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susana wesley - Igreja Metodista de Vila Isabel

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predicadores itinerantes; figurá­baselo como la casi segura pérdida <strong>de</strong> un colaborador, dado<br />

que muy frecuentemente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> casarse, los itinerantes se localizaban. Eso <strong>de</strong>bíase en<br />

gran parte al sostén tan limitado e incierto que recibían y que no alcanzaba para mantener a<br />

una familia.<br />

Aquellos que casándose no se localizaban lo hacían siempre sujetán­dose a tremendas<br />

renuncias y sacrificios y se les acababa la vida prematuramente. 'Cuando uno <strong>de</strong> sus<br />

predicado­res se casaba, generalmente <strong>de</strong>cía que ése "había sido tentado por el diablo" a<br />

cambiar <strong>de</strong> estado, para entorpecer la obra. Naturalmente muy pocos eran aquellos que podían<br />

aceptar su tren <strong>de</strong> vida y sus i<strong>de</strong>as sobre el celibato.<br />

Admira también que él, con tan escasa educación for­mal, llegase a ocupar lugar <strong>de</strong> tanta<br />

responsabilidad, alcance y trascen<strong>de</strong>ncia. Debióse eso a que, a pesar <strong>de</strong> su aversión a los<br />

estudios cuando estuvo sujeto a un maes­tro inconsciente, <strong>de</strong>sarrolló <strong>de</strong>spués el hábito <strong>de</strong><br />

educarse a sí mismo, tratando <strong>de</strong> adquirir por esfuerzo propio algo <strong>de</strong> lo que no pudo cuando<br />

estudiante.<br />

Por lo tanto lo encontramos, a la manera <strong>de</strong> Juan Wesley, estudiando mientras viajaba a<br />

caballo y en esas condiciones llegó a obtener no sabemos cómo un conocimiento discreto <strong>de</strong>l<br />

hebreo y <strong>de</strong>l griego, tanto que hacía muchos <strong>de</strong> sus estu­dios bíblicos basados en las lenguas<br />

orientales. Más pudo la fuerza <strong>de</strong> voluntad que las oportunida<strong>de</strong>s que tuvo en sus años<br />

juveniles. Los períodos <strong>de</strong> enfermedad eran ocasiones para que se <strong>de</strong>dicara a la lectura y al<br />

estudio. ¡De otra manera érale casi imposible!<br />

A<strong>de</strong>más, como nos habremos dado cuenta por las reite­radas referencias, a lo largo <strong>de</strong> su vida<br />

conservó un dia­rio. Su lectura hasta el día <strong>de</strong> hoy inspira, a quien lo lea con <strong>de</strong>tención y<br />

paciencia, a ambicionar una vida más consagrada y consciente para usarla en holocausto a la<br />

obra eterna <strong>de</strong> Dios. Su ministerio quedaba suplementado todavía por la siembra que hacía<br />

constantemen­te <strong>de</strong> porciones bíblicas, tratados y libros, conectando <strong>de</strong> esa manera a las<br />

familias aisladas con el resto <strong>de</strong> la Iglesia y <strong>de</strong>l mundo.<br />

Pocos hombres existieron en la historia <strong>de</strong> la Iglesia Cristiana que hubiesen tenido como él un<br />

espíritu tan apostólico y un celo tan aventurero y tan exento a la vez <strong>de</strong> gloria personal. El<br />

fragmento <strong>de</strong> una carta que él escribió a Tomas Rankin, en agosto <strong>de</strong> 1775, el entonces<br />

"Superinten<strong>de</strong>nte General <strong>de</strong> las Socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> América" (*), en respuesta a una invitación que<br />

aquél le hi­ciera <strong>de</strong> abandonar el país en vista <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, <strong>de</strong>muestra<br />

cabalmente ese temple:<br />

"No puedo <strong>de</strong> manera ninguna concordar con abandonar un campo que se presenta tan<br />

pródigo en cosechas <strong>de</strong> almas para Cristo, como el que tene­mos en América. Sería un<br />

<strong>de</strong>shonor eterno para los metodistas, que abandonáramos a tres mil almas que <strong>de</strong>sean<br />

entregarse a nuestros cuidados y tampoco es el papel <strong>de</strong> un pastor el <strong>de</strong>jar a su rebaño en una<br />

época <strong>de</strong> peligro. Por lo tanto, he resuelto por la gracia <strong>de</strong> Dios no abandonarlo, sean las<br />

consecuen­cias que fueren." (10)<br />

No tuvo otra pasión en el alma sino Cristo. Su hogar fue el camino abierto e interminable y su<br />

suprema ambi­ción la <strong>de</strong> ver muchas almas a los pies <strong>de</strong> Cristo. Tal vez se le pueda criticar en<br />

muchas <strong>de</strong> sus características peculiares, especialmente la <strong>de</strong> que fue casi <strong>de</strong>spótico en el uso<br />

<strong>de</strong> su autoridad episcopal.<br />

Sin embargo eso emanaba <strong>de</strong> la disciplina a la que él mismo se sometía. Tenía la íntima<br />

convicción que esa disciplina producía benefi­cios inestimables para el Reino y por lo tanto<br />

hallaba que sería excelente para todo buen soldado <strong>de</strong> Jesucristo.<br />

Olvidábase que son muy pocos aquellos que tienen una fe tan profunda, capaz <strong>de</strong> hacerlos<br />

aceptar todas las pri­vaciones y renuncias. A la vez este hecho nos da una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la<br />

sorpren<strong>de</strong>nte humildad <strong>de</strong> este hombre estupendo, quien no se consi<strong>de</strong>raba superior a nadie,<br />

sino que juz­gaba que todos podían ser fuertes, nobles y consagrados como él.<br />

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(1) Citado por McTyeire, H. N., Op. Cit., Págs. 293-4.

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