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Propuesta Didáctica. P.D. Formación y Orientación Laboral. - Algaida

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32<br />

PROPUESTA DIDÁCTICA FOL<br />

Por el contrario, a los segmentadores les gusta mantener una estricta línea divisoria entre el trabajo y el<br />

hogar. Estas son las personas que se sienten incómodas si en el lugar de trabajo se ofrecen un montón de<br />

beneficios relacionadas con la vida personal. Incluso a los trabajadores con niños les puede molestar el<br />

hecho de que su empleador proporcione servicios de guardería en el lugar de trabajo.<br />

“A mucha gente le gusta mantener separados los dos mundos”, dice Rothbard, que escribió sobre el tema<br />

en un artículo titulado “Managing Multiple Roles: Work-Family Policies and Individuals' Desires for<br />

Segmentation” (“Gestionando múltiples roles: políticas de familia y trabajo y el deseo de segmentación de<br />

los individuos”), que se publicó en una edición de 2005 de la revista Organization Science. “No solo les disgusta<br />

que dicha frontera sea traspasada por sus compañeros … También les puede resultar frustrante. Nuestro<br />

mundo ahora se está volviendo más integracionista gracias a la tecnología, que te hace accesible las 24<br />

horas del día los 7 días de la semana. Los segmentadores también lo están haciendo, pero posiblemente no<br />

les guste”.<br />

En sus investigaciones, Rothbard documentaba como los segmentadores en un lugar de trabajo integracionista<br />

mostraban menos satisfacción en el trabajo y menos compromiso con la empresa que sus colegas<br />

integradores. Hay que destacar que los segmentadores no sabían necesariamente los motivos por los<br />

que estaban insatisfechos en el trabajo. “Se trata de un efecto sutil, ya que saben que simplemente no encajan<br />

pero no saben el porqué”, explica Rothbard. Su estudio no cuantificó si la insatisfacción guardaba<br />

relación con mayores tasas de rotación entre los segmentadores en comparación con el resto de trabajadores,<br />

pero Rothbard sostiene que otras investigaciones han encontrado que el grado de compromiso<br />

guarda relación con la rotación.<br />

Los segmentadores existen en todo tipo de empresas, desde el comercio minorista a las oficinas o el trabajador<br />

del conocimiento, añade Rothbard. Ser un segmentador no tiene que ver con el grado de cualificación<br />

ni el nivel educativo. Asimismo, los integradores no son necesariamente mejores trabajadores que<br />

los segmentadores, incluso en empresas que practican una cultura integracionista. Los integradores posiblemente<br />

pasen mucho tiempo en la empresa, pero eso no implica necesariamente que sean más creativos<br />

o más productivos que los segmentadores. Los segmentadores tal vez dediquen más energía a su trabajo<br />

precisamente porque saben que necesitan lograr los objetivos marcados durante el horario de oficina para<br />

así evitar trabajar en casa.<br />

“Existen cosas negativas y positivas en la segmentación y la integración”, señala Rothbard. “La integración<br />

ayuda a los empleados a realizar la transición entre vida laboral y personal; les resulta más fácil pasar<br />

de un rol a otro. Es una gran ventaja. Sin embargo, los integradores podrían tener problemas para<br />

centrarse en el trabajo. Los segmentadores posiblemente se centren más rápidamente en un objetivo concreto,<br />

pero podrían necesitar más tiempo para dejar un rol y adoptar el otro. Así pues, no creo que una<br />

postura sea buena y la otra mala. Simplemente digo que es más complicado ser segmentador en las culturas<br />

actuales”.<br />

Dadas las incomodidades soportadas por los segmentadores en un entorno corporativo integracionista,<br />

cabría preguntarse si todos los beneficios ofrecidos en empresas como Google podrían tener otros efectos<br />

negativos. ¿Sería posible, por ejemplo, que algunos empleados aborreciesen semejante ejercicio de generosidad<br />

por sí mismo? ¿Podrían dichos beneficios ser percibidos como manipuladores y burdos, como<br />

ocurrió en las ciudades mineras a lo largo del siglo XX, en las que se proporcionaban casas a los empleados<br />

pero se les pagaba en forma de vales –en lugar de dólares–, y se les obligada a comprar mercancía más<br />

cara en los economatos de la empresa?<br />

Ninguna de las personas entrevistadas por Knowledge@Wharton parecía estar de acuerdo con semejantes<br />

afirmaciones, por un motivo muy sencillo: los beneficios ofrecidos por Google y otras empresas son<br />

voluntarios y de considerable valor. Si poder disfrutar de una almuerzo de gourmet en el campus de la empresa<br />

te incomoda, siempre puedes volver a casa y hacerte un sándwich. Y si no, preguntemos a Kallayil,<br />

el empleado de Google que adora su trabajo y a su empleador.<br />

“No tienes por qué comer aquí o ir al gimnasio de la empresa”, explica. “Es todo voluntario. Es tu elección.<br />

Todos somos adultos”.<br />

Fuente: www.wharton.universia.net Publicado el 04/04/2007.

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