieron la sensibilidad <strong>de</strong> Nelson fueron:<br />

"¿Quién eres tú que ahora ves y sientes tu impie­dad interna y externa? ¡Tú eres el hombre!<br />

Quiérote para mi Señor, <strong>de</strong>safío te a que te prepares para ser un hijo <strong>de</strong> Dios por la fe. El<br />

Señor tiene necesidad <strong>de</strong> ti.<br />

Tú que sientes que eres tan solamente digno <strong>de</strong>l infierno, eres digno <strong>de</strong> promover su gloria –la<br />

gloria <strong>de</strong> su gracia gratuita, la que justifica al impío y a aquel a quien todo le es indiferente–.<br />

¡Oh, ven ligero! Cree en el Señor Jesús y tú, tú mismo, serás reconciliado con Dios." (9)<br />

Al terminar el sermón, aún bajo la impresión <strong>de</strong> esta invitación solemne, Nelson dijo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

sí:<br />

"Este hombre pue<strong>de</strong> revelar los secretos <strong>de</strong> mi corazón, mas no me <strong>de</strong>jó allí y mostróme el<br />

remedio, a saber, la sangre <strong>de</strong> Cristo." (10)<br />

Inmediatamente al llegar a la casa don<strong>de</strong> se alojaba empezó a contar su experiencia y a vivir<br />

una vida reli­giosa intensa. Los locatarios alarmáronse con su actitud porque parecíales ser la<br />

<strong>de</strong> un fanático y lamentaban que hubiera asistido a esa reunión <strong>de</strong>l gran predicador. Pen­saron<br />

hasta en verse libres <strong>de</strong> él, temiendo que hiciese algún <strong>de</strong>smán, pues juzgaban que había sido<br />

trastornado con las i<strong>de</strong>as recibidas en vista <strong>de</strong> que pasaba mucho tiempo en oración y<br />

expresiones jaculatorias.<br />

En vista <strong>de</strong> esa actitud, Nelson resolvió <strong>de</strong>jar la casa, pero los locatarios a su vez se alarmaron,<br />

diciendo:<br />

"¿Qué hare­mos si Juan está en lo cierto?" Entonces dijéronle: "Si Dios ha hecho algo por ti<br />

más que por nosotros, mués­tranos el camino que nos pueda llevar a la misma mise­ricordia”.<br />

(11)<br />

Esto, naturalmente, agradó sobremanera a Nelson quien los dirigió a las reuniones <strong>de</strong> Juan<br />

Wesley. En su entusiasmo por contagiar a otros con la misma experiencia <strong>de</strong>l Evangelio que él<br />

tuviera, llegó a pagar a un compañero suyo <strong>de</strong> tareas las horas que per<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> su trabajo con<br />

tal <strong>de</strong> que fuera a escuchar a Wesley.<br />

Este, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber asistido a la reunión y haber sido influenciado por ella, dijo que ése<br />

había sido el mejor regalo que jamás él y su esposa habían recibido. Nelson a<strong>de</strong>más, ayunaba<br />

una vez por semana para economizar dinero y darlo para el servicio a los pobres.<br />

Poco tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su conversión, volvió a Birstal su pueblo <strong>de</strong> origen, don<strong>de</strong> tenía la<br />

familia, con el pro­pósito principal <strong>de</strong> recomendarle la vida religiosa que él ahora llevaba y para<br />

que esa influencia se extendiera en el vecindario y entre antiguas relaciones. En el pue­blo<br />

continuó trabajando en su oficio y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las horas <strong>de</strong> trabajo solía sentarse a la puerta <strong>de</strong><br />

su casa para leer y explicar las Escrituras a todos aquellos que tuvie­sen interés en escucharle.<br />

Pronto formóse una congrega­ción y convirtióse sin quererlo en un predicador y fue así<br />

instrumento para que el movimiento metodista se implantara en esa región; Tiempo <strong>de</strong>spués<br />

cuando Juan Wesley llegó a ese pueblo encontró allí esperándole una sociedad ya formada y<br />

un predicador. Tuvo que predi­carles la Palabra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto <strong>de</strong> un cerro. Hizo <strong>de</strong> Nel­son uno<br />

<strong>de</strong> sus ayudantes e incorporó el grupo que él formara a las "Socieda<strong>de</strong>s Unidas" (1742).

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