Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs

hermano idiota, apuesto que él es más decidido que tú... Sabes que vive con su padre, que
su madre es una vieja amargada. Fleto. Tírate al mar. Ella ni se va a enterar.
Cuando cae la noche, ve con asombro la lluvia de estrellas. Ella sonríe sentada a
su lado, indicándole cada roca ígnea que brilla sobre el firmamento, su sonrisa tan
amplia y reluciente que le encandila. Néstor enciende el último cigarrillo del paquete.
Luego se marchará a alguna duna para dormir a la intemperie, no le importa morir de
hipotermia. Allá viene otra, piensa mirando la estrella fugaz más brillante de la noche,
tan brillante que parece no moverse, creciendo más y más.
—¡Mierda! —grita cuando el meteorito se estrella a pocos metros de él,
levantando toneladas de arena que le golpean como millones de agujas ardientes.
Alcanza a anteponer sus antebrazos sobre el rostro de manera instintiva. Está tan
adolorido que grita. Grita y llora. Dios, tendría que haber bajado del puto microbús
apenas llegó al centro.
Entonces lo ve. Un objeto pequeño como un a pelota de tenis brillando verde e
incandescente en el centro del cráter que resplandece como vidrio fundido. Se acerca,
la curiosidad es más fuerte que el dolor de sus quemaduras palpitantes. El vidrio se
resquebraja y el agua del mar llena la cavidad de golpe.
La nube de vapor con olor a pescado le quema el rostro y las vías respiratorias.
Néstor cae de espaldas sobre la arena retorciéndose de dolor, gritando sin emitir
sonido, deseando que ella acuda a socorrerlo, a calmar su angustia y curar sus heridas
con un beso. Entonces todos sus dolores se convierten en caricias cuando le ataca un
dolor más agudo en su pecho, aquel tipo de dolor que hace desear la muerte.
Algo se clava sobre su esternón, abriendo la carne y taladrando cartílago y hueso.
Intenta quitarse aquello que le roba la respiración, pero sólo encuentra una herida
sangrante. No puede ver y al cabo de algunos segundos ni siquiera puede moverse.
Sin ser un genio comprende que algo se lo está comiendo por dentro. Tiene
sentido: vio un meteorito caer a pocos metros de él, luego algo saltó a su pecho y se
internó bajo su piel... ¡Y el dolor! Sus terrores de infancia, los extraterrestres que caen
a la tierra y se gestan en sus entrañas... ¡Todo es real!
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