Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs

—Lamento todo esto —dice Néstor—. Lamento el dolor, y el miedo. Quise
encontrarme contigo, decirte lo que sentía por ti, y me acobardé. Es ridículo, el sólo
hecho de estar enamorado es absurdo... todo lo que me hacía humano forma parte de
esta máquina que soy ahora y sí, lo que sentía por ti también se mantiene, quizá nunca
se acabe, porque así es como soy. Te reconstruí, usé todo lo que había a mano para
hacerte perfecta como te recuerdo. Y ahora el universo es para ti.
Ella nota que está desnuda y que sus manos son plateadas y flexibles, al igual
que sus piernas y senos. Él le entrega un espejo para que pueda mirar su rostro del
color de la crema, con ojos blancos sin pupila, la cabeza sin cabello reluciente en esa
escasa luz.
Ella no dice nada. No tiene memoria.
—Ven —el avatar de Néxor la arrastra con gentileza hacia una compuerta en la
parte inferior del extraño armatoste que está plantado sobre ellos—. Te voy a llevar
en un viaje por tu nuevo hogar. Verás cosas que ningún ser humano ha visto ni
imaginado jamás.
Ella lo sigue aún sin comprender nada. Néxor regresa al tiempo real y soporta
con dignidad los últimos ataques de las hormigas que intentan proteger el hormiguero
del oso que se las come.
Despega. El chorro de químicos en combustión altamente corrosivos abre un
boquete en el planeta por donde escapa un flujo de lava de tal magnitud que alcanza la
ionósfera. Lo que ocurra en su antiguo hogar le importa un bledo.
Afuera, el ángel colosal se transforma una vez más para iniciar un viaje sin
retorno hacia el núcleo de la galaxia.
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